jueves, 30 de agosto de 2018

Repaso

Es el momento de hacer una parada e intentar redirigir nuestros pasos. No se trata de poner tu vida patas arribas -que algo estará bien, piénsalo-, sólo de darle una vuelta a aquello que no nos termina de convencer para demostrarnos a nosotros mismos de lo que somos capaces. Pero también es época de repasar aquello que nos ha salido bien, esas pequeñas conquistas a las que no hemos prestado la suficiente atención como para tomar conciencia de que el curso que acabó no fue en balde. Si has aprendido algo, por poco que sea, puedes dar por bien empleados estos meses.

-Te lo dije cantando-

miércoles, 29 de agosto de 2018

martes, 28 de agosto de 2018

Gente buena

Siempre habrá gente buena que llame a tu puerta. Aunque no te conozcan de nada. Pero si pueden ayudar ahí están. Y te alegran el momento que atraviesas, el día y la vida.
Y es de ese tipo de gente de las que te tienes que rodear. Esas que a lo mejor no tienen mucho, pero que dan todo lo que en su mano está.

-Los lunares de mi piel-

lunes, 27 de agosto de 2018

Los viajes

Creo que los viajes se miden según la sonrisa que se te pone cuando vuelves a casa. Y las pocas ganas que tienes de irte cuando se acaba.
Se mide en la cantidad de momentos y experiencias que te traes contigo, en el peso de la maleta, y no en ropa, sino en recuerdos y pequeños detalles.
Se mide en cuántas veces has sentido que eres feliz de verdad, cuántas has mirado a tu compañía sintiéndote la más afortunada y cuántas veces revives cada paso.
Se mide en las ganas que tienes de volver a planear otra escapada, preparar la maleta y lanzarte a vivir. Una vez más.
Porque viajar, es mucho más que viajar.

-Un rincón maravilloso-

domingo, 26 de agosto de 2018

Signos de puntuación

En mi vida cambiaría sobre todo la puntuación. 
Eliminaría todas las interrogaciones y los dos puntos sólo los usaría para aclarar las cosas realmente importantes. 
Cerraría algunos paréntesis, mientras que otros no los abriría en absoluto.
Añadiría más puntos y aparte y menos puntos suspensivos. 
Y añadiría muchos más espacios para dedicarlos a mi misma.

-La chica de ayer-

viernes, 24 de agosto de 2018

Amigo

Los amigos no son ni muchos ni pocos, sino los suficientes.
No hay amigos verdaderos o falsos, hay personas que saben lo que significa el término "amistad" y personas que creen saberlo, personas que la usan sólo por pura comodidad y personas que te lo demuestran, incluso estando en silencio... 

No se nace amigo, se aprende a serlo.

-El lector olvidado-

martes, 21 de agosto de 2018

Los barcos

Con el viento a favor y en un buen barco, navega todo el mundo.
Pero con el viento en contra y en problemas, no todo el mundo se atreve a navegar. Es en la mar brava donde se conocen a los marineros.
Y ahí está la verdadera grandeza. En saber desenvolverse en las situaciones NO favorables. En conseguir las cosas cuando NO vienen rodadas. En crecerse ante la adversidad.
No podemos mirar lo que otros barcos tarden en llegar a puerto, porque cada uno es un mundo. Sólo tú sabes cuál es el tuyo y tus circunstancias.
Al final, todos los barcos acaban en el mismo lugar.

