martes, 31 de octubre de 2017

Vales mucho más

Tengo una amiga que vale millones.
De verdad.
Y te la vendería en esos días que se vuelve más pesada que nunca o que me manda audios interminables sin decir nada interesante. Pero mejor no, me la quedo.
Me la quedo porque vale ese tipo de millones que no se pueden comprar, ni aun con todo el dinero del mundo. Porque ella es de esas que aparece cuando le da la gana, que se puede tirar días pasando de mí porque no para ni un segundo, pero que luego, sin esperarlo, me hace una videollamada tirada en la cama para que le ponga al día. Y eso es suerte.
Es suerte porque sé que siempre estará ahí, pase lo que pase, venga lo que venga. Y no porque yo lo diga, sino porque lo ha demostrado. Porque ha soportado tormentas, miedos, llamadas a las tantas de la mañana, conversaciones de horas y horas, llantos y un sinfín de cosas más, y sigue a mi lado. Dispuesta a ganar todas las batallas que se nos pongan por delante, o al menos a intentarlo.
Me la quedo porque, sin esperarlo, se cruzó por mi camino mirándome tanto que hoy día se sabe hasta lo que pienso sin ni siquiera decirlo. Porque la uña y la carne se quedan cortas al lado de nosotras, porque no tenéis ni idea de lo unidas que estamos incluso en la distancia. Y porque es de esas que se ríen de ti pero que, por suerte, no olvidan reírse contigo.
Me la quedo, sí. Y no porque valga millones, sino porque vale mucho más. Y no tengo un duro.
Y porque ella es el mejor tesoro que se puede guardar, para siempre.

-Un rincón maravilloso-

lunes, 30 de octubre de 2017

Sentirse orgulloso

Hay una gran diferencia entre alegrarse por alguien y sentirse orgulloso de alguien.
Alegrarse por alguien significa que te haya dado una buena noticia para él y que tu te alegres porque eso le hace bien, le va a aportar cosas buenas a su vida y bueno, te alegras. 
Pero, cuando te sientes orgulloso de alguien es que tu has vivido ese día a día. Has visto como se ha arrancado la piel y el alma para conseguirlo. Has vivido como lloraba cuando se caía, y tú le cogías del brazo y le ayudabas a levantarlo. 
Sentirse orgulloso de alguien es vivir con él ese camino tan duro que ahora se convierte en éxito. 
Y no es un triunfo único, sino que se comparte. Porque esas cosas no se consiguen solas, hay mucha gente a tu alrededor que son tus pies y tus manos en el camino, y que te catapultan a donde tú quieres llegar. 
Sentirse orgulloso de alguien es alegrarte tanto de que lo haya conseguido que parece que has sido tu mismo el que lo ha hecho. 
Sentirse orgulloso significa sentirlo por dentro, tanto, que el alma te crece un poquito más y tu corazón se inunda de amor y de felicidad al mismo tiempo. Porque quieres tanto a esa persona, que su felicidad es la tuya, y eso te enorgullece. 

-Dime tú cómo lo ves-

domingo, 29 de octubre de 2017

El mismo idioma

Dicen que las personas ya no nos miramos a los ojos al hablar.

Y que hablamos poco, o más bien nada, o que incluso hablamos por hablar. Porque es lo que se espera en esa situación, o en ese momento. Porque queremos llenar de sonido el vacío y sentirnos mejor, o en compañía. O por escapar de esos silencios que se vuelven incómodos, que nos llenan de intranquilidad y nos obligan a actuar, a hablar, a buscar. Cualquier cosa, cualquier estupidez, cualquier excusa. Aunque no la queramos.

Que vamos perdidos.

En querer agradar, en querer triunfar, en querer ser los mejores. Pese a que el coste personal sea muy alto y nos pase factura. En recibir buenas críticas, aunque desoigamos las propias. En tratar de encajar, aun cuando no estemos de acuerdo con las medidas, con los estándares. En callar demasiado a menudo. En tirar tras usar. Una vez, como mucho dos, porque arreglar sale caro, y el esfuerzo no compensa, decimos. En arrancar con semáforos en rojo, para salir los primeros. Para que nadie nos adelante. Para llegar cuanto antes.

