lunes, 26 de febrero de 2018

La muñeca

Un año antes de su muerte, Franz Kafka vivió una experiencia muy insólita. Paseando por el parque Steglitz, en Berlín, encontró a una niña llorando desconsolada: había perdido su muñeca.
Kafka se ofreció a ayudar a buscar a la muñeca y se dispuso a reunirse con ella al día siguiente en el mismo lugar. Incapaz de encontrar a la muñeca, compuso una carta "escrita" por la muñeca y se la leyó cuando se reencontraron:
- "Por favor no me llores, he salido de viaje para ver el mundo. Te voy a escribir sobre mis aventuras..." 
Este fue el comienzo de muchas cartas.
Cuando él y la niña se reunían, él le leía estas cartas cuidadosamente compuestas de aventuras imaginarias sobre la querida muñeca . La niña fue consolada. 
Cuando las reuniones llegaron a su fin, Kafka le regaló una muñeca. Ella obviamente se veía diferente de la muñeca original. Una carta adjunta explicó: "...mis viajes me han cambiado..."
Muchos años más tarde, la chica ahora crecida, encontró una carta metida en una grieta desapercibida dentro de la muñeca. En resumen, decía:
"Cada cosa que amas, es muy probable que la pierdas, pero al final, el amor volverá de una forma diferente".
Kafka y la Muñeca... la omnipresencia de la pérdida.

-May Benatar-

domingo, 25 de febrero de 2018

Para todo

Para que sonrías, para que no te olvides de los que lo hicieron bien cuando tuvieron la oportunidad de tratarte. Para que sigas agradeciendo con la ilusión del principiante cada oportunidad que se te da. Para que cantes sin vergüenza y bailes sin zapatos, para que bebas en buena compañía y comas saboreando cada trocito, para que abraces con fuerza y sepas aflojar cuando llegue el momento de la despedida. Para que sepas ganar y perder, para que cuentes con la suficiente humildad a la hora de reconocer tus fallos y seas lo bastante inteligente como para potenciar tus virtudes. Para empezar a contar hasta cien cuando la cuenta realmente está en negativo, para replantearte tus miedos y pensar si son más grandes que tus ganas, para darle su sitio a la esperanza.

-Te lo dije cantando-

sábado, 24 de febrero de 2018

¿Y si sale bien?

¿Y si resulta que todo sale bien?
Tu preocupándote por todo tanto tiempo, ¿y si resulta que todo sale bien?
Tú sin hacerlo por miedo a que no salga, por miedo a otras muchas cosas, pero ¿y si todo sale bien?
Tú con millones de excusas, y quedándote con tantos miedos como ganas, pero ¿y si todo sale bien?

Solo piensa, ¿y si resulta que todo sale bien?

-Caracoles caraduras-

viernes, 23 de febrero de 2018

Hoy

Hoy es hoy, y mañana ya vemos.
Mañana no sé, mañana quizá ya no estemos así. Pero hoy estamos. Hoy somos. Hoy lo veo.
Estoy cansada de frenarme en seco ante cosas que merecen la pena. Estoy cansada de ahogarme en vasos que no tienen agua.
Cansada de no arriesgarme.
El chip lo cambias cuando compras un viaje que no sabes ni como vas a pagar.
Lo cambias cuando te dejas llevar por algo que te da miedo pero que merece la pena.
Lo cambias cuando te das cuenta de que quieres vivir de verdad.

-Dime tú cómo lo ves-

miércoles, 21 de febrero de 2018

Interruptor

Infinitamente peor que vivir a oscuras es saber donde está el interruptor de la luz y no tener valor para pulsarlo.