-Los lunares de mi piel-

sábado, 18 de agosto de 2018

La suma del todo

Un guiño cómplice, el pulso a mil revoluciones y un ligero estremecimiento.
Hay imágenes que hablan por sí solas. Pequeños gestos y diminutos detalles que pueden pasar desapercibidos si no se presta atención. Pequeñas recompensas que saben a triunfo, y que nos perdemos, si no somos lo suficientemente pacientes de esperar a que lleguen.
Paciencia. Es lo que siempre nos dijeron que debíamos tener a raudales. Y cultivar a diario. Aprender aquello de que todo tiene su turno, su billete de ida, e incluso de vuelta, y hasta su gracia. Aunque todo parezca indicar lo contrario. Que no por correr más, llegaríamos antes ni los primeros. Que quizá de tanto correr, nos desinflaríamos a mitad de sprint. Y nos perderíamos el llegar, las vistas, la sensación de victoria. Y nos perderíamos lo mejor de cada momento.
Y es que hay lugares y momentos. Únicos en todos los sentidos. Irrepetibles. Mágicos de principio a fin. Que son lo que son y que no podían ser de ninguna otra manera. Que por mucho que los intentemos controlar, personalizar y hasta hacer un lavado de cara, se rebelan, y se convierten en cualquier otra cosa. Y cobran vida propia. Y resultan ser protagonistas indiscutibles.
Y luego están las personas. También únicas, también a su manera. De las que puedes recibir mucho, si decides no esperar nada. De las que puedes disfrutar a su lado, si te olvidas de exigencias, de temores, de otros sinsabores. Si te olvidas de primeros, segundos y terceros, y hasta de ti. Si te permites ser tú, y les dejas ser ellas.
Personas de las que puedes llegar a sentirte parte, a entenderte con una simple mirada, a comunicaros sin palabras. Con las que disfrutar perdiendo el tiempo, solucionando el mundo o soñando imposibles. Con las que reír pero también llorar. Con las que nunca te falta un motivo y siempre te sobran miedos.
Personas con las que sumar es fácil y de las sabes que siempre espera algo bueno.
Porque algo que también nos aseguraron, es que lo bueno, también llega. Lo mejor, lo increíble, lo impensable. Puede que un poco más tarde, pero que conoce el camino de sobra. Que nos lo pone difícil, que nos pone a prueba y nos deja a la espera. Para que vivamos otros momentos, algunos tragos amargos, altibajos y pequeñas glorias. Para que aprendamos a separar la paja del trigo.
Para que, llegado el momento, sepamos diferenciar lo que sí, de lo que no.
Para que aprendamos de cada momento, de cada lugar, de casa persona. De lo bueno y de lo que nos hubiera gustado descartar. De las largas esperas y de las inesperadas sorpresas. De lo que hoy sí, pero ayer no. De lo que ayer sí, pero mañana quién sabe. Aprender que cada grano de arena cuenta y de que sumar es algo más que acumular por acumular.
Y que a veces, el todo supera a la suma de las partes.
Y que a veces, las personas, son mucho más que la suma de experiencias.
Por ello, suma siempre que puedas. Resta cuando así haga falta, pero no a cualquier precio. Que sepas hallar la media, el equilibrio y los redondeos. Que aprendas a crecer con todo y a pesar de todo.
Y que sumes kilómetros de felicidad. De esa que tiene que ver con el día a día, con los grandes momentos y con la vida misma. De esa que puede con todo, que da alas, motivos y viajes increíbles. De esa que brota de ti y crece cuando la compartes.
Y que sumes tinta de historias. Que rellenes cuadernos, gastes bolígrafos y agotes posibilidades. Que no te dejes nada en el tintero, por decir, por escribir o por hacer. Que tu historia se llene de prometedores principios, infinitos capítulos y bonitos finales. De anécdotas que reír y de moralejas por contar.
Y que sumes besos. Con los ojos, con los labios, en la frente. Desde los más esperados hasta los robados en un descuido. Con abrazo incluido o con la promesa de darlo en la primera ocasión que tengas. De no dejarlo para mañana, para otro momento, para otra persona. Ni el abrazo, ni el beso. No en vano dicen que, en cada beso que damos, va el alma.
Y que sumes amaneceres. Que los días no sean una mera sucesión del anterior ni una cuenta atrás permanente. Que cada día sea una oportunidad nueva, una hoja en blanco por escribir, una ilusión más por la que levantarse. Y que aunque mañana sea otro día, el hoy está para vivirlo.
Y que sumes bailes. A solas y en compañía. Bajo el brillo de la luna o a plena luz del día. Con una sonrisa, con los sentidos, con tu vida. Que te saques a bailar en cada ocasión y que no te importe si te miran o no.Tú baila. Que mientras bailas, tu mente olvida.
Y que sumes lágrimas. De esas que te arrancan a base de emoción, de abrazos y con bonitas palabras. De esas que enternecen. De esas que unen. De esas que sanan. Porque cada una de ellas cuenta una historia. Y cada lágrima que escondes es un recuerdo que se ahoga.
Y que sumes estremecimientos. De esos que no puedes controlar, ni quieres. De esos que hablan de bonitos momentos, de suspiros que se esfuman, de memorias que permanecen. De esos que te recuerdan el aquí y ahora. Que estás presente. Y que estás vivo.
Y que sumes sonrisas y carcajadas. Que no le pongas frenos. Que encuentres risas en cualquier motivo, y hasta sin ellos. Que la cultives para ti y para repartir. Que la risa espanta males y atrae alegría. Une personas y acorta distancias entre ellas. Y que si sonríes al espejo en que te miras, te devolverá más sonrisas.
Y que sumes ganas. Por ti y por lo que sea. Por aquello que mueva tu mundo. Por lo que lo pare una tarde cualquiera. Por todo aquello que te haga levantarte de nuevo, y que te haga olvidar lo demás.
Y que sumes momentos que valen y que el resultado sume más que sus partes.
Y que, al final, sumes vida a cada uno de tus días.

