miércoles, 31 de enero de 2018

Eres los viajes que haces

Un calendario, un mapa del mundo y la ilusión por todo lo alto.
Con qué poco se puede ser feliz.
El destino. Quizá decidido desde hace varios sueños, desde hace algún viaje pasado, desde hace algunas vacaciones ya lejanas. O quizá todavía esté pendiente de decidir y te esté costando hacer click, decir que sí, pasar al siguiente. Quizá sea cuestión de elegir más de uno. Un año da para mucho.
Y que el destino no siempre es el factor decisivo, la pieza clave o lo más importante de la aventura. Por no ser, puede no ser siquiera un lugar. Un espacio delimitado. Un listado de visitas obligadas que puedas tachar una vez realizadas. En ocasiones no es físico, sino sentimiento. No es un souvenir, sino un recuerdo. De esos que duran toda una vida si lo sabes cuidar. Es una nueva bocanada de aire, un aprendizaje de los que cambian un poquito tu vida, una nueva forma de mirar y de percibir. La que se vive únicamente al viajar.
El equipaje. Es ilusión envuelta de cariño, de mucha paciencia y de altas dosis de esperanza. Para que se mantenga intacta, protegida frente a los vaivenes del viaje, frente a los contratiempos que se crucen de camino. Y que no te falte tampoco libertad, para decidir en cada momento, para improvisar los acordes, para inventarte la letra de cada canción. Y una cámara. Para inmortalizar sonrisas, para captar los más diminutos matices, para construir bonitos recuerdos.
La maleta. Cuanto más ligera mejor. No se necesita tanto, ni siquiera el dichoso mapa. Sobran los “porsiacaso”, las ideas preconcebidas, las expectativas que son demasiado altas. Y cualquier otra obligación que te hayas marcado antes de partir. Es una decisión. Sobre qué se queda fuera, que es lo que no tiene espacio ni cabida de ninguna de las maneras. Y es también saber dejarlo atrás, aunque no siempre sea fácil. Quizá sea para tan sólo unos días, pero quizá sea para una larga temporada. O para nunca más. Que hay viajes con billete de regreso ya comprado y hay viajes para no volver.
Pero deja espacio para la vuelta. Que siempre traes algo contigo. Nunca vuelves de vacío.
La compañía. Que bien elegida, puede ser un mundo. El tuyo. Un todo o nada. Puede ser la diferencia entre algo que valga la pena y algo que sea inolvidable. Entre un viaje más y el viaje que te sirva de estímulo y ejemplo para los siguientes. Ese que te proporciona una continua inspiración, el empuje para ir cada vez más lejos, la motivación para abrirte a mil y una posibilidades. Aunque a veces caigas en el error de tratar de repetirlo.
Porque… Para qué repetir viajes, habiendo tantos otros por hacer.
Como error puede ser el empeñarte en que alguien te acompañe. Sí o sí. Como si ir solo fuera una especie de fracaso, el mayor de los aburrimientos o un gran riesgo. Como si elegir un mal compañero no lo fuera. Error es pensar que siempre se necesita a alguien con quien viajar. Y que, el no tenerlo, nos sirva de impedimento, de excusa o de eterna demora.
Que puedes ser tu mejor compañero posible, si te lo permites.
El viaje. Partir. Saber desde dónde salimos, qué llevamos con nosotros. A dónde lleguemos ya se verá. Tomar esos planes escritos sobre papel y darles forma a nuestro antojo. Darles vida. Sin permitir que tomen el control. Dibujar el camino sobre la marcha. Porque a veces, la mejor decisión es dejar de decidirlo absolutamente todo. Dejar de pensar. De planificar punto por punto hasta el último párrafo. Dejar de planear los descansos, las fotografías milimétricas y nada espontáneas, los autobuses a tomar.
Que la mejor opción suele ser simplemente andar. Hacia donde tus pasos te guíen, hacia donde tu instinto te lleve. Donde sientas que debes estar. Perderte por calles, incluso las que no aparecen destacadas en los mapas. Suelen ser las mejores. Las más auténticas. Las más frescas.
Sentirte libre. Llegar a sentirte parte del lugar, de la gente, de la experiencia. Soltar lo que te controle, lo que te dirija. Incluso a ti mismo.
Darte la oportunidad. De perderte, de encontrarte, de cambiar. No en vano, dicen que cada viaje que haces te cambia un poco. Tu manera de pensar. De sentir. De viajar. De querer y quererte. Tu manera de priorizar.
Que cada viaje es una historia.
Y que eres la historia de los viajes que haces, y de los que no.