-La chica de ayer-

martes, 20 de febrero de 2018

Más leve

Hay certezas que vale la pena volver a escribir. Más que nada para no olvidarlas.
Hay desilusiones que son fundamentales para llegar a esa alegría que precisamos. Hay cosas que necesitamos perder para llegar hasta aquello que tenemos que ganar. Hay momentos en la vida en que todo se vuelve mucho más claro. 
Pedimos a la vida que sea simple, leve, sin complicaciones. Y la vida nos responde en voz alta, indicándonos las flechas el sentido apropiado.
Quien tiene que dar el primer paso para simplificar, soltar y saber agarrar somos nosotros. 
Una de las mejores cosas que la vida te va enseñando es a darte cuenta con quién puedes (de verdad) contar. Quiénes son las personas que te quieren todos los días. Las que son el consuelo, el puerto seguro, el alivio en el peso del mundo. Las que dicen la verdad que necesitas oír, las que son el ancla que te asegura, el abrazo que calma, el hombro donde apoyarse. 
Una de las mejores cosas que la vida te va enseñando es a darte cuenta (y a agradecer) la suerte que tienes por tener en tu vida personas que continúan abriéndote los brazos en los días en que sólo te acuerdas de aquellos que te dieron la espalda. 
No hay nada más valioso que las personas que te hacen creer que para todo existe siempre una salida. Son esas, las que hacen que la vida sea más leve. 

-DetallesConectados-

lunes, 19 de febrero de 2018

A tu lado

Están los que se alejan y los que se aproximan. Están los que te dan la espalda y los que te extienden las manos.
Están los que te hieren y los que te curan. Están los que sólo encuentran defectos en ti y los que, simplemente, te quieren tal y como eres, con lo bueno y lo malo.
La vida hace que la fila avance. Pero eres siempre tú quien decide quién es el que se va y quién [a tu lado] es el que se queda.
Lo más valioso que nos puede dar la vida son las personas que guardamos [y que nos guardan] bien cerquita. 

Tu corazón lo sabe, escúchale. 

-DetallesConectados-

domingo, 18 de febrero de 2018

La vida huele

Si. Es verdad que la vida pasa. Y que las cosas pasan. Y que nosotros pasamos.
Pero por más que pasa el tiempo no dejo de echar de menos a las personas que crecieron conmigo y me hicieron crecer.
Esas que, desgraciadamente no las puedo ver siempre, pero que si las tengo siempre.
El tiempo no pasa por el olor de la chaqueta de mi abuela. Por más que la lavo, huele a sus cosas.
No se si está en mi cabeza, y quizás esta sea la única manera de aferrarme a ella.
Pero es real.
Cuantas veces te habrás cruzado con personas que huelen a ese beso que te robaron en la esquina de tu calle.
O cuando vuelves a casa y huele todo el ascensor a tu comida preferida que está preparando tu madre para ti.
Y los abrazos de mi mejor amiga cada vez que me voy, que me dejan su olor grabado para siempre.
O el olor de las croquetas, que aunque dejen la casa oliendo a fritanga, nos recuerdan a familia, y no veas lo ricas que están.
Las puestas de sol con olor a sal. Ese olor es capaz de darme tranquilidad.
Cuando llevas todo el día de aquí para allá en la calle, en la universidad, en el trabajo. Y llegas a casa y hueles a humanidad.
O el olor a tabaco hasta en las orejas a las seis de la mañana cuando vuelves de fiesta.

Todo esto es real.
Porque la vida huele. Las personas huelen. Las historias huelen.
Y tu olor siempre marcará la diferencia.

-Dime tú cómo lo ves-

sábado, 17 de febrero de 2018

La suerte se crea

A veces las cosas llegan sin esperarlas, y es que cuando te dispones a buscar la suerte, te das cuenta que estaba ahí, pero que tú no la veías. Y te das cuenta en ese momento en el que dejas de hacerlo, en el que te centras en vivir y dejarte llevar, en ponerle ganas a lo que te apasiona, y entonces llega y se topa contigo de frente. Así, sin más.
La suerte aparece cuando dejas de buscarla, cuando menos te lo esperas se dispone a ponerse delante de ti y a regalarte una sonrisa que dura todo el día. Y es que hay oportunidades que no se pueden dejar escapar, que aunque tengas miedo, hay que plantarle cara, llenarte de fuerza y dar todo lo que puedas. Porque la suerte en realidad aparece como forma de agradecimiento por todo lo que has hecho, todo lo que has dado y todo lo que te has esforzado.