Que hemos sustituido a las personas, a los sentidos, a las relaciones. Que hemos cambiado los tiempos, los modos y hasta hemos alterado los resultados. Que vivimos arreglando estropicios por querer correr, por existir con prisas, por no saber decir que no. Que hemos perdido la capacidad de esperar. De sentir, de vivir. Que buscamos la inmediatez, las respuestas fáciles y las salidas, aunque sean traseras.

Que escuchamos a medias, vemos lo que queremos y sentimos bien poco. Lo justo. Que nos perdemos muchos detalles de nuestro entorno, de lo que pasa ahí fuera, de la realidad más real. Mientras nos escuchamos sólo a nosotros, también a medias, también bien poco. Que la comunicación ya no es la misma, y aunque la tecnología tiene mucho que ver, nosotros tenemos muchas más papeletas. O prácticamente todas.

Porque si bien el tiempo cambia, distorsiona y desdibuja las cosas, los espacios y los pensamientos, podemos permitirlo y verlo ocurrir… o podemos poner nuestro granito de arena. Podemos dejar que todo pase o que algo cambie. Sea poco o sea todo. Podemos quedarnos de brazos cruzados o ponernos manos a la obra. Podemos aportar, podemos invertir, podemos renovar. Y tratar de crecer. Y de aprender.

Porque podemos aprender a frenar, a no encajar donde nos queremos, y a arreglar, en lugar de desechar. A buscar soluciones que nos cuadren, que nos ayuden, que nos sirvan. A nosotros, no tanto a los demás. Aprender a exigir menos y a dar más. Aprender que cada persona es una historia, y que cada cual debería escribir la suya propia. Sin interferencias ajenas. Sin opiniones no requeridas. Sin préstamos que no esté dispuesto a pedir. Cada uno con su propio lápiz, su tiempo perfecto y sus puntos y aparte.

Y aprender a dejar de hacer.

Lo que otros dicen, lo que otros hacen, lo que otros opinan. Incluso lo que otros pretenden imponer. A pensar más por uno mismo, a no tratar de creer en lo que no. En lo que no nos llena, no nos da esperanza, ni nos regala sonrisas. A no quedarnos con borradores de futuro, que se quedan en algún cajón olvidados. A dejar ir, a no forzar, a no llorar de más. Ni de menos. A no conformarse con mínimos, a no sacrificarse por exceso. A no dejar de ser uno mismo.

Y a serlo.

Y a no fingir hablar en otro idioma, salvo el nuestro. El tuyo.

Porque dicen que no todos hablamos el mismo idioma, pero que podemos llegar a entendernos. Que es cuestión de práctica, de querer, de intentar. De expresarnos y hacernos entender. De romper barreras, buscar equilibrios, sortear mareas. De respetar diferencias y poner en común. De crecer en lugar de reprimir. De cultivar el aprendizaje sin forzar establecer distinciones, clases o discriminaciones.

Y que si no sabemos, se aprende.

Como aprender a mirar a los ojos. Al hablar, al compartir, al amar. A escuchar más allá de las palabras. A darles su oportunidad. A estar donde estamos, donde queremos estar. A no querer estar en ningún otro lugar. A percibir cada detalle, por simple que parezca. A dejarse la piel, el sentimiento, la emoción.

Como aprender a darlo todo, a dar lo mejor, a no dejar nada para ocasiones especiales. Recordar que cada día ya lo es. A bailar, con música y sin ella. A reír mientras bailamos. Y de nosotros. Y de todo.

Como aprender a respetar, a fluir, a no dramatizar. A querer y quererse. A buscar y dejarse encontrar. A regalar momentos, dibujar sonrisas y borrar las lágrimas que no sean de felicidad. A sumar, a compartir, a dar.

Y aprender a hablar (y entender) el mismo idioma.

-Entre suspiros y un café-

sábado, 28 de octubre de 2017

Irse

Irse de algunos lugares, también es cuidarse.
Alejarse de algunas personas, también es protegerse.
Cerrar algunas puertas, también es quererse.

