miércoles, 30 de noviembre de 2016

Tus personas

¡No hay nada más importante que 'nuestras' personas! Pero hay pequeñas cosas, que con el día a día, nos vamos olvidando de decir y de hacer: un abrazo más largo de lo normal, un mensaje, un "tengo ganas de verte" sincero, una canción "porque me acordé de ti", un "estoy aquí si me necesitas", un "gracias por estar a mi lado" y un "te quiero" porque sí.
Son pequeñas cosas pero que hacen tanta diferencia... 
Y es que tenemos personas que, sin saberlo, nos iluminan el día aunque no haya salido el sol, que su optimismo y su amor por la vida nos contagian sin darnos cuenta, gente que nos ayuda porque sí, que da sin pensarlo dos veces. Gente que nos escucha con el corazón, que nos sonríe con los ojos, que se alegra y se emociona por nuestra felicidad... 
Mantén cerca a 'TUS' personas y no te olvides de ellas. Son las que hacen bonito tu mundo. ¡Házselo saber! 

-DetallesConectados-

martes, 29 de noviembre de 2016

lunes, 28 de noviembre de 2016

Escondido

Hay cosas que te cambian para siempre. Momentos que, sin querer, convierten tu vida en otra que nunca soñaste. De repente, empiezas a vivir algo que parece sacado de un libro de cuentos. Sin entenderlo has descubierto algo que estaba escondido muy dentro.

-Manuel Montalvo Ruiz-

sábado, 26 de noviembre de 2016

La magia en una persona

Para mí es aquella persona que irradia luz, energía positiva, amor, alegría... Aquella persona que, en un bar cualquiera, bebiendo unas cervezas con su grupo de amigos, habla con entusiasmo, con una sonrisa clavada en la cara sacando lo bueno de la vida y riendo hasta el asfixio. Una persona que sólo con mirarte te transmite más que si hablara. Una persona que ve siempre la luz al final del túnel. Que ve el vaso medio lleno en vez de medio vacío. Alguien que te hace ser mejor persona y mirar la vida de manera más sencilla, porque te enseña que la felicidad son cosas simples y no materiales, como ver reír a tu madre, un abrazo de tu hermana, una amiga con la que compartir grandes y memorables momentos de tu vida, una cama donde dormir, un plato de comida caliente encima de la mesa... Pero sobretodo te enseña que el amor no es complicado, que es intenso pero no daña, es agradecido y recíproco.
[...]
Pero, ¿acaso sólo las personas tenemos magia? ¿Nunca habéis mirado un cuadro, escuchado una canción, olido un perfume o leído un libro y os ha producido una sensación de plenitud? Corres una maratón, bailas una canción, terminas un proyecto o cocinas un plato que te sale buenísimo, y sientes satisfacción. Eso también es mágico. 
Es simple, no hay trucos, la magia no son más que aquellos detalles que liberan frenéticamente a nuestras mayores aliadas de la felicidad: las endorfinas. 
Disfrutad de esas personas o momentos mágicos porque la vida se resume en sensaciones plenas y satisfactorias. Se resume a aquello que te ha aportado alegría y te ha mantenido en la línea de la felicidad. 
"Aquellos que creen en la magia, están destinados a encontrarla", leí una vez. 
Y a ti, que te identificas con mis textos y buscas en ellos una complicidad, seguiré escribiendo para transmitir esa sensación mágica de saber que no estás sola y siempre hay alguien que te entiende. 
Pero recuerda: la magia siempre comienza en ti. Tú eres magia. 

-Srta. Maravilla, Lo que me encantaría decirte-

viernes, 25 de noviembre de 2016

Dar lo mejor

Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.
Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos.
Me gusta la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo.