Y es que la suerte no se busca, 
de verdad,
la suerte se crea.

-Un rincón maravilloso-

viernes, 16 de febrero de 2018

Por si acaso

Por si te hace falta, yo estaré aquí.
Por si un día sientes que te faltan las fuerzas, que necesitas un abrazo, por si necesitas que alguien esté a tu lado, en silencio, pero que esté, yo estaré ahí. Por si alguna vez necesitas cariño, apoyo o simplemente un hombro en el que apoyarte, por si necesitas alguien que te dé algún consejo o solo que te escuche y te deje desahogarte, ahí estaré yo. Por si un día sientes que no puedes más, que estás a punto de caer o que tienes cicatrices por todo el cuerpo, por si algún día te dejan el corazón a pedacitos o te cortan las alas, yo estaré ahí.

Por si algún día sientes que estás solo, 
recuerda que yo, 
siempre, 
estaré ahí.

-Un rincón maravilloso-

jueves, 15 de febrero de 2018

Soy fan

Soy fan de la gente aventurera, de la gente que es capaz de viajar con una mochila, un mapa y la ilusión de conocer mundo y seguir creciendo, sin importarles el equipaje.
Soy fan de la gente que se deja llevar, que expresa sus sentimientos y te da un beso porque le nace en el momento, o te dice te quiero y ves como sus ojos brillan de emoción. Esa gente que no mide el amor en segundos, ni días, ni años, sino en momentos... que son capaces de hacerte soñar con un suspiro y quieren verte cada mañana al despertar.
Soy fan de la gente valiente que se sigue arriesgándose a enamorarse a pesar de lo arriesgado que es en estos tiempos. De los que su deporte favorito es dedicarte su tiempo y sueñan con pasar una vida entera contigo.
Soy fan de las segundas oportunidades, de volverlo a intentar, de darnos cuenta que todos podemos equivocarnos. Del si se quiere se puede, del ahora, del para siempre y de una vida no es suficiente a tu lado.
Soy fan de la gente que te mira a los ojos, que te dice las cosas como las siente. Que no pretende caerte bien, solo ser tu amigo. De esas personas que no son familia de sangre pero que son tan importantes como la misma familia... de esos a los que podemos llamar amigos.
Soy fan de los que aun sufriendo se levantaron, de los que se les rompió el corazón y fueron capaces de volver a unirlo. De las personas que intentaron cumplir su sueño y no lo lograron y aún así siguen luchando. De la gente que es capaz de aguantar y seguir con una sonrisa pase lo que pase.
Y es que soy fan de las personas auténticas, que son ellos mismos sin importarles las opiniones de nadie.
Porque nadie tiene derecho a juzgarte, a decir como debes vivir, a decir lo que tienes que sentir.

Por eso soy fan de la gente ÚNICA .-

-Ciudadano114-

miércoles, 14 de febrero de 2018

Febrero

Por si hablamos de febrero.
Si hablamos de febrero deberías saber que el catorce no significa nada para mí. 
Que sigo bailando por los pasillos del metro cuando nadie me ve, y que me gusta despertarme lo más tarde posible para luego llegar tarde o con prisas a cualquier lugar.
Si hablamos de febrero, me gusta que un día haga solecito y me apetezca quitarme el chaquetón, pero también me gusta dar abrazos para entrar en calor.
Sólo si hablamos de febrero te diré que no me pueden apetecer más los viajes o planearlos en este mes. Febrero, tú llenas de ilusión cada aeropuerto, y de reencuentros cada estación de tren.
Si hablamos, diremos que debo organizarme mejor en todos los sentidos y optimizar el tiempo, porque siento que se esfuma sin remediarlo.

Si hablamos de febrero, y sólo si hablamos, te diré que te lo pienses. Que nos lo pensemos, y que lo intentemos una vez más.