-Anónimo-

viernes, 27 de octubre de 2017

Batallas

La magia de librar batallas más allá de lo humanamente soportable se basa en lo mágico que resulta arriesgarlo todo por un sueño que nadie más alcanza a ver excepto tú.

-Million Dollar Babby-

jueves, 26 de octubre de 2017

Punto final

Porque cuando te cansas, pero te cansas de verdad, no amenazas más, no avisas, no ruegas, no esperas, no corres, no persigues, no miras, no te interesas más, y te detienes: cierras el libro, apagas la luz, bajas el telón. Punto final.

-Alas en rebeldía-

martes, 24 de octubre de 2017

¿Tiraste la toalla? Recógela…

¿Has estado a punto alguna vez de tirar la toalla? Reconozco que, en ocasiones, es una tentación demasiado grande, que te entran ganas de darte por vencido y volver más adelante, con más ganas. Para recogerla, yo suelo aferrarme a lo conseguido hasta ese momento, me motivo y me convenzo a mí misma de que vale la pena, de que si no abandoné en otros momentos de desánimo, ¿por qué sí debería hacerlo ahora? Y entonces, empiezo a dar un paso y otro y, casi sin darme cuenta, retomo el camino.
Pero, sí que es verdad que he tenido momentos en los que me replanteo las cosas. Me ha pasado con el blog -que me quedo sin ideas, sin saber por dónde tirar- y con mil cosas más de mi día a día, porque a veces las fuerzas flaquean y sólo quieres mirar hacia dentro y recomponerte… Bien, pues esos tiempos son necesarios, es absolutamente normal reflexionar acerca de ello, pero no te pueden paralizar. Es imprescindible que sepas discernir, diferenciar lo que es grave de lo que es anecdótico y no echar el freno en tu vida ante cualquier imprevisto que nosotros, y solamente nosotros, hemos convertido en problema.
Porque sólo tirando hacia adelante se puede enderezar lo que se ha torcido, porque tenemos toda una vida para seguir concediéndonos oportunidades y rectificar. Porque tomar aire es la mejor forma de recobrar fuerzas, porque contando hasta diez somos capaces de relativizar y darle a cada cosa su justa importancia. Porque eres perseverante, si no ¿cómo habrías llegado hasta donde lo has hecho? Porque siempre hay una mano amiga que nos ayuda a recomponer ese puzzle que es nuestra existencia, porque esas piezas que hemos extraviado, vuelven a aparecer y encajan igual que siempre, igual de bien.
Porque hay que levantarse cuando suena el despertador, porque nuestro día a día se compone de pequeños retos que empezamos a vencer en el mismo momento en el que nos presentamos allí donde se nos espera, para hacer lo que debemos. Porque, conforme vamos creciendo, vamos aprendiendo y no podemos menospreciar ninguna de las enseñanzas que nos han traído hasta aquí. Porque debemos acostarnos con la conciencia tranquila y, para ello, tenemos la inmensa suerte de ser dueños de nuestras palabras, que dirigimos exactamente a quien queremos… Pedir perdón y dar las gracias son acciones que nos reconcilian con los demás y, sobre todo, con nosotros mismos.
Si la toalla ha caído, no te preocupes; vamos a lavarla, a tenderla, que le dé el aire. Después, recógela y cárgatela al hombro como siempre. Te seguirá sirviendo para limpiar aquello que se ha ensuciado, para tumbarte, para envolverte en ella cada vez que lo necesites. No te rindas, que tú mismo sigues esperando mucho de ti y eres la última persona a la que debes defraudar.