-Entre suspiros y un café-

viernes, 17 de agosto de 2018

Vulnerable

No temas convertirte en una persona vulnerable, porque de hecho todos lo somos en mayor o menor medida en algún momento, recuerda que son las emociones y los sentimientos los que mueven el mundo… Pon tu granito de arena para que siga girando.

-Te lo dije cantando-

miércoles, 15 de agosto de 2018

Puede

Puede que camine hacia ti y no estés cuando llegue.
Puede que me vaya y no estés cuando vuelva.
Puede que nunca tenga ganas de irme.
Puede que nunca tengas ganas de quedarte.
Puede que el mar de dudas nos saque a la orilla o que nos arrastre al fondo.
No sé. Lo único que tengo claro es que si me preguntasen qué quiero respondería "un salvavidas".

"Ojalá haya salvavidas para los mares de dudas."

-Cocoanimaux-

martes, 14 de agosto de 2018

Saborear

A veces creemos que la vida nos está impidiendo avanzar. Pero simplemente te está diciendo que frenes. Que te pares a saborearla. Que los días pasan. Los meses se vuelan. Y toda época se acaba. Por eso ahora que puedes. Disfruta de cada momento. Afronta con fuerza la adversidad. Y no tengas miedo del tiempo, no te preocupes si tienes que frenar.
Las mejores cosas se viven con detenimiento. Sin noción del tiempo.
Saborea cada momento que la vida te da.

-Los lunares de mi piel-

lunes, 13 de agosto de 2018

Por si acaso

Por si mañana ya no te acuerdas, por si acaso pierdes en algún momento la noción del tiempo, yo te lo recuerdo.
Aprovecha el tiempo.
Y haz lo que quieras.
Y vive como quieras.
Y que nadie te reduzca. Que nadie te haga pequeño. Que nadie te impida ser tú.
Porque la vida siempre va a seguir aunque tu te quedes sentado esperando a que te pasen las cosas.
Lo siento pero los acontecimientos emocionantes de tu vida no caen del cielo. 
Hay que salir a buscarlos.
No pierdas el tiempo. 
Busca soluciones en lugar de lamentarte siempre de tus problemas.
Que quejarse es muy fácil. 
Lo difícil es buscarse la vida.