-Dime tú cómo lo ves-

martes, 13 de febrero de 2018

Vivir bien

Porque todos cumplimos años, y de vez en cuando te asalta la duda de cómo puede haber pasado el tiempo tan deprisa sin apenas haberte dado cuenta. Y es que se dice que cuanto más tiempo pasa, más deprisa corre y, a ratos, tu subconsciente se pregunta si lo estás viviendo bien.
La vida es eso que pasa mientras tú haces otros planes”, y hace unos años, bastantes ya, tenías muy claro un futuro de astronauta, futbolista o bombero. Que vivirías con tu mejor amigo/a en un ático en el centro, o en una mansión en la que, para los que nos gustan los animales, adoptarías a todos los perros de la perrera para que ninguno más tuviera que sufrir. Y lo tenías bastante claro. Pero esos planes se han truncado, y has cambiado la mansión por un piso de habitaciones estrechas y a tu amigo de toda la vida por tres individuos que comen macarrones cinco veces por semana y les cuesta llegar a fin de mes. O peor, vives con tus padres.
Y no ganas millones ni recorres el mundo en tu jet privado, pero de vez en cuando te pones la mochila al hombro y el mundo bajo tus pies. Porque, por aquel entonces, no sabías que ser astronauta iba a ser tan complicado, y que ibas a cambiar el espacio exterior por la silla de tu oficina, o por la barra de un bar. Pero está bien, porque eso significa que aún tienes tiempo para ser lo que te dé la gana, aunque tu cheque mensual no vaya a tener tantos ceros como tenías planeado, hacer algo que realmente te guste va a satisfacerte bastante más. Una cosa tienes que tener claro, sin sacrificio no hay beneficio.
No sé si estás viviendo bien. No sé si has aprovechado todas las oportunidades que te ha brindado la vida, o si has elegido bien ante decisiones difíciles. Probablemente te hayas portado mal con los demás, y hayas recibido el mismo trato. Probablemente te arrepientes de tantas cosas, pero esas son las que te han hecho cambiar, y te han moldeado hasta ser la persona que eres hoy. Y hay días en los que piensas que es la mala suerte, porque hay tantas y tantas cosas que se nos escapan de las manos, pero si alguien tiene las riendas de tu vida, ese eres tú.
No sé si estás viviendo bien, pero me basta con que lo estés intentando. Con que a ratos sea tu cabeza la que te guía, a otros ratos el corazón. No sé si hay algún modo de vivir bien, pero con vivir date por satisfecho. Yo me conformo con que todas esas decisiones, malas o buenas, te hayan puesto en mi camino.
Por eso, te pido que te quedes con estas palabras sobre la pantalla, de momento. Y sigas haciendo lo que mejor se te da: vivir.