-M. Benedetti-

jueves, 24 de noviembre de 2016

Querido papá:

MUCHAS VECES me prometiste que, si había vida después de la muerte, encontrarías la manera de contármelo o al menos de darme una señal. Hay quienes creen que los muertos se comunican con nosotros a través de los sueños. Desde que no estás, he soñado contigo muy pocas veces. Dos para ser exacta, y en ambos casos volví a vivir tus exequias. La ausencia es tan brutal y tan enorme mi esfuerzo por comprenderla que ni siquiera me permito soñar que sigues vivo. En cambio despierto casi a diario, sobresaltada a mitad de la noche, con la conciencia de que no estás, de que jamás volveré a disfrutar de tu compañía, de que es algo irremediable y que más me vale asumirlo por completo.
La soledad, a diferencia de otras veces en que la sentía lacerante y también un poco vergonzosa, se ha convertido para mí en un bálsamo necesario, en un espacio imprescindible, como la oscuridad para las personas que sufren de migrañas.
Herencia no dejaste, pero sí una cartografía de valores que me han permitido orientarme: el placer de aprender y descubrir cosas nuevas, la gratitud, la generosidad, y el humor como refugio hasta en las peores tragedias. No se me olvidará nunca cómo le espetaste al médico, mientras te mostraba el tumor letal en tu radiografía, que te encontrabas muy flaco en esa foto.
Gracias a ti conocí el cariño incondicional, la certeza de que alguien me quiso siempre, sin importar cuáles fueran mis actos, y con eso no intento decir que hayas sido indulgente. Cuando te parecía que me estaba equivocando, jamás titubeaste al decírmelo.
Te preocupaba que aprendiera a temperar mi carácter, a ser cuidadosa con el filo de mi lengua –asegurabas que somos dueños de las palabras que nunca pronunciamos y esclavos de las que ya hemos dicho–, a ser dócil en las cosas sin demasiada importancia e intransigente en las fundamentales. A lo largo de los años te vi trastabillar a menudo y descalabrarte más de una vez. Luego, invertiste todos tus recursos en suavizar tus reacciones, y tu vida se volvió mucho más llevadera. Con tu ejemplo, me enseñaste que los errores permiten descubrir la fuerza y la belleza propias y ajenas.
Desde el primer día transcurrido sin ti, siento el acecho del olvido como una sustancia corrosiva que amenaza con deslavar nuestra historia. Su objetivo, nada despreciable, es impedirme sufrir. Sin embargo, como advertía Céline, “la peor derrota en todo es olvidar y es, también, lo que nos lleva a la tumba”. Yo he sufrido muchas derrotas a lo largo de mi vida de las cuales me ha costado reponerme. No encajaré ésta también. Aunque tampoco tengo la certeza de que puedas escucharme, te escribo con frecuencia. Hacerlo es ir en contra del proceso natural de cicatrización que todo el mundo me desea y me vaticina, pero que yo no persigo. Una cicatriz es un cierre, un límite, un borde de piel doble o triplemente espeso para clausurar una herida, para impedir que sigamos sangrando. Recordar sistemáticamente, en cambio, es mirar de cerca cada célula del tejido dañado, no perderlo de vista. No quiero una cicatriz que lleve tu nombre. El dolor me recuerda lo mucho que te quise y te sigo queriendo, es un organismo vivo que me acompaña por el mundo y me permite disfrutar a quienes siguen a mi lado todavía. Quizás nunca llegue a percibir la señal que prometiste, pero me conformo con todo esto.

-Guadalupe Nettel-

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Bailar con mis letras

Me gusta cuando bailas con mis letras, cuando sin motivos vienes y te quedas, cuando me pides trocitos de mi alma, cuando me dices que ilumino tu mirada, cuando me sonríes y con los ojos me dices que lleno tu cuerpo de caricias y de magia. Me gusta tenerte conmigo, saber que cuidas de mí, me gusta sentir entre suspiros, que puedo hacerte feliz...