-Entre suspiros y un café-

martes, 30 de enero de 2018

Da lo mejor de ti

Da lo mejor de ti. Da tanto hasta tal punto que creas que lo has dado todo. Pero deja siempre un poquito más, para cuando haga falta. Hazlo con pasión, con ganas, no porque sí, ni por obligación o porque te digan que es lo que debes hacer. Las cosas que se hacen sin ganas son un completo aburrimiento y, a la larga, no te sacan ni una sonrisa.
Puedes dejarte sudor y lágrimas todos los días, a cada segundo, no parar de trabajar, de hacer cosas, de ponerle mucho esfuerzo, de madrugar… pero si, al final del día, sientes que es lo que te gusta, lo que te apasiona y a lo que te quieres dedicar el resto de tu vida, créeme que todo el cansancio merecerá la pena.
Porque existe algo, o sino lo invento yo, que dice que cuanta más ganas le pones a algo, más sonrisas sacas. Y a más sonrisas, menos cansancio. Incluso con horas de sueño a las espaldas.

No lo olvides.

-Un rincón maravilloso-

lunes, 29 de enero de 2018

Dan la vida

Dan la vida esos momentos de viernes aun estando totalmente reventadas de la semana porque en esos instantes no sientes cansancio alguno.
Dan la vida esas cenas de gordez máxima porque el cuerpo nos lo pide, con su hamburguesa, sus patatas y su cerve. Y si rematamos ya con la copa y algo dulce de postre, lo bordamos.
Da la vida ese ponernos al día de todo aunque hablemos por el whatsapp diariamente, porque sabemos que no es lo mismo, porque el tenernos delante no se paga con dinero.
Dan la vida esos momentos de sinceridad, de desahogos y de vergüenzas fuera porque son quienes mejor te entienden, te levantan y te empujan para seguir.
Da la vida reírte hasta llorar, planear en bucle todo el rato, soñar despiertas, resolver nuestras vidas y el mundo aunque sea momentaneamente, volar...
Da la vida estar con ellas y saber que todavía hay por delante muchos segundos que compartir.

-DetallesConectados-

domingo, 28 de enero de 2018

Paz

Llega un momento en la vida, a base de despedidas, en el que descubres que los que se han marchado de tu lado, los que han huido sin decir adiós, no sólo te han hecho un favor, sino, posiblemente, el mayor de los regalos: estar en paz.

-Ali cia-

sábado, 27 de enero de 2018

Los charcos


Todo empezó a complicarse el día que dejamos de saltar en los charcos porque nos manchábamos la ropa.

-Marta Eme-

viernes, 26 de enero de 2018

El día más importante

Nunca sabes cuál va a ser el día más importante de tu vida, los días que crees que serán importantes nunca son como los imaginas en tu cabeza. Los días normales que empiezan igual que otro cualquiera, son al final los más importantes.
Nunca sabes que el día más importante de tu vida es el más importante hasta que lo vives. No reconoces el día más importante de tu vida hasta que estás dentro de él…; el día que entregas algo o a alguien…, el día que te rompen el corazón..., el día que conoces a tu alma gemela…, el día que te das cuenta de que no hay casi tiempo porque quieres vivir para siempre…, esos son los días más perfectos.
Nunca sabes cuál va a ser el día más importante de tu vida, quizás lo sea hoy, así que vívelo intensamente y sin prisas, déjate llevar hora a hora, minuto a minuto y quien sabe… quizás al final del día, cuando llegue la noche y te retires a descansar te des cuenta de que hoy ha sido uno de esos días importantes, porque en ningún sitio está escrito que tenga que haber sólo uno. 

