viernes, 30 de junio de 2017

Nuevas canciones

Hay canciones que nunca hubiera escuchado sin ti.

-Defreds- 

Y es que tengo a alguien que llegó no hace demasiado tiempo a mi vida, que desde el primer día me inunda de música y de canciones, que me hace escuchar cantantes raros y otros más conocidos, pero siempre teniendo como telón de fondo letras que cuentan historias y te agarran por dentro. 
Historias que hago mías o que son suyas o de otros, que me recuerdan a algo, que me trasladan hasta un instante o me llevan hasta a alguien. 
Y yo feliz. Porque aunque no siempre sean historias alegres, son momentos que hacen de mi día, un día diferente. Son detalles únicos, ya convertidos en buenas costumbres.

-DetallesConectados-

jueves, 29 de junio de 2017

Suelta

3, 2, 1,…

Empieza a soltar.

Suelta todo aquello que no viene a tu mente cuando cierras los ojos. Lo que debes forzar para que vuelva a tu memoria. Lo que sueles olvidar una y otra vez, lo que no es tan esencial como a veces te empeñas en que sea. Aquello en lo que no piensas cuando te paras a pensar. En ti. En esto y aquello. En lo que quieres y lo que no. En lo que es para ti la felicidad.
Suelta lo que está pero no está. Lo que por más que te esfuerces, no puedes ver. Lo que nunca está cuando lo necesitas. Lo que no ves en tu vida porque no debe estar. Lo que no sirve. Lo que no utilizas desde hace mucho tiempo, ni esperas volver a hacerlo. Lo que ocupa un espacio muy valioso, demasiado. Pero que no es su lugar.
Suelta lo que ya no te aporta nada, aunque en su día sí lo hiciera. Lo que en su momento fuera muy importante, incluso imprescindible. Lo que hoy ya no es lo mismo, y ha perdido todo sentido, todo valor. Lo que sabes que hoy sobra, por mucho que trates de negarlo, o te cueste reconocer. Aquello que retienes simplemente por apego. Por cariño no correspondido. Por tener.
Suelta apegos, miedos, bloqueos. Todo lo que te paralice, sea del modo que sea. Todo lo que te haga hacer sacrificios innecesarios. Todo lo que te deje suspirando detrás del cristal, sin hacer nada. Suelta todo lo que te ate al muelle, y te deje en tierra viendo zarpar un barco tras otro. Queriendo zarpar. Pero sin atreverte siquiera a intentarlo.
Suelta etiquetas. Las que hayas puesto sin ton ni son. Sin pensar. Sin preguntar segundas opiniones ni si eran adecuadas. Pero suelta también las tuyas. Las que otros te pusieron sin preguntarte. Y que tomaste como propias. Y suelta también las que te autoimpusiste. Las que no hacen justicia a la verdad. Las que te limitan y no se corresponden con la realidad.
Suelta el orgullo, los celos y los prejuicios. Nunca hicieron bien a nadie.
Suelta lo que te robe felicidad. Aunque sean unos segundos. Lo que te hunde con una frecuencia que no debería ser la habitual. Lo que no sólo te hace ir hacia abajo, sino que te arrastra con él. Robándote toda energía, voluntad y fuerza. Todo lo que te robe sonrisas y te arrebate ilusiones.
Suelta lo que te moleste. Lo que te incomode. Aquello de lo que puedes prescindir, si quieres, pero que por x o y, sigue estando ahí. Por dejarlo estar, por dejarlo para mañana, por pereza. Elimina lo innecesario, los por si acasos que nunca usas, lo que guardas por guardar. Lo que guardas para hacer bulto, incluso para aparentar.
Suelta recuerdos, objetos y personas. Di adiós, sin miedo. No en vano dicen que cada persona llega a tu vida por una razón, por una temporada, o para quedarse de por vida. Para mostrarte algo, para que aprendas algo importante. Para ayudarte en algo, para acompañarte durante el trayecto. Y que una vez cumplido el propósito… Cada cual que siga su camino.
Suelta las oportunidades que ya no quieres. O más bien, decídete a no tomarlas. Todas las que no debiste ni siquiera considerar. Porque son de otros. Porque son las que otros te impusieron. O las que otros quisieron soñar. Pero no tú. Suelta también toda oportunidad que te suponga conformarte. Y ve a por todo, y a por más.
Suelta esa parte tuya que ya no es tan tuya. Esa parte de ti que te apasionaba, que defendías, que te mostraba. Tal cual eras. O casi. O como querías ser. O como querías que otros te vieran. Y que desde hace tiempo te chirría. Y ya no encaja. Limpia todo aquello, y sigue con lo que aún es parte de ti.

Quédate con lo que vale.

Y lo demás, suelta.

-Entre suspiros y un café-

miércoles, 28 de junio de 2017

Soy como quiero

Si yo soy como quiero ser y a ti no te gusta cómo soy... ¿Qué te hace pensar que el problema lo tengo yo? 

-Chojin-

lunes, 26 de junio de 2017

Bailar

Creo que la gente ha dejado de ser espontánea, sincera, detallista.
Creo que muchos se han perdido o se han dejado perder por las rutinas, el día a día y la comodidad. 
Creo que a algunas personas se las llevó el qué dirán y los ojos escrutadores. 
Creo que hay quienes se sumergieron en el aburrimiento y la simplicidad.
Menos mal que no soy una de esas y menos mal que tengo a mi alrededor otras que saben enloquecer tanto o más que yo. 
Es verdad que a veces, la vida, te aleja de lo que eres o de aquello que deseas. La rutina te hace separarte de ciertas personas y cosas, y te obliga a dejarlas a un lado. Pero he aprendido que no podemos olvidarnos de vivir en ese camino, en esa vida. De los detalles, pequeños y grandes. No nos podemos olvidar de las personas que completan nuestro puzzle. 
Sé espontáneo, sincero, detallista. Haz las cosas de corazón, porque no hay mejor sensación que esa. 
Sal de tu rutina. Aprovecha cada minuto que se te ofrece. No te ancles. Comparte con ellos, con los que quieres, esos minutos. Haz de tu día a día una aventura diferente sin preocuparte por el qué dirán. 
Convierte tu vida en una que valga la pena ser vivida, disfrutada. 
The whole point of the dancing is the dance. Es decir, el sentido, el objetivo del baile es bailar. Y así con la vida. No hay que llegar a ningún lado, sólo hay que VIVIR. 