-Dime tú cómo lo ves-

domingo, 12 de agosto de 2018

Un poco egoísta

A veces hay personas que no se dan cuenta de todo lo que haces por ellas. Porque su orgullo y su interés, probablemente, valgan mucho más.
Hay veces que no dudas ni un segundo en dar tu mano a quien la necesita, veces en las que buscas por cielo y tierra algo para ayudar, para que les sea más fácil el camino, veces en las que tú puedes estar peor pero sacas fuerzas para hacer ese favor que te han pedido. Sin pensártelo ni una sola vez.
Y lo haces porque te sale, porque eres así, porque tu corazón tiene algo ahí dentro que te hace ser de una forma u otra, sin importar lo que luego puedan hacer por ti.
Pero entonces llega un momento en el que necesitas una mano, o dos, en la que necesitas ese favor de alguien, un abrazo, un apoyo o cualquier otra cosa. En la que necesitas a alguien. Y entonces te das cuenta que puedes estar con muchas personas, pero que en realidad eres con muy pocas.
Y que aquí todo el mundo va a su bola menos tú, que deberías ir a la tuya. Y que está bien ser buena, pero que después de una bala, pueden venir dos. Y entonces pasas de ser buena a ser tonta. Y eso ya no mola tanto.

Por eso, piensa en ti y acertarás. 
A veces hay que ser un poco egoísta. Aunque parezca que no, te irá mejor.

-Un rincón maravilloso-

viernes, 10 de agosto de 2018

No existe felicidad sin miedo

Crecer es aprender a despedirse. Y es que no hay verdad tan grande ni realidad tan innegable, he aprendido a decir adiós y he dado un paso hacia al frente en la batalla de la vida. Quien no sabe decir adiós aún sigue esperando un hola que ni siquiera existe, se está resguardando detrás una trinchera que un día tendrá que abandonar, es preso de sus propios miedos. Le asusta la soledad, como nos asusta a todos, pero algunos hemos decidido alistarnos en esta batalla que hace tiempo veníamos evitando. En primera fila con el rifle en la mano, un pulso que no se sabe estar quieto y tragando saliva sin pronunciar palabra, así empiezan todas la escenas de las grandes películas, así empiezan todas las escenas de las grandes vidas...

Porque no existe felicidad sin miedo y no existe amor que no haya sentido soledad en la piel...

No puedes tener miedo a la soledad sin saber reconocer la sensación que has tenido con la felicidad en la mano. No es miedo, sino añoranza de una época que fue mejor, añoras la sensación que tenías, pero no te engañes, no temes a la soledad. Es una ilusión óptica de quién sigue mirando por el espejo retrovisor. La soledad viene y se va e incluso muchas veces te llena de felicidad, todo el mundo necesita espacio para no compartir...

Todo el mundo tiene miedo a estar solo, pero no por eso hay que tener miedo a despedirse. Existen muchas maneras de decir adiós, y no todas significan lo mismo. Despedirse es una manera de crecer, es una manera útil de decidir y decir qué apuestas por avanzar, que no quieres permanecer inmóvil, aunque a veces a la hora de hacer balance, los años pesan más que los daños y sigamos haciendo el papel de ese ciego que no quiere ver...

No creas que es fácil, hace falta mucho valor para poder despedirse de quien un día fue importante. Es difícil dejar ir y dejarte ir, es difícil abrir las alas y empezar a volar solo. Es difícil pensar que estas creciendo cuando tus ojos no ven más que pedazos rotos de ese cristal que suelen llamar pasado, y que no era más que el chaleco antibalas cuanto te disparabas a quemarropa con tus propios pensamientos de lo que pensaste que un día era la felicidad. Pero nadie dijo que fuera fácil...