-Rebuscando Entre Mis Cosas-

martes, 22 de noviembre de 2016

Sigo ahí

Buenos días, buenas noches. Apenas dos palabras son suficientes para cambiar el estado de ánimo de alguien al empezar la jornada o al terminarla. Día a día nos acordamos de quienes están lejos, incluso de aquellos que viven en nuestra misma ciudad pero a los que no vemos con la asiduidad que nos gustaría… Sin embargo, no siempre se lo hacemos saber. Y entonces, ¿de qué sirve?
Los buenos sentimientos nacen siempre por una razón con nombre y apellidos, qué menos que compartirlos con esas personas que nos hacen ser un poco mejor. Cierto es que estamos en constante evolución, que nuestras circunstancias lo determinan casi todo, que nuestra educación y nuestros valores condicionan nuestra percepción del mundo, pero recuerda que estaríamos incompletos sin quienes nos rodean… Ellos forman parte intrínseca del sí o el no que pronunciamos cada día, de nuestras decisiones.
No es que opinen, es que somos quienes somos gracias a ellos… A sus consejos, a su paciencia infinita cuando nos empeñamos en ahogarnos en un vaso de agua, a su confianza ciega en nuestras posibilidades, a sus ánimos, a su capacidad para ponerse en nuestra piel, a esa admiración que nos profesan sin apenas merecerlo, a su forma de reconducir nuestros pasos cuando nos equivocamos y, en definitiva, a incluirnos en su plan de vida, casi nada.
Por eso, no escatimes en buenos gestos con ellos, se los merecen. Habrá días en los que estés cansado, en los que pensarás que no llegas, en los que tus esfuerzos por estar al tanto de sus vidas fracasarán. Comunica, no lo cogen, demasiados kilómetros de por medio… No importa, mañana tendrás una nueva oportunidad para recordarles que continúas ahí, que no te olvidas, que el ritmo de la vida sigue pero que el de la tuya suena peor sin ellos. 
Hazles saber que son importantes para ti, que tu existencia tendría menos sentido si ellos no estuvieran cerca.

-Te lo dije cantando-

domingo, 20 de noviembre de 2016

Tres otoños


一日三秋 es una expresión china que se utiliza cuando uno echa de menos a alguien. Se dice que, entonces, un día dura tres otoños.

sábado, 19 de noviembre de 2016

Navegar

A veces tienes que navegar grandes distancias en soledad, NO para saber lo que tienes, sino para darte cuenta de lo que vales.

-Distancias en soledad-

viernes, 18 de noviembre de 2016

Pedacito de mí

Me encanta cuando las personas recuerdan algo que les dije hace mucho tiempo y que ni yo recordaba.
Ya tienen un pedacito de mi corazón.

-Anónimo-

jueves, 17 de noviembre de 2016

Había una vez...

Aprendí que las historias no se escriben solas, que necesitan de las palabras para que se empiecen a escribir. 
Que no todas empiezan con “Había una vez” ni terminan con un “Felices para siempre”, que algunas jamás pasan del prólogo, que “adiós” no significa el punto final.
Que hay unas que las terminas de escribir con lágrimas y las vuelves a leer y te das cuenta de que otra vez te harán llorar. Que la historia comienza con un sueño y por lo tanto jamás debemos dejar de soñar. 

-La chica de ayer-

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Un año

Cuando publiqué por primera vez un post en el blog, sinceramente, lo hice con una única intención: ¡desahogarme! No tenía pretensiones de compartirlo, mucho menos que me leyesen. Simplemente quería usarlo, tal vez como diario o incluso como una autoayuda debido al momento que estaba atravesando. Mucha rabia acumulada, tristeza, dolor e impotencia, a pesar de comenzar a despegar de nuevo. Supongo que todos los que intentamos transmitir sentimientos a través de las palabras empezamos de una forma parecida.
Siempre me gustó escribir pero nunca pensé que transformaría ese simple pasatiempo en algo cotidiano. Hubo ciertas personas que me empujaron con ahínco para crear el blog, y se lo agradezco. No sólo por el impulso creativo sino también por el personal. Gracias a ellos comencé y gracias a todos los que me animáis día tras día, sigo escribiendo. De vez en cuando me hacéis saber que me habéis leído y eso me hace continuar y no dejar caer en saco roto este cachito de lo que soy.
¡Hoy cumplo un año! ¡Sí! Un año en el que no he parado de publicar textos y por lo tanto de leer, de crear, de dibujar palabras... Y al mismo tiempo de crecer, de dar rienda suelta a mis pensamientos y de dejar fluir mis manos sobre el teclado o sobre el papel. 
Lo que comenzó como algo personal fue tomando forma y evolucionó hasta transformarse en algo que ya no me pertenece sólo a mí.
Tal vez ha sido un poco inesperado y no sé dónde me llevarán o dónde llegarán mis palabras pero si consigo o he conseguido provocaros, en algún momento, alguna reacción, alguna sensación, me doy por satisfecha. 
Todos y cada uno de los post tienen o tuvieron una razón de ser, un detalle, pequeño o grande, que lo conecta con una idea, una historia, un sentimiento, un momento vivido... Son siempre eso: Detalles Conectados. 