-DetallesConectados-

domingo, 25 de junio de 2017

Resilencia

Qué difícil a veces la vida. Qué difíciles las circunstancias cuando se ponen en tu contra. Qué difíciles las salas de espera de los hospitales. Y las salas de espera de los aeropuertos. Qué difíciles las despedidas antes de tomar un vuelo que cruza el charco. En general, qué difíciles todas las despedidas. O, peor aún, qué difíciles las personas que te dicen adiós mil veces y no terminan nunca de irse del todo, porque no saben quedarse, pero tampoco dejar ir. Qué difícil el miedo a las situaciones incontrolables. Qué difíciles los complejos y esa puñetera manía de creer que debemos ser perfectos. Qué difícil el rechazo y la decepción. Qué difíciles las infidelidades y las deslealtades, las puñaladas traicioneras por la espalda, los chismes de los corrillos. Qué difíciles los ridículos, los errores, y, sobre todo, qué difícil convivir con la culpa y el reproche. Qué difícil el amor cuando no es amor, cuando se maquilla con aniversarios pero duele cada día de la rutina. Qué difíciles las relaciones de dependencia emocional, los tiras y afloja, el cariño por costumbre y las presiones sociales. Qué difícil decir adiós con la mejor de tus sonrisas para correr a hundirte en lágrimas. Qué difícil enamorarse y no ser correspondido, pero también, qué difícil no ser capaz de querer a quién más lo merece. Tú, que te enamoraste un día de quien menos lo mereció.
Qué difíciles los suspensos después del sacrificio, la sensación de derrota, las entrevistas de las que jamás recibiste respuesta, los despidos sin explicación. Qué difícil asumir la vejez de tus abuelos, verles perder fuerza, querer inútilmente regalarles juventud. Qué difícil ver las noticias por la mañana y soportar la pena, la rabia y el miedo. Qué difícil vivir sin la paz universal, con el dolor de otras personas, con cualquier discriminación, con la pobreza y la exclusión. Qué difícil la palabra enfermedad y los severos tratamientos para mantenerte a este lado de la batalla. Qué difícil escribir en anónimo cuando quiero abrazar vuestra amabilidad. Qué difícil aceptar lo mucho que te perdiste por alguien y qué difícil fue volverte a encontrar.
Qué difícil la vida y su sensación de tormenta, que todo lo tambalea y lo pone del revés. Qué difícil aferrarse con uñas y dientes cuando apenas tienes fuerzas. Qué difíciles los malditos mensajes positivos los días que sólo quieres llorar sin justificarte, hacer uso de tu derecho a estar mal y protestar. Qué difícil convivir con el postureo, vender constantemente esa falsa apariencia de euforia y perfección.
Pero qué bonito el abrazo amigo, los ojos compañeros en los que perderte, la gente que te va a apoyar sin cansancio, y que si hace falta, hasta andará por ti. Y qué bonita la palabra resiliencia y la capacidad de hacer frente a las adversidades, pese al dolor. Qué bonita la solidaridad en cualquier rincón del mundo, el amor sin condiciones, el respeto y la bondad. Qué bonito superarte cada día, aprender de los errores, valorar lo que tienes mientras lo tienes y agradecerlo después. Qué bonito aceptar nuestras limitaciones, intentar mejorar y hacer de nuestro pequeño rincón del mundo un lugar mejor. Qué bonito experimentar, enamorarse y entregarse a una nueva ilusión. Qué bonito saber que cada día es un regalo, que siempre merece la pena volverlo a intentar, que habrá manos extendidas si te vuelves a tropezar.

A pesar de todo, qué bonita la vida. Joder, qué bonita.

-La mirada de Julita-

sábado, 24 de junio de 2017

Ama

Ama. Ama y sé tan libre como deseen prohibirte amar. 
Con fuerza, sin dependencias. 
Abraza. 
Acepta que no debes aprobar una aceptación. 
No debes aceptar, jamás tuvimos que aceptar lo que éramos, porque siempre fuimos por igual. 
Humanos, de carne y hueso. Sintiendo y padeciendo. 
Inhala tu propia vida, tus impulsos de ser lo que no quieren permitirte ver ser. 
Consume del cuerpo que te haga vibrar de emoción. De felicidad. 
El odio externo, sólo son chasquidos. 
¿Acaso alguien tuvo el derecho de etiquetar como algo erróneo la libertad de querer entrelazar tu alma junto a la de otra persona? 
Tus pasos, los guías tú. 
Quien los da contigo, que sólo te haga enderezarlos. ¿Lo ajeno? Es eso mismo, ajeno. 
Con lo cual, no permitas que aires de incoherencia te rocen la más mínima parte de ti. ¿Stay Strong? ¡STAY STRONG! 

-Contra las cuerdas- (@_iglesiasdani)

viernes, 23 de junio de 2017

Triunfa

Quiero que triunfes.
Y que triunfes dando lo mejor de ti, no como aquellos que lo hacen porque sí. Porque un día movieron un dedo y tuvieron suerte. Y también quiero que tengas suerte, pero de la buena. Que nunca viene mal.
Yo quiero que tú triunfes, y que se note que te lo has currado. Porque has luchado cada día por conseguir aquello que deseas, que has dado tu mejor versión por ser mañana quien de verdad quieres ser. 
Quiero que triunfes. Porque no te mereces menos. Porque todo esfuerzo tiene su recompensa, y porque tú te has esforzado demasiado. Tanto que has pasado noches sin dormir, días en los que no te cabían más cosas en la agenda, y que tirabas de tupper porque no tenías un hueco ni para ver el tiempo en la tele. Has rechazado no sé cuántos planes y has resoplado unos cuantos más del agobio. 
Pero es que, al final de la dura montaña, las vistas son maravillosas. 
Y mañana te mirarás al espejo y podrás decir, orgulloso, “lo he conseguido”. 
Por favor, sé una persona de esas que no saben cómo rendirse. 
Esas son las que llegan lejos. 