Porque lo fácil es no decir nada, lo fácil es dejar que sean los demás quienes se vayan despidiendo mientras tú no eres capaz de decir nada. Lo fácil es esperar que todo el mundo se haya ido para poder escoger un camino que no conduce a nada. Lo fácil es seguir haciendo ese balance en el que pesan más los años que los daños y seguir dejando que sean otros los que se metan en la batalla de decidir. Que sean otros los que ganen tus batallas mientras tú sujetas una bandera blanca que algún día temes tener que agitar...

Que no lo olvides, solo los que son valientes saben decir adiós y ponerse al otro lado de la batalla. Solo los que son valientes aprenden a despedirse, aprender a decir adiós aunque el eco de su voz les siga dando miedo. Esos, son los verdaderos héroes. Los que salen de batalla en batalla a pecho descubierto y corazón abierto, con el único arma de sentir que aveces decir adiós es seguir vivo en su propia batalla de felicidad.

Ya lo dice el gran Sabina;

Este adiós no maquilla un hasta luego, este nunca no esconde un ojalá, esta ceniza no juega con fuego, este ciego no mira para atrás.

-Corazón en Carne Viva-

jueves, 9 de agosto de 2018

Sentirte feliz

A veces pienso que mi error fue buscar la felicidad en cada una de mis decisiones. 
La mayoría de las decepciones fueron por esperar algo que no llegaba, por querer lo que no podía e idealizar lo que se había ido o incluso lo que estaba por venir. 
Quizás no suene romántico pero qué pasada sentirte feliz sin necesitar a nadie porque todo lo que buscas lo tienes dentro.

-Adriana Moragues-

miércoles, 8 de agosto de 2018

Hoy es un día precioso

Si en algún momento corres el riesgo de perderlo todo, no te vas a acordar de los problemas en el trabajo, ni de ese viaje que no te podías permitir, o de la discusión con un cliente que te quitó el sueño.
Si en algún momento te debatieras entre la vida y la muerte, si te perdieras en una isla desierta, recordarías esos pequeños momentos que te hacen feliz y que no valoras lo suficiente. Recordarías los pequeños detalles del día a día. 
Echarías de menos a las personas y a los momentos, pero no a las cosas. Echarías de menos disfrutar de una ducha caliente, del tacto de un libro, del olor del suavizante con las sábanas recién cambiadas, de un chocolate caliente un día de frío, de un domingo sin madrugar, de las vistas desde un rascacielos, del olor del césped recién cortado.

-Compartiendo macarrones-

martes, 7 de agosto de 2018

A veces

A veces hay personas que no se dan cuenta de todo lo que haces por ellas. Porque su orgullo y su interés, probablemente, valgan mucho más.
Hay veces que no dudas ni un segundo en dar tu mano a quien la necesita, veces en las que buscas por cielo y tierra algo para ayudar, para que les sea más fácil el camino, veces en las que tú puedes estar peor pero sacas fuerzas para hacer ese favor que te han pedido. Sin pensártelo ni una sola vez.
Y lo haces porque te sale, porque eres así, porque tu corazón tiene algo ahí dentro que te hace ser de una forma u otra, sin importar lo que luego puedan hacer por ti.
Pero entonces llega un momento en el que necesitas una mano, o dos, en la que necesitas ese favor de alguien, un abrazo, un apoyo o cualquier otra cosa. En la que necesitas a alguien. Y entonces te das cuenta que puedes estar con muchas personas, pero que en realidad eres con muy pocas.
Y que aquí todo el mundo va a su bola menos tú, que deberías ir a la tuya. Y que está bien ser buena, pero que después de una bala, pueden venir dos. Y entonces pasas de ser buena a ser tonta. Y eso ya no mola tanto.
Por eso, piensa en ti y acertarás. 
A veces hay que ser un poco egoísta. Aunque parezca que no, te irá mejor.