-Hasta la última estrella-

jueves, 25 de enero de 2018

Tangibles

Una de las razones por las que quería volver, tal vez la de mayor peso, era porque quería estar más cerca de todo y de todos. El perdernos momentos relevantes e importantes es seguramente el trago más difícil, un sacrificio inconscientemente necesario para poder vivir aquella vida que hemos elegido.
Y cuando digo cerca, puede que no sea literalmente, ya que sigo teniendo distribuido por media geografía a algunas de mis mejores amistades. Pero aun así se sienten mucho más próximas. 
Desde que he regresado no sólo he aprovechado para pasar más tiempo con mis incansables e imprescindibles Amiguis, sino que he hecho lo posible por arañar minutos con aquellas que es más complicado quedar, a pesar de tenerlas a un paso. 
Increíble ha sido cómo he ido poco a poco recuperando contacto con esos que habían pasado y dejado huella por mi vida a lo largo de tantos años en la capital portuguesa. No es que antes no lo hubiese pero tal y como me esperaba, el estar de vuelta, ha abierto las puertas de los reencuentros.
Las llamadas de teléfono se han sucedido de manera escalonada, casi siempre acompañadas de buenas noticias, de invitaciones irrecusables y de palabras de aliento para seguir luchando y tirando pa'lante, para no morir en la orilla después del esfuerzo y la valentía que le he echado a la vida. 
Sabe bien ser consciente que hay tanta gente cerca de ti, arropándote, queriendo acompañarte en esta nueva aventura. Sé que tardaré en cumplir con todas esas visitas prometidas aunque tened por seguro que he de llegar a todos, más tarde o más temprano. 
Pero no me quedo sólo con eso. Ayer mismo se me empañaron momentáneamente los ojos cuando recibí uno de esos mensajes que te alegran el día y te sacan la sonrisa más grande que tienes. A lo largo de todos estos años, probablemente lo que más rabia me dio fue no estar presente para ver nacer a los primeros polluelos de mis míticas. Tal vez por ser los primeros o tal vez por ser los de ellas pero no poder compartir aquel momento, aunque fuese un instante, y tener que verlo desde lejos, fue duro y triste. 
El caso es que con ese mensaje fui consciente de algo tangible y palpable: estoy aquí, he vuelto y estaré presente para ese nuevo pollo que está de camino. 
Pequeños detalles que hacen que a cada paso que doy, sienta que son el reafirmar de la decisión que tomé hace ya casi cuatro meses. 
No muchos minutos después alguien ajeno a todo esto me hizo una pregunta muy directa pero muy sutil: 
- ¿Estás feliz de haber vuelto? 
Y yo le respondía con rotundidad y seguridad: 
- ‎¡Sí! 

-DetallesConectados-

miércoles, 24 de enero de 2018

Camina

Cuando camines, camina junto a los soñadores, a los que confían, a los que tienen coraje, a los alegres, a los que hacen planes, a los que actúan, todos aquellos que tienen la cabeza en las nubes pero los pies en la tierra.
Deja que su espíritu encienda tu fuego interno para que entonces puedas también dejar el mundo mejor de lo que lo encontraste.

-Anónimo-

martes, 23 de enero de 2018

Sin más

Al final, las que realmente merecen la pena son esas que, ese día que estás de bajón, con un moño en la cabeza, tirada en la cama y sin ganas de nada, y mucho menos de sonreír, consiguen sacarte una sonrisa.
Así, sin más.

-Un rincón maravilloso-

domingo, 21 de enero de 2018

Reloj


Quiero un reloj que sepa detenerse en los mejores momentos de mi vida.

-Lo que me encantaría decirte-

sábado, 20 de enero de 2018

La gente que se esfuerza


Una sonrisa se escapa cuando veo a alguien triunfar.

Confieso que no me ocurre siempre, y que, si bien hay triunfos capaces de emocionarme hasta rozar el llanto, también hay otros que no logran despertar en mí la más mínima de mis inquietudes.
Dicen que todo depende del amor que sientas hacia esa persona o de la calma que respira tu interior cada vez que sales victorioso de tus propias batallas, pero yo creo que es algo más que eso. 
Que no es la llegada lo que nos alegra, sino la manera en que alguien —sea querido o no— lo consigue. Que hay quien de un cable o un golpe de suerte tocó su cima, sí, pero también quien de su poco a poco, su paciencia o un ya debilitado «todavía puedo dar algo más» supo hacer frente a sus escalones. 
Me pregunto si no son estos nuestros verdaderos héroes. Aquellos que de una piedra empezaron un castillo. Aquellos que de un momento entregado construyeron su propia historia.
En fin, creo que a estas alturas no puedo negarlo: cómo me gusta cuando a la gente que se esfuerza le van las cosas bien. 