-Un rincón maravilloso- 

Me decías tú hace unas semanas: "No sabes lo importante que es lo que haces, dar pasos hacia delante e intentar conseguir el cambio que buscas." 
Así que... pa'lante amiga. Puede que los pasos que estamos dando no nos lleven a la meta final ya, pero la vida es una carrera de fondo, no de velocidad. 
¡Suerte princesa!

jueves, 22 de junio de 2017

Sonreír

Un niño sonríe una media de 400 veces al día y sin embargo un adulto no supera las 100 veces de media, por eso hoy vamos a hablar de sonrisas y de medidas, de ser más niños y menos adultos, vamos a hablar de ser más felices con lo que tenemos y de disfrutar. De sonreír más a menudo para seguir siendo jóvenes y de pensar que las tristezas son las enfermedades del corazón...
Hoy quiero que te rías, aunque tengas un día malo, piensa en algo que te haga feliz y sonríe o llama a ese amigo que es capaz de hacerte sonreír hasta en los días malos... vamos a superar esa media de 100 y vamos a volver a sentirnos niños.
Recuerda que es más fácil sonreír que explicar nuestras tristezas...
POR ESO HOY VAMOS A SONREÍR, AUNQUE NO TENGAMOS NINGÚN MOTIVO MÁS, QUE EL DE SER FELIZ.

-Ciudadano 114-

miércoles, 21 de junio de 2017

Vibremos

Vibremos con cada cosa que hagamos, vibremos de locura. Con cada sábado y por qué no, con cada lunes también. Con cada momento, que al final es lo que cuenta, los momentos. Con cada día en el que nos falten horas, y con aquellos en los que no tengamos un solo plan.
Que la rutina está muy bien, nos da estabilidad, equilibrio, nos mantiene pegados a la realidad, pero digo yo que habrá que ponerle un poquito de locura. Un poquito de eso que nos emocione de verdad, de eso que nos haga vibrar. Dejarnos llevar. Cerrar los ojos y pensar bonito. Sin límites, sin miedos. Bueno quizá con un poquito de miedo sí, pero el justo que no nos impida intentarlo. Vibremos sin que nos importe el qué dirán, total van a decir igual, así que puestos a ello, haz eso que quieras hacer, eso que te haga vibrar, pero de verdad. 
Si quieres viajar, viaja. Si quieres saltar, salta. Si quieres volar, vuela. A tu ritmo, a tu manera, pero no dejes de hacerlo. Recuerda ponerle un poquito de eso que tanto te gusta a la rutina, es mucho más divertido. Y te permite no dejar de vibrar. 

-Caracoles Caraduras-

martes, 20 de junio de 2017

Olores

Qué bonito es que un sonido, un sabor, un olor, te teletransporten hasta un momento vivido o hasta una persona. Ese click en la cabeza que te hace despertar una memoria.
Ayer volví a cerrar los ojos y te vi allí. Nos vi allí. A las dos.
Yo, una pulga, básicamente. No levantaba ni metro y veinte del suelo. Una renacuaja que como imberbe que era, tenía como único objetivo el aprovechar al máximo los días de verano.
Tú, con tus ya setenta cumplidos, pero con una fuerza y una energía dignas de envidiar. Un torbellino, una de esas personas "disfrutonas" de la vida. Tal vez la primera que conocí y tal vez el ejemplo que seguí.
Limonada en mi cocina y ese olor.
Un olor, tan característico como el de la hierbabuena. No hacías limonada... esa soy yo. Pero sí que me llevabas todos los días al río. Quince días del verano y quince días de rutina en la finca que era de todo, menos aburrida: desayuno, deberes, bañador y al río.
Tú cogiéndome de la mano para atravesar la carretera. De la otra, la toalla, el garlito y un poco de pan duro (¡menuda pescadora de pacotilla!). En tu otra mano la ropa para lavar y el jabón Lagarto. Las antiguas costumbres eran difíciles de cambiar.
Y el río.
No era París, ni Roma, ni el Caribe... No tenía nada de especial, pero para mí lo tenía todo. Eran unas pocas horas diarias increíbles para una niña de apenas siete u ocho años, incluso menos.
Y era justo ahí, en el río, donde ese olor se metió hasta mis entrañas. El de la hierbabuena. Y es ese olor el que se ha quedado grabado en mi memoria. Pero ya no es sólo olor, es recuerdo, es imagen, es vivencia, es detalle... y eres tú.
Abuela, ¡qué grande eras y cómo echo de menos esos días de verano de olor a hierbabuena!

-DetallesConectados-

lunes, 19 de junio de 2017

Necesito

Necesito aprender que hay cosas que escapan de nuestro control y que el futuro es eso que vamos construyendo aquí y ahora, necesito mimar mi presente (...) Necesito ver una sonrisa en la cara de ciertas personas y esto es puro egoísmo, ya que tienen el inmenso poder de contagiármela automáticamente, porque su felicidad es la mía (...)
Necesito que ganen los buenos, esas personas que van de frente por la vida y que, a base de esfuerzo y de hacer las cosas bien, recogen los frutos merecidos.
Necesito no perder mi capacidad de asombro, necesito no acostumbrarme y disfrutar de cada segundo. Lo necesito.

-Te lo dije cantando-

domingo, 18 de junio de 2017

Recompensa

Que me cuenten que no has dejado de intentarlo, que has peleado por lo que creías que te tocaba recibir. Que me digan que lo has conseguido, que llegaste a la cima a la que soñabas hace un tiempo y que no has dejado a nadie por el camino, que echaste una mano cuando la necesitaron y también recibiste ayuda, recuerda que no somos infalibles. Que llegue a mis oídos que eres digno de estar donde estás...
Ten presente que no sólo los méritos laborales te hacen ser quien eres, por eso espero que los personales no quepan en la carta de recomendación. Esa, sin duda, será tu mayor recompensa.

-Te lo dije cantando-

sábado, 17 de junio de 2017

Me quedé pensando...