-Un rincón maravilloso-

lunes, 6 de agosto de 2018

Buenas actitudes

Hay que aprender a tomarse las cosas bien, verlas desde el mejor punto de vista y sacarle partido. Todo depende del modo en el que lo miremos, de nuestro estado de ánimo. Pero sobre todo, de nuestra actitud.
La actitud es la que marca nuestro rumbo, la que nos premia con cosas gratificantes en nuestra vida, la que cose el camino que deben dar nuestros pasos. 
La actitud es la que nos hace crecer como seres humanos. La que se arriesga, la que nos cambia. 
Todo es cuestión de actitud. 
Las buenas actitudes cambian el mundo. 

-Dime tú cómo lo ves-

domingo, 5 de agosto de 2018

Presente

A veces miramos demasiado al futuro y nos tapa un poquito los ojos en el presente, incluso casi no nos deja disfrutar.
Y bueno sí, puede ser inevitable. Es difícil no pensar, no echar la vista hacia delante y tener un nudo en el estómago con lo que vendrá. 
Pero tenemos que saber que eso no servirá de nada, que no podemos perder el tiempo pensando y que lo único que debemos hacer es disfrutar del momento, de lo que estamos viviendo ahora, porque sino nos perderemos muchas cosas.
Y ya vendrá, ya vendrá el futuro y todo lo que está planeado para nosotros. Y sólo nos quedará agarrarlo con fuerza, vivirlo y disfrutarlo como presente, una vez más. 

Y entonces, ya veremos qué pasa. 

-Un rincón maravilloso-

sábado, 4 de agosto de 2018

Las mías

Creo que habrá pocas cosas en la vida como las buenas amigas. Las que te entienden cuando les hablas y también cuando no lo haces. Las que están contigo de fiesta pero sobre todo las que comparten tus silencios. Las que aunque no te lo digan siempre tienen un hueco para ti, y son las mismas que van a buscarte cuando te necesitan. Las que te hacen ser partícipe de su vida y saben también cómo hacer que nunca tú te sientas sola en la tuya. Las que se comen la distancia y parece que nunca te has ido. Aún así en cuanto pasas una semana sin verlas ya las echas de menos. Y es sólo en esa jodida distancia donde te das cuenta de cuáles son las verdaderas.

Y yo a las mías las echo tanto de menos. Que estoy deseando abrazarlas.

-Los lunares de mi piel-

viernes, 3 de agosto de 2018

Comienzos difíciles

Si estás en una ciudad nueva, en un trabajo nuevo, en una nueva experiencia, date tiempo. No te encierres. Encerrarse en uno mismo es fácil, pero una vez estás dentro es muy complicado salir. Sé que es fácil decirlo pero que las horas queman, y hay días que parece que no vayan a acabar, y momentos que necesitan ser compartidos.

Pero los comienzos son difíciles, así que no te quedes quieto y avanza, pero poco a poco. Dale una oportunidad a quienes te rodeen e intenta conocerlos y que te conozcan. Y si hay alguien con quien no concuerdas, no te preocupes, no se le puede caer bien a todo el mundo.

-Compartiendo Macarrones-

jueves, 2 de agosto de 2018

Pasos

Sentir que das los pasos en la dirección correcta o que, aunque un día te desviaste, conseguiste recuperar el rumbo; sentir que nunca es tarde para hacer las cosas bien o que rectificar es una segunda oportunidad que sólo te puedes conceder tú mismo; sentir que las cuentas acaban saliendo cuando te empeñas en seguir sumando y no tanto en restar o dividir…

-Te lo dije cantando-

miércoles, 1 de agosto de 2018

Sonríe

Sonríe aunque te estés rompiendo. Aunque no te queden fuerzas para madrugar mañana, aunque no encuentres las ganas de otro lunes que se acerca por la espalda.
Sonríe siempre. A todos, a todo. Porque es lo único que podemos hacer para plantarle cara a una vida injusta, descarada y con la fuerza suficiente para tumbar a cualquiera.
Sonríe a cada paso. Aunque a veces no haya luz, aunque no haya una cámara enfrente.
Sonríe, porque la risa y la sonrisa son la cura de todos, todos, los males.

@alejandrosotodosos