-El universo de lo sencillo-

viernes, 19 de enero de 2018

Falsas apariencias

Si existe un error que caracterice al ser humano ese es el prejuzgar. Pensar u opinar de alguien, tanto para bien como para mal, sin saber absolutamente nada de él, sin conocerle, sin darle una sola oportunidad. Lo has hecho tú, lo he hecho yo, y todos lo hemos sufrido en algún momento, incluso sin ser conscientes, tras una sonrisa forzada.
Al hablar de prejuicios lo primero que viene a la cabeza son aquellas personas que son apartadas de cualquier sociedad por su raza, su sexo, su dinero, su condición física y psicológica, su inclinación sexual. Y, sin embargo, hay mucho más, hay tantos aspectos de tu vida que pueden ser juzgados. Hace un tiempo se compartía en las redes sociales una publicación que hablaba de un grupo de personas, con características diferentes, que son prejuzgadas por el resto sin que estos sepan por qué realmente se comportan o son así. Un chico con sobrepeso al que llaman “gordo” y otros calificativos indeseables, que puede que tenga tiroides (las grasas se queman mal y tienden a acumularse), que puede que tenga ansiedad porque su situación familiar es pésima, que puede que esté intentando adelgazar con la dieta equivocada. Una chica tímida, que apenas habla, que no le gusta dar su opinión, a la que todos señalan por no ser el alma de la fiesta. Y puede que no hable porque durante años ha sufrido bulling y siente que todo lo que diga se va a malinterpretar, que a nadie le va a interesar o que no van a aceptarla por sus palabras, una chica que no quiere volver a pasar por lo mismo. Puede que antes fuera diferente, pero que sufriera un abuso sexual, una paliza por parte de un ex novio demasiado posesivo, y tantas otras cosas que ni siquiera imaginamos.
Dime, ¿cuántas veces te has sentido así? Cuántas veces has sentido que te miraban como si te conocieran, que hablaban de ti cómo si te hubieran dirigido la palabra alguna vez. Dime, cuánto cambia tu crítica cuando un hombre ha sufrido malos tratos psicológicos por su mujer y no al revés. Cuando para alguien con rastas, tatuajes y piercings cuesta pensar que es la mejor de su clase, que tiene una carrera que jamás habrías llegado a soñar, que ha trabajado duro durante muchos años y que no se lo han puesto fácil. Qué pasaría si esa persona quisiera presentarse a un puesto importante, ¿importaría su aspecto o su capacidad para hacer bien el trabajo?
Y más allá de los tópicos ¿un grupo de chicas criticando a otra por haber estado con más de uno? ¿Por salir con tu ex? ¿Por haber salido con tu novia? ¿Un grupo de chicos dejando de lado a otro por ser más femenino? “no, es que no quiero que se me lance” ¡¿?! En el trabajo, en clase, en tu propia casa. Conocidos, desconocidos. Por la calle, amigos de amigos, chicas de una noche, tu jefe, el guapo de la clase.
Esto no es una reprimenda, ¿el típico discurso? probablemente, pero está bien que nos lo repitan de vez en cuando. No quiero que os sintáis mejor ni peor, no quiero decir que seamos perfectos, no lo somos, lo sabemos. Es lo que hemos visto, en la televisión, en la calle, en el día a día, en jóvenes y adultos, es lo que nos han enseñado, es la naturaleza humana. Decir esto tampoco me hace mejor persona, ni a ti que compartas un vídeo en el que Emma Watson de un discurso en las Naciones Unidas a favor de la mujeres, ni en el que un grupo de vagabundos sean los únicos capaces de compartir un miserable trozo de pizza cuando no tienen ni para comer. No nos hace mejor persona si cuando salimos a la calle no nos lo tomamos en serio.

La vida ya es complicada por sí sola, para qué ponérnoslo más difícil los unos a los otros.