Me quedé pensando que hay días que se empeñan en no ser como esperabas. Que te rompen todos y cada uno de tus esquemas y planes. Que se te escapan de las manos. Que te hacen saltarte tu guion e improvisar sobre la marcha. Que te convierten en protagonista principal de una historia que igual preferirías no haber vivido. Pero la vives. No te dan otra opción.
Me quedé pensando que hay agujeros que surgen de la nada, en el momento y el lugar más inoportuno. Agujeros que no ves hasta que has metido el pie bien dentro, hasta el fondo. Hasta que es demasiado tarde para reaccionar y te has quedado atrapado. Hundido. Atascado. Hasta que te has visto caer, como en una película, a cámara lenta, y sin subtítulos para entenderla. Y que acabas entendiendo, aunque sea a medias.
Me quedé pensando que hay golpes inesperados. Que te alcanzan donde más te puede doler. O donde seguro duele. Golpes certeros. Dolorosos. Directos. Golpes que te llegan sin haberlos buscado, sin haberlos provocado, sin haberlos querido en ningún momento. Llegan porque sí. Y punto. Y los recibes. Y los intentas esquivar en vano. Los sufres. Y sólo queda reponerte.
Y seguir adelante.
Y da igual que pienses que podrías haberlo hecho distinto. Que lo podrías haber evitado si hubieras hecho otra cosa. Si lo hubieras visto venir. Que no hubiera pasado si esto, aquello, lo otro. Que no debía. Que no debías. Que por qué lo hiciste. O por qué dejaste de hacerlo. Que si hubieras hecho caso… De tu instinto, de lo que te decían, de cualquier otra cosa. Que si no lo hubieras hecho. Que si sí. Que si no.
Pero nada de eso lo cambia.
Me quedé pensando que lo que ha de pasar, pasa. Por algo. Para algo. Para que aprendas. Para que espabiles. Para que no te duermas en los laureles ni te quedes donde no quieres estar. Para que te muevas. Para que busques tu sitio, tu lugar, tu propósito. Para que actúes de una vez y te dejes de ensayos. Para que te demuestres a ti mismo algo. Lo que puedes. Lo que vales. Lo que eres.
Porque eres más que un simple error. Mucho más. Da igual la magnificencia que le des o lo insignificante que realmente sea. Eres más que un tobillo torcido en una mala carrera. De esos que te hacen dudar en la próxima. De esos que te hacen temer. De esos que te hacen replantearte si vale la pena, si vale el esfuerzo, si mejor dejarlo estar.
Porque eres más que un mal día. Un día de esos en que todo te sale del revés. De esos en que no estás para nadie, ni siquiera para ti mismo. Más que una racha de malos días. Que cualquiera lo tiene, del que cualquiera se queja, del que pocos buscan el lado bueno. El lado del que aprender. El lado que superar. El modo de darle un giro y ponerlo a tu favor. Y ponerlo.
Eres más que todo eso.
Aunque no lo veas. Aunque no lo creas. Aunque no te atrevas a decirlo. O a reconocerlo. Aunque otros traten de decirte lo contrario. O te lo digan abiertamente. Que el problema no es tuyo, salvo si les crees. Cada uno se refleja en lo que dice. En cómo lo dice. En cómo habla de los demás. Y en cómo actúa. Si hace lo que dice.
Que las acciones dicen mucho más que las palabras.
Me quedé pensando que hay golpes, batacazos y tropiezos que dan miedo. Mucho. Que hacen dudar, que hacen recular, que “animan” a abandonar. Que son injustos. Que duelen. Que ahogan. Que agotan. Y hasta te cambian la vida. De la noche a la mañana o a una hora cualquiera de la tarde. Pero que igual que todo llega, también todo pasa.
Me quedé pensando que cada cual tiene sus días, sus momentos y sus rachas. Que ninguno es más ni ninguno es poca cosa. Que para cada cual, su vida es su propio mundo. Con sus más y sus menos, con sus idas y vueltas, con sus buenos y malos días. Y que a veces, pensamos mucho en lo nuestro, y poco en lo del resto.
Pero me quedé pensando también que eso es la vida: caer y levantarse. Las veces que haga falta, tomándonos el tiempo que necesitemos. Sin contar si es la quinta, la décima o si hemos perdido la cuenta. Que la perdamos. Siempre. Y que nos levantemos en cada una de ellas.

Porque eso es lo que vale. Levantarse.

Y que levantarse siempre es más fácil, si tenemos una palabra de apoyo.

Y una mano amiga que nos ayude.

-Entre suspiros y un café-

viernes, 16 de junio de 2017

Muebles en mi cabeza

Voy por la calle mirando ventanas, buscando cual será la que abriremos nosotros algún día. No tenemos planes inminentes ni dinero suficiente para quitar un cartel de “se vende” de algún piso bonito de esta ciudad. Tampoco sabemos dónde viviremos y si nuestro sueño será realidad en unos meses o dentro de un par de años. Lo único que tenemos claro son las ganas. De eso no hay ninguna duda.
Pero no voy a esperar a que llegue el momento para disfrutarlo. Voy a seguir paseando por las calles que están dentro del círculo que hemos pintado en el mapa, voy a seguir contándote cada vez que vea algo que encaja, voy a seguir recortando páginas de revistas de decoración y parándome en los escaparates de las tiendas. Voy a seguir aunque realmente no haya empezado.
Así cuando llegue el piso, tendré amueblada la cabeza y sólo hará falta hacer la mudanza.