-Compartiendo Macarrones-

lunes, 12 de febrero de 2018

Regalos

¿Y si febrero es ese mes? ¿El mes del cambio definitivo, del cambio total? ¿O no? ¿Sólo uno más, pero repleto de momentos bonitos y algunos inesperados?
Confieso que había empezado el año algo resignada, a lo mejor algo en las nubes, tal vez pasota... sin ganas de nada y al mismo tiempo de todo. Con la necesidad de que algo surgiese y que hiciese cambiar el rumbo de las cosas. Pero no ha sido un algo sino un alguien lo que ha cambiado: yo misma. 
Lejos de esas primeras semanas de extremo agobio y ansiedad, la calma, que no el conformismo, se ha ido adueñando de los últimos días. 
He empezado a aprender en esta nueva etapa que cada uno de ellos comienza como una nueva oportunidad. Ante la incertidumbre que me presentan en cada amanecer, me he propuesto vivir uno por uno. Sin prisas, pero sin pausa. Emocionándome con cada detalle y cada momento, aunque parezca que no haya ninguno. 
Hace unos meses estaba en una situación límite... un trabajo que detestaba, una zona de confort que ahogaba y con un futuro inexistente, tanto personal como laboral. 
En estos momentos todo es una incógnita pero una incógnita feliz y voy poco a poco asimilando que tal vez esa incertidumbre sea un aprendizaje más, otra lección que añadir al libro de vida. 
Y es que ahora miro hacia adelante e intento visualizar. De vez en cuando dirijo mis ojos hacia el tobillo derecho (aunque debería hacerlo más a menudo como dice mi pequeña), proyecto, cojo aire y sigo... Sé que esto no ha hecho más que empezar. No voy a dármelas de superhéroe y obviamente hay días malos, realmente malos. Pero es que tengo la suerte de tener unas amigas que no dejan que me caiga, que todos los días (aunque no sean conscientes) me recuerdan las razones por las que he vuelto. Y si por alguna casualidad me cayese, estoy segura de que me ayudarían a levantarme. 
Lo bonito de ellas es que están para todo, como si de un matrimonio se tratase. En la salud y en la enfermedad, la riqueza y la pobreza (principalmente esta última porque de duros no andamos sobradas), lo bueno, lo malo, lo que precisas aunque ni siquiera lo sepas... Son de esas que celebran contigo las pequeñas cosas, los pequeños logros y alegrías de tu día a día, las que te hacen reír hasta llorar, con las que compartes todo sin filtros (aunque tardes unos meses en hacerlo) aunque también las que te echan un cable de forma desinteresada, las que te ayudan a quitar hierro al asunto cuando es necesario, las que te animan en los días de bajón, esos en los que te levantas con el pie izquierdo y que por mucho que lo intentes, el día sigue avanzando torcido. Pero es que tan sólo es necesario un segundo, una palabra de ellas, para que todo eso cambie y para que tu día, al final, sea mejor. 
¿Y sabéis qué? Que necesitamos tan poco para ser felices... 
¡Aunque ojo!, que somos camaleónicas y nos adaptamos a lo que nos pongan delante, pero siempre con la misma premisa de fondo: juntas. Y es que nos basta una mesa, cenar, unos mojitos y esa conversación que dura horas y horas intentando resolver el mundo y recordando momentos ya del pasado, sobretodo anécdotas que fueron el momento gracioso (o ridículo) de alguien o algo en un viaje, una salida o una reunión, y que sólo acaba porque en algún momento hay que irse a dormir.
Sin querer hemos dejado a un lado las fotos que tanto nos hacíamos. Parece que la edad nos pesa y vamos dando paso a eso que llaman aprovechar realmente cada segundo para que se quede grabado en la memoria y no en la tarjeta del móvil. 
Cuando escribo estos post, me da por rebobinar cual casete y echar la vista atrás, repasar, sonreír (algo inevitable) y hasta emocionarme con algún recuerdo. Son esos momentos en los que pienso: ¡joder, qué suerte de caminos! 
Y es que son personas raras, peculiares, algo trastornadas, pero de un corazón que no cabe en el pecho. Es difícil encontrar ejemplares semejantes y en un mismo grupo. Fueron, y son, esa casualidad (no casualidad) que me demostró que todavía existen personas regalo y yo no cambio regalos. 
No las cambio por nada. 
No quiero otras. 
Las quiero a ellas. 
Cerca. 

-DetallesConectados-

domingo, 11 de febrero de 2018

Ella

Ella tenía algo que contar al mundo. Lo veía en sus ojos.
Tenía ganas de gritar con fuerzas algo que escondía en lo más profundo de su ser.
A veces estaba como ida, ausente, y es que se metía en su mundo, se quedaba pensativa. Imagino que pensaría en sus cosas. Hablaba para sí misma y apenas interactuaba con los demás, como si no la fueran a entender.
Veía en sus ojos su sufrimiento más profundo. Se veía cada mañana en el espejo. Estaba tan ajena a sí misma que no reparaba en que la que había al otro lado del espejo era ella, era su cuerpo. Pero no se reconocía.
Quizá ella en su día fue una chica sanadora, una que, sin importarle cómo de hundido estés, trataba de ayudarte, te recomponía, te mejoraba y te sanaba. Esas son las que de verdad valen.
Lo que no se dio cuenta es que ella misma acabó metiéndose en el hoyo, sucumbiendo a sus propios problemas, esos que tapaba a diario y los distraía con los conflictos de los demás. Y se dejó.
Allí la ves, no es ni la sombra de lo que fue en su día. Ya no irradiaba esa felicidad y esa estabilidad que la caracterizaba. Ya no era ella. O sí.
Quizá decidió quitarse todo lo que tenía alrededor, quedarse desnuda ante sí misma y empezar a sanarse a sí misma. Porque nadie lo iba a hacer por ella. Ella sola tenía que cuidarse y empezar a resolver sus conflictos.
Por eso está ausente, porque ya no está para nadie, y comienza su autocuración.