Hay mucho de mí en cada línea, pero también hay mucho de cada uno de vosotros... 

Gracias por ser impulso, 
gracias por ser inspiración, 
gracias por ser mis historias... 
¡Gracias por leer[me]! 

¡El blog también es vuestro! 

-DetallesConectados-

martes, 15 de noviembre de 2016

En milésimas

"Empezamos a hacer balances, sin darnos cuenta de que aún quedan muchos días de un año que todavía no ha dicho su última palabra, que puede situarnos en un lugar completamente distinto al que ocupamos ahora... Recuerda que para cambiar algo sólo hacen falta milésimas de segundo y, de esas, aún nos quedan unas cuantas."

-Te lo dije cantando-

lunes, 14 de noviembre de 2016

Viajes sólo de ida

Salta al vacío. Con las dos piernas y de cabeza. No seas de los que andan por el bordillo siempre agarrados a la valla por si las moscas. Suelta las dos manos y pega ese salto que llevas tanto tiempo deseando. Quítate el reloj primero y deja de calcular el tiempo. Simplemente, gástalo. En lo que más te apetezca. En aquello con lo que sueñas. Atrévete de una vez. Y no mires atrás.
Sé que piensas que a veces la vida pesa. Cuesta cargar con ella. Pero lo bueno es que el peso no lo llevas en tus piernas. Que va. Está en tu imaginación. En tu cabeza. Así que haz una bola de papel con él. Como esas con las que solías jugar a encestar en la papelera. Cógelo todo. Esos pensamientos, tristezas y recuerdos y enrédalos bien fuerte. Y luego… Luego lánzalos a la papelera. Todo lo que te duele hace tiempo que dejó de merecer la pena.
El tiempo enseña muchas cosas a los que están atentos, pero muchas veces esa experiencia llega demasiado tarde. Y cuando quieres ponerlo en práctica has perdido la oportunidad o las fuerzas. No seas de esas. Adelántale. Conduce la primera. Pero siempre por la derecha. No llega antes el que más rápido camina sino quien tiene claro hacia dónde se dirige. Si vas demasiado rápido, quizá te pases la salida. O puede que ni la veas. Ir rápido no es correr sino saber cuándo detenerse. Es mirar. Observar. Usar tus segundos en aquello que te llena.
Solo tenemos una vida. Y ese número limitado de horas es nuestro mayor regalo. Y tú, sólo tú, has de decidir qué hacer con ellas. No existen decisiones buenas o malas, existe quien se resigna y nunca está satisfecho y quien disfruta del camino que recorre. Así que elige tu sendero. No te preocupes. No es definitivo. Pero guárdate de poner siempre la meta bien alta. Y a por todas. No desistas. No mires atrás. Empieza el viaje.
Camina descalza para sentir cada parte del camino. Convierte cada momento en tu canción preferida. Respira el aroma de los que viven la vida. Apuesta al amor todas tus fichas. Regala tus segundos en forma de abrazos y sonrisas. Despierta al café cada mañana. Sueña de día y baila alrededor de conversaciones profundas hasta la madrugada. Y nunca dejes de viajar. Siempre hacia delante. Porque algunos viajes, los mejores, son solo de ida.

-J, Hoy quizá sí-

domingo, 13 de noviembre de 2016

Da igual

"Porque da igual que no seáis los mismos si aún siendo diferentes, os seguís eligiendo."

-Adrián Herráez, Código Nuevo-

sábado, 12 de noviembre de 2016

Naufragar

No te asuste
naufragar
que el tesoro que buscamos
no está en el seno del puerto
sino en el fondo del mar.

-León Felipe-

viernes, 11 de noviembre de 2016

Lessons

I'm thankful [...] for everything we shared, every chance we had to grow. I'll take the best of them with me and lead by their example wherever I go.
A friend told me to be honest with you, so here it goes.
This isn't what I want, but I'll take the high road. Maybe it's because I look at everything as a lesson, or because I don't want to walk around angry, or maybe it's because I finally understand.
There are things we don't want to happen, but have to accept. Things we don't want to know, but have to learn. And people we can't live without, but have to let go.

-JJ-

jueves, 10 de noviembre de 2016

Irrepetible

Hay personas con las que sobran las ganas y falta tiempo, con las que un pequeño instante puede transformarse en algo único e irrepetible.