-Emma Baizán-

jueves, 15 de junio de 2017

Sin puntos finales

Llevo unos días sin grandes ideas para escribir. Debe ser culpa de este calor, que ha llegado de repente y que finalmente parece que ha venido para quedarse.
Han sido dos meses locos, lo confieso, con las emociones a flor de piel permanentemente. Y hoy ha sido el primer día, de esos dos meses, que he tenido tiempo para parar, respirar y coger aire nuevamente para lo que viene ahí, que no es poco. ¡Menuda agenda! 
No sé si alguna vez os he contado cómo surgen estas comeduras de tarro que luego se ven plasmadas aquí. 
Leer, una frase, una canción o un momento vivido, en la mayoría de los casos, es lo que hacen encender la bombilla. El resto se va formando conforme mi cabeza va dando vueltas... Incluso a veces, los astros se alinean, como dice alguna que conozco, y la lectura aparece al mismo tiempo que ese instante que considero único e irrepetible. 
Los amigos y la amistad han sido el centro de mis palabras, casi siempre con letras bonitas, de muchos post. Pero estas últimas semanas he vivido situaciones que me han hecho pensar, recapacitar, y también rememorar. 
Como en una relación de pareja, las amistades también hay que cuidarlas, trabajar en ellas, no siempre son fáciles y no siempre se acierta a la primera.
Si echo la vista atrás un poco, puedo ver todavía cuánto costó quitarse la venda de los ojos y ser consciente de quién estaba realmente y quién lo hacía por el simple hecho de estar, quién aportaba y quién no. 
No fue sencillo, pero a veces es necesario tropezarse, perderse para volver a encontrarse y regresar más sabio, menos ingenuo. 
Y es que las cosas difíciles cuestan: abrirse de nuevo, dejar caer las barreras y confiar. Vale la pena intentarlo. Si no lo haces, tal vez podrías estar perdiéndote algo maravilloso. 
Ha sido un camino largo para retomar algunos capítulos del pasado lejano, aprender del cercano y vivir el hoy sin miedo. 
Todo, para entender que tengo gente, más o menos presente debido a las circunstancias, que realmente se preocupa. Porque una amistad, de las que importan, puede tener espacios y comas, pero nunca punto final. 
Todo ese camino para aprender que el mayor regalo que se puede recibir en la vida es ese: la amistad. Y yo tengo la suerte, tal vez más de la que merezco, de rodearme de amigos que se quedan y que caminan conmigo, lado a lado. 

-DetallesConectados- 

Y luego llegan esas personas que se encuentran cuando la vida decide hacerte un regalo. 

-Charles Dickens- 

Cerca o lejos. Pero en el momento de estar estamos los dos. Sin dudar. Sin esperas. Amistad de la que da igual el tiempo que pase. 

-Defreds-



miércoles, 14 de junio de 2017

Tener éxito

Tener éxito en la vida... ¿Y qué significa eso?
Haber tenido éxito para mí significa haberse reído, mucho, hasta que doliera la tripa. Haber querido, tanto que también dolía. Que te hayan querido, tanto, que una sonrisa se dibuje en sus caras cuando te piensen, mucho mejor eso que unas lágrimas. Que no te olviden, pues significaría que diste mucho para que te recuerden. Que al cerrar los ojos, algún día, en algún momento, te sientan... Cerca. Que un olor, una canción, una calle... Les recuerde a ti. Algo increíble hiciste para ello, les regalaste momento eterno.

Y mira...
Lo demás...
No importa...
Aunque hoy creas que sí...

-Alicia-

martes, 13 de junio de 2017

Cuenta conmigo

Le estás dando demasiadas vueltas. Te estás rayando. El problema se hace más y más grande en tu cabeza, y lo estás pasando mal. Puede que no sea para tanto, puede que sí. Puede que sólo haya sido una mala decisión, un mal día, un mal momento.
Si has tenido un mal día, y parece que todo te sale mal. Si te da por el pesimismo y tienes esa tristeza tonta que te ata nudos en la garganta. Si te quedas mirando al techo en tu habitación, dando vueltas en la cama, mirando la lluvia por la ventana, sorbiéndote las lágrimas. Es el momento, en serio, llámame.
Te prometo que podemos cambiar tu día gris al color que tú escojas.
Si simplemente no quieres quedarte en casa, si te apetece caminar, charlar, disfrutar del sol tumbados en el césped o de un día de lluvia con un chocolate entre las manos. Cuenta conmigo, yo te acompaño. Entiéndeme, no te estoy haciendo un favor. No me cuesta nada, me apetece. Vamos a planear una tarde improvisada, pero cuenta conmigo. No te quedes en casa.
Si tienes un problema, si algo te preocupa y ese sentimiento se ha quedado aferrado en tu pecho. Pues vente, puedes contármelo, podemos buscar soluciones, pedir consejos o simplemente dejar que te desahogues. Podemos inventarnos insultos nuevos para quien haga falta, planear asesinatos fallidos, o brindar por todas las personas que hacen nuestra vida más complicada. O puedes no contármelo, y sencillamente vamos a hacer que lo olvides durante todas las horas que necesites un descanso. Hay tantos y tantos temas de los que podemos hablar que te juro que el silencio no va a ser un problema. Yo tengo cuerda.
Si te sientes solo, cuenta conmigo. Si necesitas alguien en quien confiar, alguien con quien reír o un hombro en el que llorar. Si necesitas compañía, alguien que te endulce el día, yo me hago con toneladas de azúcar para el café. Que no estás sólo. Que eres alguien importante, eres alguien esencial, especial, alguien jodidamente increíble. No tienes ni idea lo complicado que es encontrar a alguien como tú. Que estoy dispuesta a ayudarte en lo que necesites. Que de todo se sale y es mucho más fácil si alguien te coge de la mano. Que tú puedes, tú puedes con todo, no se trata de debilidad, se trata de hacerlo más fácil. Porque puedes recorrer tú sólo todo el camino pero, ¿sabes qué? Me encantaría recorrerlo contigo. Porque, no lo olvides, puedes contar conmigo. Siempre.

-Compartiendo Macarrones-

lunes, 12 de junio de 2017

Valiente

No sé si te lo habrán dicho, pero eres muy valiente.
Eres valiente porque a pesar de todo te has levantado, porque te has tropezado con un montón de piedras en el camino, y unas pocas más, te has hecho polvo las rodillas y, aun así, has seguido adelante.
Valiente porque no te has rendido en ningún momento, incluso con la de motivos que has tenido. Porque te han dado palos, y muchos, pero no han podido contigo. Tú sigues aquí, dándolo todo. Valiente porque has sacado fuerza de donde no había, aunque fuesen las tantas de la mañana, porque tú sabías que podías. Y sino, al menos lo ibas a intentar.
Eres valiente porque incluso con una colección de miedos, te has lanzado a por ellos. A que pase lo que tenga que pasar, a arriesgarte, a luchar. Eres valiente porque aun estando tus piernas temblando, has conseguido andar. Y llegar lejos, muy lejos.
Eres valiente porque sigues aquí, con horas sin dormir a tus espaldas, y unos cuantos cafés en tu estómago. Con cicatrices por todo el cuerpo y con la cabeza para explotarte. Pero ahí estás, aguantando el tirón. Con un par.
Eres valiente. 
No lo olvides.