-Srta. Maravilla-

sábado, 10 de febrero de 2018

viernes, 9 de febrero de 2018

Abrazos

No nos damos cuenta, pero deberíamos regalar más abrazos. Es el mejor regalo que le puedes hacer a alguien. Esa capacidad que tiene un abrazo de hacerte sentir la persona más grande del mundo, no tiene precio. Esa manera que tiene de sentirte en lo más alto, de sentirte lleno, con ganas, con fuerza. Dime, dime cómo podemos estar aquí parados, pudiendo estar ahí fuera regalando todos los abrazos del mundo. Sin pensarlo, sin planearlo.

-Un rincón maravilloso-

jueves, 8 de febrero de 2018

miércoles, 7 de febrero de 2018

No te rindas

No te rindas.
En serio, estás a un paso, o a dos, de conseguir eso que quieres. No te pares, no mires atrás. Continúa.
Eres capaz de TODO. En mayúsculas.
Último esfuerzo, último tirón. Me importa un bledo las ojeras que tengas, los cafés que te hayas tomado y cuántas horas de sueño tengas acumuladas. Puedes con todo, sí tú. Y vas a ir a dar lo mejor de ti, vas a plantarle cara y vas a lograrlo, ¿te enteras? ¡Vas a lograrlo!
Así que olvídate de los “No puedo”, “Me rindo”, “Es imposible”, porque no, sé que es lo que se suele decir, pero sí, todo esfuerzo tiene su recompensa. La suerte no se busca, ni se tiene, la suerte se crea con trabajo, ganas y mucho esfuerzo.
Me da igual lo que digas, que me da igual he dicho, no me importan las excusas. Cállate y sigue.
Te lo vuelvo a repetir: puedes con todo. 
No te rindas.

-Un rincón maravilloso-

martes, 6 de febrero de 2018

Seguro

Seguro que tú, que me estás leyendo, tampoco has olvidado aquella vez que convertiste tus cicatrices en flores. Y seguro que el jardín que te asoma entre las costillas es la mejor prueba de ello. Seguro que lo que más dolió es lo que ahora más orgullo te hace sentir. Y seguro que por fin te sabes rodear de personas con sonrisas de agua fresca (ya no más gente que seca, que pincha, que pudre).
Sí, seguro que tú también eres un/a valiente con margaritas en las pestañas y un recordatorio en la nuca: el verdadero primer amor es cuando te enamoras de ti mismo.

-Tejetintas-

lunes, 5 de febrero de 2018

Aprendí

Aprendí que hay que ser disfrutones. Un poquito aunque sea.
Me cansé de decir sí cuando quieres decir no. De terminar las películas que a los 10 minutos sabes que no te van a gustar. De guardar la ropa más chula para que no se rompa, sabiendo que en unos años no te va a servir. De no decir lo que se piensa por miedo al qué dirán. De no permitirte un pequeño capricho. De no viajar por ahorrar.
Aprendí a disfrutar. A beberme un vino para celebrar que es martes, por qué no. A elegir los libros que vale la pena terminar, o los que mejor no ponemos ni marca páginas. A comerte un trocito de tarta de vez en cuando. A buscar los vestidos a mi medida y no al revés, que para eso se inventaron las tallas. A viajar mucho. A salir a cenar un día cualquiera. A no esperar que sea sábado para hacer lo que me gusta. A no buscar excusas para disfrutar cada momento, cada día y en todo lo que se pueda. A reír siempre que exista un motivo, y a buscarlo cuando no exista. A dejarme llevar de vez en cuando. A no pensar tanto y a sentir un poquito más. 