-Detalles Conectados-

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Me marché

Y entonces desperté, y todo aquello que me hizo daño ya no me dolía.
Desempolvé mi olvidada valentía, guardé unas cuantas sonrisas y me marché para ser feliz.

-El alma en los labios-

martes, 8 de noviembre de 2016

Cordialmente

He llegado a la edad donde no vivo con el fin de impresionar a nadie.
Es más, si alguien desea retirarse de mi vida, muy cordialmente lo conduzco a la salida para que no se pierda por el camino.

- Fer Dichter -

domingo, 6 de noviembre de 2016

Escalofríos

... Y de repente, cuando te dabas por muerto, hay alguien que te recuerda que puedes tener un escalofrío.

-Adriana Moragues-

sábado, 5 de noviembre de 2016

Monstruos

[...] —Tienes que decir la verdad y tienes que decirla ahora. Conor O’Malley. Dila. Debes hacerlo.
Conor negó otra vez con la cabeza, apretando con fuerza la boca, pero sintió que el pecho le quemaba, como si alguien hubiera encendido allí una hoguera, un sol en miniatura que ardía y lo quemaba por dentro.
—Decirlo me matará —jadeó. 
—Lo que te matará es no decirlo — repuso el monstruo—. Tienes que decirlo. 
—¡No puedo!
—La soltaste. ¿Por qué? 
La negrura le envolvía los ojos, le tapaba la nariz y le sofocaba la boca. Conor jadeaba, tratando de respirar, en vano. La oscuridad lo estaba asfixiando. Lo estaba matando… 
—¿Por qué, Conor? —dijo furioso el monstruo—. ¡Dime POR QUÉ! ¡Antes de que sea demasiado tarde! 
Y de pronto, el fuego que Conor tenía en el pecho lo abrasó, de pronto ardió como si pretendiera devorarlo vivo. Era la verdad, él sabía que lo era. Un gemido empezó a surgir de su garganta, un gemido que se elevó hasta convertirse en grito y luego en un alarido sin palabras, y Conor abrió la boca y el fuego salió ardiendo, ardiendo para consumirlo todo, estallando contra la negrura, contra el tejo también, prendiéndole fuego junto al resto del mundo, abrasando a Conor mientras gritaba y gritaba y gritaba, de dolor y de pena… 
Y dijo las palabras. Dijo la verdad. Contó el resto de la cuarta historia. 
—¡Ya no puedo soportarlo más! — gritó desesperado mientras el fuego ardía furiosamente a su alrededor—. ¡No puedo soportar saber que se va a ir! ¡Quiero que pase ya! ¡Quiero que todo esto se acabe! 
Y entonces el fuego devoró el mundo, arrasándolo todo, llevándoselo también a él. [...] 

-Un monstruo viene a verme-

viernes, 4 de noviembre de 2016

Abuela

Querida abuela,

Aquí estoy de nuevo, tumbado en la cama del pueblo. Parece que aún fue ayer cuando nos traías a mi hermano y a mí la bolsa de agua caliente para que no pasáramos frío en las gélidas noches de invierno, o cuando cada mañana nos preparabas aquellas tazas de chocolate caliente para desayunar. 
Parece que aún fue ayer pero lo cierto es que de aquellas navidades y veranos en el pueblo ha pasado ya tanto tiempo… 
El reloj de la vida no se detiene. Ese reloj es un cretino, un tirano de sangre fría que no entiende de méritos ni justicias. No tiene ni idea de quienes son los malos y tampoco tiene interés en conocer a los buenos. 
Por no tener ni tan siquiera tiene bondad, aunque eso abuela, me creo que es porque tú se la robaste para ti. 
De sobra sabes de mi timidez y que como tú soy de pocas palabras, pero me niego a callármelo. Os debo mucho a ti y al abuelo, y sé que por desgracia algún día no estaréis aquí… tiemblo sólo de pensarlo. 
Cómo no iba a temblar si fuisteis la huella de mi infancia, la mayor inspiración y el mejor ejemplo que la vida jamás me podrá brindar. 
Si fuisteis con quienes aprendí a diferenciar entre cansancio y hastío, que si uno ama y disfruta con lo que hace los horarios pierden su sentido. 
Si fuisteis, sois y seréis eternamente ese ángel de la guarda que me alumbre el sendero a seguir. 