-Un rincón maravilloso-

domingo, 11 de junio de 2017

Despega

A veces es necesario romper las reglas. Despegar en contra del viento y volar. A veces es necesario saber que se está haciendo todo lo posible por cambiar las cosas. Porque hay cosas que necesitan cambiar. A veces toca avanzar para no quedarse atrás.
Nadie dijo que sería fácil, pero lo que si dijeron es que merece la pena.
A pesar de que muchos no creerán en los cambios. A pesar de que a muchos no les interese cambiar. A pesar de todos, si quieres cambiar las cosas, hazlo.
Que los demás no lo hicieran, no significa que tu tengas que dejar de hacerlo, si crees en ello, adelante. Despega y a volar.

-Caracoles Caraduras-

sábado, 10 de junio de 2017

Amor perdido

Sentimiento de rebeldía, de desilusión, de decepción, de rabia, de pena...
Durante los últimos años he asistido impávida, como muchas otras personas, al cambio radical que has ido sufriendo. Impávida pero siempre crítica porque veía que en ese camino de búsqueda de renovación y recuperación, perdías tu esencia, tus orígenes. 
Pena y lástima es lo que me provoca ver cómo algo tan bonito y cuya belleza residía en su decadencia, se ha transformado en un producto más de las marcas de cadenas internacionales, de la avaricia y el afán de lucro de los más ricos. 
Pero la culpa es "nuestra", por dejarles hacer, por dejar en sus manos el futuro de un pasado que no entienden, que no conocen, que no han bebido y saboreado como lo hemos hecho los de aquí. 
Te has perdido en el camino y has dejado atrás historias de doncellas y caballeros, de viajes y descubrimientos, de escritores y poetas, de conquistas y derrotas, de destrucción y reconstrucción... Has perdido tus raíces, tu sentido, tu bagaje, tu vida. 
Sigues teniendo esos rasgos de belleza inconfundibles, pero te estás dejando llevar por el lujo y la riqueza, lo inmaterial, lo intrascendente, lo que no tiene alma.
Creo que nunca he sentido tanta pena por una ciudad... Y me entristece sobremanera decir que ya no te quiero igual, que he dejado de amarte de la manera que lo hacía. Aquel amor que te profesaba se ha agotado, y ahora, simplemente, te tengo aprecio, como aquel que aprecia a un antiguo amor del pasado, pero que ya no forma parte de su presente... mucho menos de su futuro. 

-DetallesConectados-

viernes, 9 de junio de 2017

Nada es para siempre

Nada es para siempre, o eso dicen. 
Pero hay cosas que nunca se acaban, que no tienen fecha de caducidad. Incluso podría deciros que aumenta con los años si lo mantienes bien guardado, si sabes conservarlo.
Si eres capaz de apreciar lo que realmente vale.
Es algo que no se puede comprar, incluso me atrevería a decir que es un concepto muy difícil de describir. 
Porque hay que sentirlo, hay que quererlo, hay que disfrutarlo.
Un buen amigo es una relación de la que nunca te arrepientes. Es de las pocas cosas en la vida que decides sin pensarlo. Porque surge, porque aparece, porque se cruza en tu vida. Porque el destino te lo puso en tu camino para que tu vida fuese más feliz.
Son esas personas que te dejan un vacío cuando no están. De esas que cuando escuchas "la canción" le mandas una nota de voz.
De esas que quieres sin decirlo, porque se lo demuestras. 
Esa persona que siempre es la primera en saberlo. De las que aparecen al principio de tu lista de llamadas y que apenas tienes fotos con ellas porque no te da tiempo a hacértelas. Porque prefieres vivir el momento a inmortalizarlo.
Son esas personas que hacen que tus días malos no sean tan malos, y que tu humor cambie por cualquier tontería que te digan.
Son esas personas tus compañeras de locuras, de imbecilidades continuas y que te contagian la risa hasta que te duele la barriga.
Cuídalas. Porque son de las pocas cosas en la vida que si las cuidas bien, las tendrás para siempre.

-Dime tú cómo lo ves-

jueves, 8 de junio de 2017

Compreender

Comprendí que hay personas que brillan sin ser estrella, y silencios que separan, sin ser kilómetros. Que la vida es un poquito así, sin sentido, y a veces nos desesperamos por darle uno.

-Hasta la última estrella-

miércoles, 7 de junio de 2017

Lugares

No hay nada como volver a un lugar que no ha cambiado, para darte cuenta de cuánto has cambiado tú. 

-Nelson Mandela-

martes, 6 de junio de 2017

Incrédula

Y cuando menos lo esperas alguien sostiene tu mano y tú incrédula por tu falta de costumbre no sabes si sujetarla o no.
No sabes cuánto durará esa mano, ni la compañía que ella implica pero rara vez una mano agarra a otra, rara vez una mano aparece en nuestro camino diario, ese en el que tú sola te agarras con uñas al esfuerzo diario que implica esta sociedad de salvajes en la que nos hemos convertido. 
Una vida en la que sólo vale el sálvese quien pueda, y sólo nos preocupa si nos concierne, si no, ojos que no ven corazón que no siente.
Una sociedad en la que las personas con gran corazón poco lugar tienen, un mundo en el que casi ni se permite llorar, y si lo haces mejor que lo hagas a escondidas. 
Una vida en la que cada vez se hace más difícil creer en las amistades verdaderas, en el amor incondicional, en los sentimientos puros, en las palabras de corazón. 
Y ahí te ves tú, mirando esa mano que parece ser amiga, y sientes miedo de sujetarla y caer, porque son muchas las veces en las que has sentido que cuando tus piernas fallaban, no había nadie para sujetarte y cuando tu corazón se rompía no había mano que te sostuviera, y entonces lo que sobretodo sientes es miedo a caerte. 
Pero mira cada uno es como es, y yo soy así, quizás no tenga lugar en este mundo y quizás me toque volver a chocar con la misma piedra y sentir la misma soledad al ver que quien consideraba amiga realmente no lo es, pero de perdidos al río, y por eso prefiero caer por haber sido yo y actuar con el corazón que caminar sola por miedo a que me resquebrajen el corazón. 