-Compartiendo Macarrones-

jueves, 18 de enero de 2018

Sé valiente

Cuesta comprender que hay ciertas cosas que es mejor dejar ir antes de que te maten por dentro. Que hay personas que toman decisiones por ti y se largan de tu vida sin avisar. No importa que tú no quieras, que busques motivos para que no se vayan o que quieras que sigan ahí, ellos se irán. Lo más probable es que no haya explicación alguna, y si la hubiera, no te servirá de consuelo.
Hay personas que pasan por tu vida como un suspiro, aunque ese suspiro haya durado una década. De repente, todo lo que habéis vivido, lo que habéis compartido, pierde su significado porque el otro decide tirarlo todo por la borda. ¿Acaso no fue nada? ¿No te aportó algo la relación? Cuando os visteis por primera vez, cada reencuentro, cada despedida, cada abrazo, cafés, noches de fiesta, momentos de felicidad y otros de hundirte en la miseria. Probablemente sirvieron para algo. Le ayudaron –en parte- a ser quien es hoy. Pero ya es igual, ya no importa. Ya no significas nada para esa persona, has pasado a un segundo plano.
Y las conversaciones eternas se transforman en mensajes sin respuesta, cumpleaños sin felicitar, llamadas que nunca llegan, cafés que se enfrían y noches que se vuelven tristes sin vuestras risas y bailes.
La situación alcanzará tales proporciones que pensarás en todo aquello que no hiciste o que pudiste hacer mal, algo que provocara este distanciamiento. No te culpes, tampoco a él/ella. La vida da muchas vueltas y a veces hay caminos que han de separarse, aunque eso implique llevarte grandes decepciones.
Es el momento de dar un paso al frente, ser todo lo valiente que la otra persona no lo fue, afrontar la situación, decir adiós y sentirte tranquilo contigo mismo. Porque en el fondo sabes que no has hecho nada malo, que las relaciones cambian y no siempre para mejor. Y que si esa persona decidió marcharse, fue porque quiso, nadie se lo impuso.

Quédate con lo bueno y por encima de todo, sigue siendo tú mismo/a. Siempre.

-Nunca dejes de volar-

miércoles, 17 de enero de 2018

Imperfecta

No soy perfecta. Y probablemente aunque intente hacer todo lo mejor posible, acabe equivocándome o haciendo algo mal, seguro.
Siempre intento dar lo mejor de mí, cuidar a las personas que tengo a mi lado, saber ser en cada instante, que no sólo estar, y no por nada, sino porque me sale solo, porque soy así.
Intento ser amable y buena, porque nunca se sabe por lo que está pasado la otra persona, porque nunca se sabe que va a pasar un segundo después, porque simplemente me apetece ser así, y punto. Y eso que tengo un montón de defectos y puede que a veces sólo vean esos que te hacen ser un poco peor.
Y aun con todo, sigo sin ser perfecta, y tampoco quiero, pero siempre intento ser un poco mejor que el día anterior, limar esos defectos que me hacen ser más pequeñita e intentar dejar un hueco de mí en cada rincón y persona por la que paso.

-Un rincón maravilloso-

martes, 16 de enero de 2018

Nuestra foto

Amistad... y otras formas de decir te quiero.
Cuando tus propias palabras no llegan, cuando ya no sabes cómo explicar todo lo sucedido, viene una de ellas y te da las buenas noches de esta manera.
¡Para qué volverse loco buscando si tenemos la mejor foto!

-DetallesConectados-


-Defreds-

lunes, 15 de enero de 2018

Enfócate

Enfócate en el lado positivo de las cosas, porque todo tiene su lado bueno y su lado malo. ¿Por qué quedarte con lo malo si puedes elegir? ¡Elige bien! Es tu decisión.
Enfócate en conseguir lo que quieres. ¿Por qué no? Dicen que querer es poder y que el 90% del éxito consiste en insistir. Olvídate del “debo” y persigue tu “quiero”.
Enfócate en ti, porque nunca nadie te querrá tanto como tú mismo, y porque nadie mejor que tú te conoce y sabe lo que necesitas.
Enfócate en soluciones. Porque atraes aquello en lo que te fijas.
Enfócate en el futuro, en aquello que está por venir y en lo que vas a vivir el resto de tu vida. El pasado quedó atrás, no te gires.
Enfócate en tu entorno. Quédate con lo realmente importante. No guardes “por si acasos”.
Enfócate en decir que no. Porque a veces cuesta y no sabemos. Aprende a decir que no sin sentirte culpable.
Enfócate en lo que se te da bien. Disfruta, mejora, desarróllate.
Enfócate en lo que no se te da bien. Aprende, supera barreras, crece. No te quedes atrás.
Enfócate, porque enfocarse es un arte, y tú tienes mucho estilo, no lo desaproveches.
Enfócate en lo realmente importante. El tiempo es muy valioso, no lo malgastes en cosas que no valen la pena.