-Te lo dije cantando-

domingo, 22 de octubre de 2017

Tomar las riendas

Cuando eres consciente de lo que mereces, y por fin, te lo concedes, y aprendes a priorizarte un poco más a ti mismo, llegará lo que necesitas en realidad. No es magia, ni es el universo tejiendo sus leyes de atracción. Es nuestra propia voluntad para ser felices, para tomar las riendas de nuestra vida…

-Al caer el sol-

viernes, 20 de octubre de 2017

Los cambios

Tengo la extraña sensación de que cuando decidimos dar un giro a nuestras vidas, consecuencia de alguna decisión, acabamos por dar un giro a toda nuestra vida. O a lo mejor soy yo, que me he vuelto medio loca (más todavía, si cabe), y desde que he dado el paso y he pasado página, no hago más que hacer cosas que nunca había hecho antes o que no hacía desde hace mucho tiempo.
Y es que he aprendido algo en los últimos tiempos. Hay siempre dos maneras de ver (y vivir) la vida. Pero la que te ayuda a mirar hacia delante, sin quejas o amarguras, es la que te hace parar, respirar y acreditar: cuando un ciclo se cierra, tú sólo haces falta donde [todavía] no estás.
A veces, necesitas confiar más en los finales necesarios y pensar menos en los finales felices. Necesitas crear espacio para eso que está por llegar y dejar que la vida resuelva lo que ya no te hace sonreír.
A veces, necesitas aprender a vivir con el desapego, con la aceptación, con el coraje de saber decir NO. A veces, necesitas recordar que la vida es muy corta para no hacer lo que realmente quieres, y que es mucho más valiosa que el hecho de quedarte sólo con aquello que te hace bien.
Ser feliz no es hacer todo de forma correcta, no es tener todo lo que queremos, no es tener siempre razón y no es tener miedo de decir no. Ser feliz es estar bien con la vida. Y sólo consigue estar bien con la vida aquél que escoge sin miedo a equivocarse, quien avanza sin miedo de aquello que los otros pueden pensar, quien arriesga a poder caerse porque no tiene miedo de levantarse.

Me hace ilusión volver al lugar de siempre, tan cambiada yo, tan distinto aquello... Volver a esos rincones que conozco de sobra y redescubrirlos, a ellos y cómo no, a mí misma.

-Te lo dije cantando-

-DetallesConectados-

jueves, 19 de octubre de 2017

Como en casa

Hay personas que te hacen sentir en casa sin estar en ella, que te facilitan todas las comodidades que estén a su alcance para que te sientas realmente a gusto. Que gracias a ellos, los recuerdos se te quedan grabados para siempre.
Son la clase de personas que hacen que tu vida sea más fácil. Que te quieren por lo que eres y por el gran bien que les haces y no por lo que tengas, cuantas personas conozcas o cualquier tipo de conveniencia.
Tenemos que quedarnos con esas personas que realmente queremos, porque merecen la pena.
¿Por qué tenemos que estar a disgusto?
Muchas veces soportamos malas contestaciones o mala educación con la excusa de que "ellos son así". 
No creo que sean cosas que haya que justificarlas.
Cada año que pasa te das cuenta de que cada vez te importa menos lo que dicen de ti y más las personas que te rodean.
Ya no tienes el aguante que tenías cuando salías por las noches y cambias los botellones por las cenas con vino y copita en cualquier bar cercano.
Lo importante es que aunque todo cambie, los de siempre sigan estando ahí, contándolos con los dedos de la mano.

-Dime tú cómo lo ves-

miércoles, 18 de octubre de 2017

A ese punto

Ya no tengo paciencia para algunas cosas, no porque me haya vuelto arrogante, sino simplemente porque llegué a un punto de mi vida en que no me apetece perder más tiempo con aquello que me desagrada o hiere.

-Meryl Streep-

martes, 17 de octubre de 2017

Vuelos


Hay personas que son alas que se instalan en tu espalda alzándote el vuelo hacia donde quieras llegar.

-Jess Valpe-

lunes, 16 de octubre de 2017

Historias

A veces, las historias se repiten... Hasta que decides cambiar el final. Hasta que cambias de protagonistas, de línea argumental y hasta de tiempo. Hasta que le das un giro al narrador, y pasas a la primera persona. Del singular. Y en presente. Y te olvidas de pasados imperfectos, de futuros inciertos y de los malos que se cuelan en cualquier relato, en cualquier momento. Y te centras en ti, en tu historia, y te dejas de otros cuentos.