-Itxaso Cenzual-

lunes, 5 de junio de 2017

Vivir viviendo

Verás, te escribo para avisarte de que durante tu vida vas a destrozar todo cuanto quieres un millón de veces. Debo decirte que andarás por caminos equivocados, en busca de piedras con las que ya has tropezado cientos de veces y aún no aprendes la maldita lección de que la piedra no te merece.
Te preparo ya, porque vas a llorar hasta sentir que la desesperación se apodera de ti, y que estás derramando todas las lágrimas que han estado gestándose en tus bonitos ojos durante meses, sólo para que en esta ocasión puedan caer todas juntas.
Te diré también que por mucho que encuentres personas que te quieran y te protejan, nadie, salvo tú misma, vas a poder vencer a tus fantasmas. Tendrás que asomarte debajo de la cama y apuñalar tus miedos o abandonarlos en cualquier esquina para que busquen a otra víctima.
Vas a amar hasta que duela tanto que pienses que el amor es justo lo contrario a todo lo que te habían contado, y te preguntarás cómo cabe tanta ira en un sentimiento que supuestamente debería ser igual de bonito que el propio paraíso. Pues, sí, encontrarás ese paraíso, lo abrazarás como quien abraza a un ser querido en la zona de llegadas del aeropuerto, y lo cuidarás con el miedo perpetuo a que se rompa y te arrastre con él.
Pero de lo que nadie te avisó es que hay pocas cosas en esta vida eternas, y que todo lo que amas acaba por sacar sus púas antes o después, pero aun así merecerá la pena haberlo intentado, te lo aseguro.
Equivócate mucho y besa tantas ranas como necesites, pero después de todo, no caigas en el error de creer en príncipes, porque esos sólo están en tu cabeza. Busca a una persona que le dé un verdadero sentido a esa palabra y llene tus días de sencillez y amor.
Te van a fallar y vas a fallarles. Habrá días en que te venza la insolencia y te acuestes convencida de un pensamiento que habrá desaparecido al amanecer, dejando tras de sí ese estúpido sentimiento de no haber hecho lo correcto. No temas, afortunadamente todos nos equivocamos tantas veces como acertamos y nos sacudimos a nosotros mismos los errores que nos pertenecen.
También van a fallarte aquellos que te han dado la vida y tendrás que hacer profundos ejercicios contigo misma para perdonar a dos personas que piensas que no tienen ningún derecho a decepcionarte, pero que, pese a su condición de padres, son tan humanos como tú.
Vas a darte cuenta de que las sonrisas se regalan, se prestan y, por desgracia, a veces, hasta se hipotecan. Y que, hay muchas bocas mentirosas, que no se dan cuenta de que la mirada siempre les delata.
Habrá días que te levantarás con ansias de comerte el mundo, de marcar tus huellas en el suelo que pisas y de hacer tu propia revolución, y cambiar todo aquello que no consideras justo. Hazlo, aprovecha ese espíritu joven y rebelde y apuesta por tus ideales, que seguro que son más valiosos que la mayor de las fortunas. Y los días en los que te despiertes y te abrume el sólo hecho de pisar el suelo, cuando no encuentres más refugio que tu cama y ese nórdico en el que aún confías para hacerte invisible, recuerda que la tristeza también forma parte de esta vida que, a veces, es muy puta y trata mal a los que menos lo merecen. Pero que pasará y que seguro que en ese teléfono en el que te refugias para no desconectar completamente del mundo en los días de pena, hay un contacto dispuesto a matar monstruos por ti y salvarte de esa tristeza que hoy te sacude.
Vive, vive a tu manera, pero vive.

- La mirada de Julita-

domingo, 4 de junio de 2017

La pieza defectuosa del puzzle

Eres mi pieza preferida.
En el mundo de los humanos, todo se queda corto, una mirada, una sonrisa, una caricia en la espalda. Su mundo gira deprisa, nunca hay tiempo para el hoy, sólo existe el mañana. Son fáciles de distinguir, los verás caminando apurados, mientras se giran a ver sus rostros en cada reflejo. No te fíes de las apariencias, pues ahí donde los ves, son el ser más cruel de la Tierra y al mismo tiempo el que se cree más bondadoso. 
Alegan ser racionales mientras cometen barbaries. Son en términos generales, el ser más despreciable. 
Por este motivo hay que valorar tanto a las piezas rotas del puzzle, esas que no encajan y tampoco lo quieren hacer, aunque duela, día sí, día también.
Hay que brindar con la cerveza en alto, por la verdad, aunque duela. Darle una patada en el culo a la hipocresía y vivir la vida siendo uno mismo, el resto de papeles ya están cogidos. 
Sigue tus sueños, como si fueran un mapa, vete paso a paso, disfrutando cada momento. No te prometo que los vayas a cumplir, yo no soy nadie para decirte eso, pero sin duda, si das lo mejor de ti, lo consigas o no, no te quedará una miserable duda. 
Es tan sencillo y a la vez tan complicado. Ser quien eres, defender lo que crees y estar abierto siempre a la posibilidad de que te equivoques. Cabezas abiertas, mentes inquietas. 
A ti, compañera de viaje, decirte que es increíble que no te vendas en un mundo donde todo tiene un precio, que una moneda no da la felicidad y que un momento con un ser querido es mucho más importante, es algo que sabes y demuestras. Me encanta que lleves tatuado en la frente: “Vida hay una y la mía no tiene precio”. 
Es de locos pensar lo que inspiras, cuando emerge de tu boca mi cita favorita en forma de sonrisa. Transformas mi apatía en ganas de seguir mi batalla, como si de un simple interruptor se tratara. 
No es de extrañar que la gente observe en tu mirada eternidad. Eres puro sentimiento, ríes, lloras y vuelves al ring de boxeo llamado vida. 
Eres mi pieza preferida, porque no encajas, porque eres única, porque eres tú misma. 