"La vida es cómo una cámara de fotos, enfócate sólo en lo que es importante, captura lo buenos momentos de la vida, saca de lo negativo, un aprendizaje revelado, y si las cosas no salen cómo quieres, intenta una nueva toma."

-Entre suspiros y un café-

domingo, 14 de enero de 2018

Destino


Lo que sí que me queda claro es que según van pasando los años mejor voy entendiendo al destino, ese mismo que te quita personas de tu camino, para poner a muchas otras que valen la pena.

-El alma en los labios-

sábado, 13 de enero de 2018

Las ganas

Me hace feliz saber que, a pesar de que no todo es de color de rosa, sin saber cómo, siempre salimos adelante. Aunque todo se ponga muy negro o se nos mueran las ganas. Siempre hay un mañana. Siempre es mañana. Y a veces hasta sale el sol. Porque siempre hay una nueva oportunidad para empezar de nuevo, para tratar de estar mejor, para quedarnos sólo con lo bueno.


Y a lo malo, pues nada. Cuando surja, ya veremos.

-Bienvenido a casa y otras formas de decirte que te quiero, Mamen Gómez-

viernes, 12 de enero de 2018

Cuestión de ganas

Al final, las personas que merecen la pena son esas a las que les da igual los kilómetros, las personas y los baches, y se quedan aunque las cosas hayan cambiado.
Y es que en realidad, cuando alguien quiere, le pone ganas e interés a una relación, sea del tipo que sea, nada cambia. 
Esas son las que duran para siempre. Las que saben ser aunque no estén, que olvidan las excusas y cuidan el más mínimo detalle. 
Y no sé si por suerte o por desgracia, de esas hay muy pocas... 

-Un rincón maravilloso-

jueves, 11 de enero de 2018

Los que se quedaron

Bonito es saber que ciertas personas, esas que no ves hace años pero que tuvieron su importancia en un momento determinado y que por circunstancias tuvisteis que separaros, siguen ahí. Aunque no haya el mismo contacto diario, aunque ya no se hable tan a menudo...
Bonito es saber que puedes llamar o volver a ver a esas personas y que sientas que el tiempo no ha pasado, aunque realmente hayan transcurrido incluso años. Que por un instante todo vuelva a ser como era antes, a como fuisteis antes cuando coincidisteis en la ruleta de la vida.
Qué bonito una llamada inesperada, ponerte al día, que te cuenten, que cuentes, que les informes del resto del grupo, de sus vidas. ¿Y ahora qué? ¿Cómo vas? ¿Lo echas de menos? Ya verás, ¡todo llega! Ten paciencia.
Qué bonito que te digan: ¡eh!, ¡vente!, te recibo con los brazos abiertos o qué ilusión oír tu voz o tengo muchas ganas de verte.
Es bonito saber que de todo lo que construiste, de todo lo que viviste y al final tuviste que dar carpetazo para empezar un nuevo capítulo, permanece lo mejor: los que se quedaron a tu lado.

Gracias Sara por hacerme recordar, por hacerme volar a un tiempo que fue el principio de algo y de todo, por hacer que se me callesen de nuevo esas lágrimas de felicidad.

-DetallesConectados-

martes, 9 de enero de 2018

lunes, 8 de enero de 2018

Esperan por ti

Si eso es lo que te hace feliz, ve a por ello. Y que digan lo que quieran, que intenten frenarte, que ya descubrirán que es imposible tumbar a quien nunca se rinde.
Si es lo que te llena, lo que hace que te despiertes cada mañana con ganas, ilusión y con una sonrisa dispuesta a dar lo mejor de ti, lánzate. Y que venga lo que venga, qué más da, no te quedes con las ganas, y mucho menos con la curiosidad. 
De verdad, sal ahí fuera y ve a por ello, los sueños no se cumplen solos. 
Te están esperando.