-Entre suspiros y un café-

domingo, 15 de octubre de 2017

Tiempo

Todo es cuestión de tiempo. Del tiempo que das, del tiempo que te dan, del que dispones, del que malgastas, del que disfrutas...
Todo es cuestión de tiempo. Es lo más valioso que tienes y es lo más valioso que alguien te puede dar.

-Anónimo-

sábado, 14 de octubre de 2017

Nueva visión

Y cuando el gran cambio en tu vida es simplemente una nueva forma de verlo todo, ¿no es una cosa extraña? Que no cambia absolutamente nada excepto que ves todo de manera diferente y tienes menos miedo y, como resultado, eres más fuerte: ¿no es asombroso que una cosa totalmente invisible en tu cabeza puede ser más real que cualquier cosa que hayas experimentado antes? Ves las cosas más claramente y sabes que las estás viendo más claramente. Y te das cuenta de que esto es lo que significa amar la vida.

-J. Franzen-

viernes, 13 de octubre de 2017

Lealtad

La lealtad, ese término, esa palabra, que se sabe todo el mundo, que todo el mundo cree tener y que en realidad no es así. Todos creemos tenerla, hasta que llega ese momento en el que un comentario que se le escapa a alguien, un desliz emocional o sentimental, hace que te traicionen, sea de mala fe o de buena fe, pero que te traicione.
Por suerte, yo puedo decir contigo que no es así, que a veces la lealtad es bruta, tosca, que parece que no tiene delicadeza alguna, pero ante todo es sincera, es sincera porque es espontánea en momentos claves, pero continua en la línea cronológica del tiempo. 
Sé que parece contradictorio, pero también es difícil de explicar para aquellos que la tenemos, pero cuando la tenemos no queremos perderla, no queremos soltarla porque es 24 horas aunque el otro no se dé cuenta de sus actos, porque también es desinteresada. 
Hoy en día, en los tiempos que corren, podemos comprar todo lo que se quiera o desee, incluso en ocasiones se puede enmascarar el amor con ello, pero lo que nunca se podrá comprar es la lealtad, y te digo que me da igual donde estar contigo, o mar o montaña. 

-J. R. Dylan-

jueves, 12 de octubre de 2017

Con los dedos

Muchas veces los amigos se cuentan con los dedos de una mano. Y hasta te sobran dedos.
Y sin darnos cuenta, somos más suertudos de lo que podemos llegar a creer. Porque como dicen por ahí, siempre es mejor calidad a cantidad. Y menos siempre será más.
Y es que hay veces que no necesitas tener más, si tienes alguien ahí que va a estar cuando más lo necesites, cuando ni siquiera lo pidas. Alguien que es capaz de entenderte sin ni siquiera hablar. Que no evita que te caigas, sino que deja que lo hagas y luego está ahí para ayudarte a aprender. Que no te levanta cuando te caes, pero que te anima a que lo hagas.
Alguien con quien el tiempo no importa, que pueden pasar meses sin veros y un día cualquiera con una caña se olvida todo y parece que os visteis ayer. Que todo sigue igual, a pesar de todo. A pesar de nada.
Hay amigos que se merecen una palabra más grande. Porque te han aguantado en todas tus facetas, porque te han aceptado tal y como eres, porque te han hecho más grande, más bueno y más de todo.
Que llegaron un día porque sí, porque les dio la gana. Y decidieron quedarse.

En las buenas, 
en las malas. 
Y en todas.

Siempre.

-Un rincón maravilloso-

miércoles, 11 de octubre de 2017

Un camino

No tenía miedo a las dificultades: lo que la asustaba era la obligación de tener que escoger un camino. Escoger un camino significaba abandonar otros.

-Brida, Paulo Coelho-

martes, 10 de octubre de 2017

Cuando ya es tarde...

Muchas veces las personas no se dan cuenta de todo lo que hacemos por ellas... hasta que dejamos de hacerlo.