-Voces. Colaboración: Adrián Salgado-

sábado, 3 de junio de 2017

Imaginar la realidad

He dado tantas vueltas a este post, que al final, voy a hacer lo que se me da mejor: dar libre albedrío a mis manos sobre el teclado y abandonarme para que las palabras y los pensamientos surjan solos. 
Es fácil que en el día de hoy me deje llevar por los recuerdos del pasado, tal vez tildados de melancolía, a pesar de ser uno de esos en los que la felicidad debería ser el sentimiento dominante. 
Inevitable será echar la vista atrás y recordar de dónde viene todo. El principio. Y cómo hemos llegado hasta aquí. 20 años después. 
No es que quiera sustituir mi presencia física por la digital, ¡ni pensar!, pero doy gracias a eso de las redes sociales y al móvil. De alguna manera han permitido que no pierda esos lazos, cordeles, cuerdas, que me atan a la realidad de mis orígenes. Un origen del que eres clave y que hoy nos vuelve a juntar para celebrar un día muy especial: tu día. 
A pesar de la distancia y las dificultades que aparecen en el camino, hay una cosa que siempre he tenido muy clara: si quieres estar realmente presente, haces lo posible e imposible para ello. Donde sea. Como sea. Y hoy es uno de esos días. Para estar contigo, para verte feliz. 
Pero ahora mismo, como decía al principio, no quiero pensar mucho, y quiero hacerme eco de unas palabras que leía hace un tiempo: prefiero imaginar. 
Prefiero imaginar aquello que has preparado con mimo, con quebraderos de cabeza y sin parar durante escasos meses. Todo para que fuese una celebración perfecta. 
Y empiezo a divagar y te imagino en un par de horas con una sonrisa de oreja a oreja, con los sentimientos a flor de piel permanentemente, con tus ojos llorosos llenos de emoción y, al mismo tiempo, de felicidad. Bueno, ¡a quién vamos a engañar! Si en la despedida fue lo que fue... creo que de esta vez necesitarás el rollo entero de papel higiénico. 
Te imagino con tu vestido, secretamente guardado hasta el último momento, con el que estarás y te verás deslumbrante, a pesar de las incontables veces que has dicho por ahí: ¡si quieres te lo enseño!, fruto de las ganas que tienes de este día y bueno… que en el fondo no consigues quedarte callada. Te puede el ansia, el nervio.
Te imagino culo inquieto durante todo el cocktail y el banquete, preocupada, y preguntando a cada uno de los invitados si se lo está pasando bien, si estamos bien, si nos está gustando. Nada diferente de lo que haces en tu día a día con los que quieres. 
Te imagino haciendo el ganso (versión cocorock) cuando llegue la hora del baile. Tranquila, ya sabes que no serás la única. ¡Tienes fieles amigas que no te dejarán quedar mal! E intentando fingir que sabes todas las canciones, cuando no es así, aunque el playback se te da de vicio. 
Pero principalmente te imagino feliz por todo. Por ser ese día que anhelabas tanto y que parecía que nunca iba a llegar, pero que ha llegado finalmente. Por estar con los vuestros. Por poder compartirlo con aquellos que queréis. 
Por ser TU día... VUESTRO día. 

¿Sabes qué? Creo que mi imaginación no será muy diferente de la realidad. 

Ana, buena, especial y única. Siempre cerca... dejando los sentimientos grabados en tinta. Desde el primer día. 

Sólo os deseo una cosa: ¡que seáis más felices todavía! 
¡FELICIDADES Amiga! 
¡Te quiero! 

-DetallesConectados-

viernes, 2 de junio de 2017

Di "hola" y sonríe

My partner in crime tiene una filosofía de vida que me encanta. Le admiro y le quiero como a un hermano, y él lo sabe.
Pocos meses después de conocerle fui testigo de cómo daba una lección de educación y de saber estar a personas mucho más mayores que él. Han pasado tres años de aquello y me acuerdo como si fuese ayer. Callar bocas con la verdad, se suele decir. 
Pero si hay algo que adoro de su personalidad es esa sonrisa que lleva por montera allá por donde pasa. Eso, y su "hola" o "buenos días". ¡Siempre! No falla.
"Di hola a quien ves todos los días"
El otro día, paseando por la ciudad, me encontré este cartel pegado en la marquesina de una parada de autobús, y me acordé de él. 
Le envié un mensaje casi instantáneo y le dije: qué poco cuesta hacerlo y qué poca gente lo lleva a la práctica. 
¿Os habéis parado a pensar con cuánta gente os cruzáis a diario y ni siquiera os saluda? O peor... ¿que os pone mala cara u os gruñe cual perro rabioso? 
Así que, hoy, os invito a que sonriáis, más todavía, y que digáis ese "hola", incluso a aquellos que no os devuelven el saludo ni la sonrisa... Porque como diría él: "Sonreid, que una sonrisa no cuesta nada. Es gratis." 

-DetallesConectados-

jueves, 1 de junio de 2017

Orgullo

Orgullo de todo lo que has conseguido y de todo lo que sé que conseguirás.
Orgullo de las veces que te levantaste. Y más orgullo por las veces que te caíste. Porque cada caída fue un intento. Cada error una lección. Cada reto conseguido un límite menos. 
Orgullo por esa fuerza, por ese coraje, por esa pasión. Orgullo por no pedir permiso para soñar. Por intentarlo y por conseguirlo. Por no encajar a veces, ni tampoco pretenderlo. Por enseñarnos que las reglas a veces hay que cuestionárselas. 
Orgullo por ser de esas personas con una magia especial. De esas que lo cambian todo y no sabes muy bien cómo. De las que son capaces de poner todo patas arriba. De las que no se rinden nunca. 
Orgullo por ti. Por lo grande que eres aun sin saberlo, aun sin pretenderlo. 

-Caracoles Caraduras-