-Un rincón maravilloso-

domingo, 7 de enero de 2018

El mejor regalo

Hay veces que las cosas vienen de repente. Te sorprenden y te rompen los esquemas. Los domingos suelen ser improvisados. No te lo esperas, pero en mitad de las risas te das cuenta de lo importantes que son. Encontrar un nuevo hogar. Encontrar esa pieza que te falta. Esas que encajan en el rompecabezas en el que se ha convertido tu vida. Me paro a pensar en la familia que he formado sin darme cuenta. Esa que encontré de casualidad, comiendo sushi los jueves por la noche o en las tardes de café con tarta de tres chocolates. 
Algunos lo llaman casualidad, yo pienso que la suerte se ha puesto de nuestra parte para juntarnos a todas, y hemos recibido el mejor regalo, que es la amistad.
Brindo por los domingos sin plan, porque si son con la familia que se elige, siempre serán domingos inolvidables.

-Dime tú cómo lo ves-

sábado, 6 de enero de 2018

Queridos Reyes...

Lugares nuevos, playas vírgenes, arena blanca, pieles saladas en mares infinitos. Lugares inolvidables. Montañas imponentes, sudor en la frente y sabor a cima alcanzada. Barro en las botas, tiendas de campaña, sacos de dormir y techos de estrellas. Teléfonos sin cobertura.
Pueblos escondidos, calles de piedra, flores en los balcones, saludos en casas de arcilla y paja. Olor a hierba, a lluvia, y a chocolate frente a una chimenea. Ciudades nuevas, monumentos históricos, calles de asfalto ardiente y treguas en terrazas escondidas.
Noches de hoteles, noches de salas de espera, noches en vela. Vagones, asientos de autobús, carreras a la estación. Mucho sueño y sueños cumplidos. Noches de vuelta a casa.

-Deja que viajar te cambie la vida, Compartiendo Macarrones-

viernes, 5 de enero de 2018

Tiempos


Cuando uno extraña un lugar, lo que realmente extraña es la época que corresponde a ese lugar; no se extrañan los sitios, sino los tiempos. 

-J. L. Borges-

jueves, 4 de enero de 2018

Con Ellas hasta el infinito

Personalmente hoy es un día muy especial y de alguna manera quería dejar constancia de ello porque en unos años, cuando eche la vista atrás, quiero tener este día grabado en la retina, en la memoria y por qué no, también en el blog. 
Si alguien, hace apenas un par de años, nos hubiese dicho en aquel café que hoy íbamos a estar las cinco, sentadas alrededor de una mesa, en casa de la "incitadora", para celebrar juntas la navidad y el año nuevo... todas seríamos bastante escépticas ante esa afirmación. 
¡Las vueltas que ha dado todo desde aquel primer día de aquel curso en el colegio! Han pasado veinte años de aquello, caminos distintos, universidad, nuevas amistades, reencuentros... hasta llegar a aquel día de invierno en el que (re)comenzó todo, el día en el que los engranajes empezaron a encajar. 
Desde ahí, todo un sinfín de momentos, de historias compartidas, aventuras inesperadas e incluso leyendas si me apuráis, porque algunas, hay, que no os engañen. 
Habéis sido testigos lejanos (con suerte cercanos) de algunas de ellas. 
¡Son espectaculares!; No son conscientes de lo que están significando para ti; ¡Vaya amigas!; Vuestra historia es increíble; Es que se ve, haríais cualquier cosa por el resto; No hay más que veros para sentir el cariño; Me encantáis; A quien se lo cuentes no se lo cree... 
No son palabras mías, no soy yo quien las pronuncia, aunque podrían perfectamente venir de mi boca. Son frases de aquellos que nos han visto juntas, los que han podido convivir con esa locura sana que llevamos por bandera, aunque haya sido por poco tiempo. 
Es extraño cómo la vida se enreda, se lía y te sorprende de mil formas.
Se me hace muy complicado explicar todo lo ocurrido en estos escasos dos años. Entender cómo es posible reenganchar con tanta intensidad con alguien que siempre había estado ahí y además darme la mano para introducirme en su vida y en sus amistades para que acaben siendo las mías también. Cómo se puede convertir una persona desconocida, más de una en realidad, en imprescindible, incondicional, presente... en tan poco tiempo y además, vivir todo lo que hemos vivido.