-Al caer el sol-

lunes, 9 de octubre de 2017

Arriesga

Que quien no arriesga no gana, dicen, y tampoco pierde.
Ni frio ni calor, ni norte ni sur, siempre en un punto medio. Sin miedos y sin sueños.
Que lo fácil es pensar que hay gente con suerte, que a ti no te pasará nada chulo, que eso que tanto quieres no está hecho para ti.
ARRIESGA. Así en mayúsculas y bien grande.
Déjate de medias mitades, de excusas y de tanto por qué. Búscate un montón de "¿Por qué no?”. Búscate tantas razones como miedos. Déjate de complicaciones añadidas, si no te gusta cámbialo. Ya buscaremos el cómo, ya encontraremos la manera, pero para eso hay que querer, hay que intentar. Que fallar y que arriesgar.
Déjate de opiniones de aquellos que nunca tendrán el valor de hacerlo. Recuérdales que sus opiniones son sólo eso, opiniones.
Déjate de pensar tanto y pasemos a arriesgar. A vivir cada aventura. A luchar por lo que mereces, porque te lo mereces. A pensar dejándote llevar. A pensar estando dispuestos a arriesgar.

-Caracoles Caraduras-

domingo, 8 de octubre de 2017

Una de verdad...

La amistad es, al final de todo, un sinfín de maravillosas casualidades que nos mantienen con vida.
Un amigo da siempre su opinión, aunque duela. Es quien te dice la verdad que otros no se atreven a decir, son los que meten el dedo en la llaga porque no quieres curártela con agua y sal.
Un amigo es intensidad, no frecuencia. Es la electricidad y la adrenalina de contarle un nuevo giro en tu vida mientras tomas un café que sabes que se va a quedar frío. Es llorar sin miedo a que te vean débil, es sentirte en casa en cualquier parte a su lado.
Un amigo está en las malas. Cuando todo el mundo cree que estás bien, pero llaman a tu puerta sin más excusa que la compañía bien entendida. Cuando yaces en la cama de un hospital y te recuerda que has tocado fondo.
Un amigo está y es, una combinación infalible e invencible. Es quien, de camino a casa un sábado a las seis de la mañana, te recuerda con cualquier tontería que el mundo es un lugar maravilloso pese a todo.
Un amigo, un amigo de verdad, siempre perdona. Aunque duela a veces, es capaz de colgar el orgullo en el perchero de un reencuentro que parecía que nunca llegaría.
Un amigo, con mayúsculas, sabe que el tiempo no es más que un acordeón que nos acerca y aleja, en una eterna sinfonía que siempre tiene hueco para un bis.
La amistad, al fin y al cabo, es sentir que la casualidad es caprichosa, y que la magia que desprenden algunas personas, nos ilumina para siempre.

-Alejandro Sotodosos-

sábado, 7 de octubre de 2017

Verdades

¡Qué difícil es encontrar personas que valgan la pena!
Creo de verdad que cada vez me cuesta más encontrar ese tipo de personas. O a lo mejor me estoy haciendo mayor y más inflexible, o mejor dicho, más selectiva, porque, feliz o infelizmente, sé bien aquello que no quiero y eso hace que uno acabe siendo más exigente.
No obstante es aún más complicado conectar, congeniar, encontrar esas personas, esos amigos de verdad, de los reales.
Todos están para lo fácil (salvo algún despistado), algunos llegan a estar en lo difícil pero muy pocos, escasos diría yo, son los que están ahí para decirte las cosas a la cara, para hacerte ver el camino cuando te has cegado o necesitas encontrarlo de nuevo, o simplemente para darte un guantazo de realidad si te lo has ganado. Si no os habéis llevado uno de esos en algún momento de vuestra vida, puede ser que tengáis que revisar vuestra lista de amistades.
Tal vez, como consecuencia de lo que he vivido estos años, valoro más, si cabe, la cruda sinceridad, la verdad sin tapujos, aunque duela de forma momentánea.
Quien te quiere realmente no pretende hacerte daño de forma gratuita con esa sinceridad sino que busca darte un toque de atención y, en el fondo, tu felicidad, porque te conoce, porque sabe quién eres, lo que quieres, tus deseos y tus anhelos...
No nos suele gustar oír aquello que no queremos, lo que no es nuestro punto de vista aunque sepamos que es cierto, aquello que no está en nuestro planning aunque no lo hayamos pensado o ponderado como opción... todo eso que se llaman Verdades.
Personalmente prefiero escucharlas a vivir en una realidad ficticia o protegida (una vez más) para amortiguar ciertas caídas, o para esconder medias verdades o falsa sinceridad.
Esas dos, la verdad y la sinceridad vienen de ese alguien que tienes a tu lado y que sabe lo que es la amistad porque ha entendido que esa, la amistad, es cuando un corazón cabe dentro de otro (ref. Sara Búho).

