sábado, 8 de diciembre de 2018

Esperanza

Supongo que, al final, la esperanza es siempre lo último que se pierde. Y así debe y tiene que ser. Algo así como el clavo ardiendo que uno suelta, sin quererlo, y que te lleva a ese precipicio al que nadie quiere caer, aunque lo finjan a veces.
La verdad, allí al fondo, a lo lejos, nos recuerda varias cosas: que la mayoría de las veces duele, que no se puede tener todo y que todo el mundo, contadas excepciones mediante, tiene lo que se merece.
Así que, en esta cosecha de otoño, en estos bailes de soledad bajo la lluvia, uno comprende que la vida te da y te quita. Y nos quedamos viviendo en lo que perdemos, en un capricho intenso de hacer balance cuando la guerra ya ha terminado.

-Alejandro Sotodosos-

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