 
Desayunos, comidas y cenas, salidas, conciertos, playa y montaña, viajes, cumpleaños, risas, llantos, boda(s), escapadas de cuarto de hora, música, días y noches de arreglar el mundo, cine, exposiciones, gimnasio, teatro, cafés, cervezas, libros, celebraciones, paseos, quedadas, payasadas, improvisaciones, preocupaciones, consejos, logros, mensajes, vídeos, fotos, audios, brindis, bailes... y podría seguir añadiendo más cosas. 
De cuando en cuando repetimos y comentamos eso de que ni siquiera con nuestros amigos de siempre hemos compartido tanto en tan poco porque seguimos sin asumir la rapidez y la intensidad de todo.
Entienden mejor que nadie lo que significa ser Amiga. Que no es una obligación sino un placer, un lujo y una aventura el poder compartir la vida con gente a quien realmente le importas. Que lo relevante no es el plan o el sitio. Eso da igual, es lo de menos. Que lo importante es estar. Que lo importante es la calidad pero que también lo es la cantidad porque cuando la gente importa de verdad se está presente siempre, de cerca o de lejos.
Han hecho magia desde el primer día. Han conseguido que volviese a creer no sólo en la bondad de las personas sino también en la simple y pura amistad. Esa que te da la vida, la que no hace daño, la que te echa un cable cuando lo necesitas, la que te arropa y protege, la que disfruta contigo y vive cada momento como suyo propio, la que te recarga las pilas, la que convierte cada instante a su lado en algo mágico.
¿El secreto de todo esto? ¡Las ganas! Pero de las de verdad, de las buenas. Esas que no impiden nada. Nuestra agenda estará llena y no tendremos un duro, pero eso no ha sido en ningún momento excusa para poder reunirnos aunque fuese tan sólo para vernos la cara.
Lo hemos tenido que retrasar un poco por problemillas técnicos pero lo importante es que somos de esas que buscan el tiempo hasta de debajo de las piedras para juntarnos. 
Me hace especial ilusión el día de hoy. No sólo porque pensándolo fríamente es hasta inesperado y surrealista (entre otras cosas porque hace apenas dos meses estaba viviendo en otro país), sino porque al mismo tiempo es como la guinda del pastel a estos casi dos años pero sabiendo que habrá mucho más para contar en el futuro. 
Las #frescas, la #cuchipandi, las #Amiguis, han llegado para quedarse. 
Firmo donde sea necesario para que los próximos años sean, como mínimo, iguales. Personas como ellas las quiero tener siempre a mi lado. Porque con Ellas, como decía hace unos días, da igual si es planeado o improvisado pero el caso es que están. Las incondicionales y casi omnipresentes. Con las que puedes contar. Las que no importa el día ni la hora. Las que siempre tienen una sonrisa, una palabra amiga o incluso un ponerte en tu sitio. 
Por muchos momentos así. Porque lo que unió un día la vida, las circunstancias, la casualidad no casualidad, el colegio, el baloncesto, la biblioteca, la universidad, Adela... ¡no lo separe nunca! Con vosotras hasta el infinito.

¡Qué suerte teneros! ¡Qué suerte tenernos! 
Sabe bien haber regresado y poder compartir más momentos a vuestro lado... ¡Qué bueno tenerlas tan cerca! 

¡Vamos a por el 2018 chicas! 
¡Os quiero! 

-DetallesConectados-

miércoles, 3 de enero de 2018

Cuando sea

Estar ahí cuando sea el momento 
Y no cuando tengas un momento...
Esa es la diferencia.

-La chica de ayer-

lunes, 1 de enero de 2018

Nuevo año

Que se te deshiele el alma.
Que sientas paz.
Que no recibas demasiadas dentelladas.
Que te atrevas, de una vez, a hacer eso que deseas desde hace tanto tiempo.
Que superes el puto miedo, y seas un poquito más libre.
Que te acerques al calorcito, y a quien te de la gana.
Que pierdas los papeles, o los quemes, directamente.
Que sueltes, que sueltes, que sueltes.
Que no le debes nada a nadie, que bastantes golpes llevamos todos en el querer.
Que te deshagas por alguien.
Que te quieran comer viv@.
Que te levantes de un salto de la cama cada mañana.
Que ¡qué suerte estar aquí!
Que todo lo demás ya será....

-Desnudo de sueños-