Aprendí que la vida está para vivirla, sin excusas. 

-Caracoles Caraduras-

domingo, 4 de febrero de 2018

Decisiones

Tomar una decisión impone, más que nada porque eligiendo un camino, implícitamente rechazas recorrer el otro sin tener la plena certeza de que estés acertando. Creo que es una de las responsabilidades que caracteriza la entrada de lleno en el “mundo de los mayores” y las consecuencias, conforme avanzan los años, son mucho más importantes. Son respuestas que condicionan nuestra vida permanentemente y, cuando hay que darlas, es mejor poner el corazón por delante y no excusas.

-Te lo dije cantando-

sábado, 3 de febrero de 2018

La vida es juego

Era en clase de Lengua y Literatura cuando, de niños, nos enseñaban a conjugar los diferentes tiempos verbales. Entre ellos, distinguían los tiempos perfectos de los tiempos imperfectos. A diferencia de estos últimos, los considerados perfectos eran aquellos cuya acción ya había finalizado. Así, el pretérito perfecto simple de «comer» era «comí»; el compuesto era «he comido»; y el pluscuamperfecto, «había comido».
Un día, la profesora, en su evaluación diaria, pronunció mi nombre: «¿Cuáles son los tiempos perfectos del verbo “jugar”?», me preguntó. Yo, aun sabiendo que la respuesta correcta era «jugué», «he jugado» o «había jugado», respondí: «Para mí, señorita, el tiempo perfecto es… seguir jugando». 

-El Universo de los sencillo-

viernes, 2 de febrero de 2018

Personas hogar

Hay personas que son hogar. 
Lo sabes por la forma de vivir cada segundo como si no hubiera nada más, como si el resto del mundo se silenciara con las risas. Lo sabes por las bromas, las noches inolvidables, la fuerza de cada abrazo. Lo sabes porque abres la nevera sin preguntar, y subes los pies al sofá.
Lo sabes porque cuando empieza a sonar la canción, la banda sonora de tantas tardes, basta con mirarnos para sonreír y bailar sin condiciones. 
Y da igual el tiempo que pase, la geografía que nos separe. Dan igual algunos silencios, las diferencias. Los malos momentos que ni siquiera recuerdas.
Todo suma, donde sea, como sea. Pero con ell@s. 
Y es que no hace falta ser desde siempre, para ser incondicional, y estar siempre.
Basta con querer. 
Y con saber que la amistad, cuando es de las buenas, no necesita más que a ti, y a ell@s en el mismo lugar.

-Irene Cid Vega-

jueves, 1 de febrero de 2018

Un paso más

Todo irá bien.
Lo sé porque al final nunca eliges rendirte. Porque no duermes, solo sueñas con conseguirlo. Porque tienes más fuerza de la que puedes reconocer. 
Lo noto cuando te desesperas una vez más, mirando al muro sin más ideas para poder escalarlo. Lo noto porque cuando lo haces, no dejas de mirar la cima de reojo para no perderla de vista ni en ese momento. 
Lo siento cuando me abrazas, y me adviertes que no sabes si vas a conseguirlo. 
Ya lo has hecho. 
Un paso más es el que te va a hacer avanzar. Es ese apretar los puños, juntar los dientes, y volver al “venga, vamos”. 
Sé que lo has pensado muchas veces, eso de darte la vuelta. Sé que estás cansado de lo mismo, una y otra vez. 
Pero todo irá bien. 
Lo sé, y sé que tú también lo sabes. 
Así que no te voy a pedir que no te rindas. 
Te pido que avances. Un poco más, un paso más. 
La suma se hará meta. 

-La Sombra de Nuestra Inocencia-