Gracias por tanto. 

Rubén 


Isa... a tu lado.

jueves, 3 de noviembre de 2016

Gente bonita

Qué bonita la gente que te sorprende cuando menos te lo esperas, que te alegra el alma y te hace sonreír a diario con muy poco.
Qué bonita la gente que no sólo dice las cosas, sino que también las demuestra. 

-Detalles Conectados-

miércoles, 2 de noviembre de 2016

En consonancia

Hace ya algún tiempo necesité muchas tardes y noches con mis imprescindibles, más bien fue una época en la que necesitaba dosis diarias de ellas y estoy segura de que aún no he llegado a agradecérselo en la misma medida que ellas supieron ayudarme. Aseguro que podría hablar de ellas una por una y esto no tendría fin.
Pero hoy hablo de una en especial, que simboliza a unas cuantas más. Porque fue una de las voces de mi conciencia, mi trébol de cuatro hojas, mi herradura y todas aquellas cosas que se guardan porque dan suerte.
Os hablo de una carcajada un segundo después de que ella abra la boca, os hablo de un pelo largo y oscuro y un tatuaje muy significativo. De un “me apunto” sin pensarlo y un “no necesito motivos para hacer lo que hago”. De un “¿me echas de menos? Asómate al balcón” y de un “coge el abrigo y vente aquí ya” en alguna que otra noche de invierno. Os hablo de un sentirse siempre en consonancia.
Que pasamos más tiempo del que nos gustaría separadas, que por la distancia, o cualquier otro motivo, sus abrazos no están siempre que hacen falta, que hay cosas que no nos contamos y no siempre nos llamamos para vernos. Que no somos las mejores amigas y hay veces que parece que ni siquiera lo somos (raro, pero a veces cierto). Hay temporadas en las que hablamos y nos vemos menos, que nos enfadamos y desenfadamos en cuestión de horas.
No tenemos la necesidad de estar siempre juntas pero cuando lo estamos volvemos a ser más nosotras, retomamos la conversación por donde la habíamos dejado la última vez y tenemos la costumbre de poner punto y final a determinadas historias sólo entre nosotras.
Ni siquiera estamos pasando por nuestro mejor momento, pero quizás nuestra amistad necesite este alto en el camino. Quizás yo necesite estar con gente que me haga recordar que sin ella no soy completamente yo y ella necesite darse cuenta de que no todos la entenderán como yo lo hago.
Pero eso sí, aseguro que jamás mentimos cuando decimos que nos echamos de menos, que nos queremos. Que nuestras anécdotas por siempre nos pertenecerán a nosotras y nadie más, que seguiremos siendo cómplices y no le costará hacer memoria cuando se repitan las mismas historias y no me costará repetirle los mismos consejos.
Hubo días inolvidables para nosotras en los que desconectábamos del resto del planeta y en los que hacíamos de cualquier sitio, nuestro sitio y siempre recordaré lo que fuimos en ellos. La trataré como a una hermana toda la vida y cada reencuentro será una bienvenida por muchos meses que pasen. Estemos donde estemos le haré sentir en casa, en la suya que es la mía y la de todas. Y siempre seguiremos aprendiendo la una de la otra, haciendo competición para ver quién es la más chapas.
Yo solo confío en que tenga presente que fue fundamental y que con su ayuda supe y fui capaz, que fue ese hombro y ese apretón de manos permanente. Quiero que cuando haga memoria caiga en la cuenta de que tuvo un lugar irreemplazable en mi vida y que le haré sentir única, porque lo es. Cuando los kilómetros nos separen y sea aún más complicado vernos, se encargará de seguir haciéndome sentir en consonancia y mantendremos nuestras promesas aunque no lleguemos a cumplirlas. Porque en eso y en un par de cosas más también se basa nuestra amistad.
Quiero jurarle que siempre será mi trébol de cuatro hojas, mi golpe de suerte, mi “más que amiga” y una hermana.

-Tal y como fuimos-

A vosotras, para que pronto vuelva a ser nuestro mejor momento...

martes, 1 de noviembre de 2016

Locuras cuerdas

Hacer una locura de vez en cuando, es una necesidad básica, para seguir manteniendo la cordura...

-Rebuscando entre mis cosas-