-DetallesConectados-

viernes, 6 de octubre de 2017

Tan nosotras

Hoy ha sido el día en el que me he dado cuenta que ha cambiado todo. 
Antes compartíamos taxi para volver de nuestras noches legendarias de Beefeater seven up, y ahora llego a casa sola con el vacío de ti. 
Nos pasábamos una hora en el portal, sentadas en ese banco que llevaba nuestro nombre, contándonos nuestros pensamientos que eran semejantes. Nos despedíamos cada una desde nuestro ascensor con un "hasta mañana" que en menos de 10 horas correspondía con una llamada de teléfono fijo. 
Fuimos tan nosotras. Fuimos tan iguales y tan distintas a la vez.
Echo tanto de menos esos momentos, que me parece mentira que no me llame mi padre desde la otra punta de casa pronunciando tu nombre y entregándome el teléfono.
Y aún me siguen doliendo los kilómetros que nos separan, porque la vida se me hace más difícil sin tus tonterías a destiempo y sin tus broncas al compás de mis cagadas continuas.
Sin haberme dado cuenta, te has convertido en esa mitad que me complementa. Es cierto que te necesito, porque desde hace mucho tiempo me he acostumbrado a vivir con una compañera de risas y de más risas.
Y, sólo te puedo decir que aunque pasen los años y conozca a mil personas diferentes, que las he conocido, lo que viví contigo, jamás con nadie.

-I-

jueves, 5 de octubre de 2017

De lo que vales

Que no se te olvide lo mucho que vales.
Aunque te digan lo contrario o te lo insinúen sutilmente. Aunque no te reconozcan nunca o no te dirijan siquiera la palabra. Pese a que te resten méritos, todos ellos o alguno en concreto. Aun cuando te saquen cualquier pega, por pequeña que sea o dejen salir sus prejuicios. Recuerda que son suyos. Por mucha crítica destructiva, zancadillas o pisotones que sufras. Por mucho que te digan, te comparen o te infravaloren. Por mucho que otros se lleven los aplausos. Apláudete tú.
Que no se te olvide lo grande que eres. Lo grande que siempre has sido, aunque ni tú ni nadie lo mencione o se atreva a decirlo. Ni en voz alta, ni tampoco en bajito. Ten muy presente lo lejos que has llegado. Y lo que aun te queda por dar. Por lograr. Por conquistar. Lo bien que haces, aprendes y eliges. Las buenas intenciones, la valentía y la fuerza de voluntad. Por cultivarlas. Que si nuestras palabras hablan por sí mismas, nuestros actos nos definen. Actúa en consonancia.
Que no se te olvide lo que das. De ti. A ti y a los demás. Lo mucho que eso vale. Y lo poco que se valora. Incluido tú. Y lo mucho que se llega a echar en falta, cuando falta. Lo mucho que ayudas, o lo poco, que siempre es menos que nada. Lo que construyes a diario, lo que crece gracias a tus manos. Cada segundo que inviertes que te viene devuelto en forma de vida. En forma de presente, y de futuro. Cuenta cada uno de los granitos de arena que pongas. No dejes de contar. Y de dar.
No te olvides de saber estar. Contigo y con quien quieras. Y de no estar siempre. Ni mucho menos en todo. De saber con quién estar y a quién dar espacio. De saber en qué momento y por cuánto. Y acostúmbrate a dártelo. Espacio. El que necesites. Y a respirar contando hasta donde tú consideres. Aprende a saber escoger y a priorizar. A pensar qué es lo mejor, qué puede esperar.
No te olvides de ti. Ni te inventes excusas ni aceptes las que otros te quieran dar. Estate contigo, a tu lado, de tu mano. No te dejes. No te abandones. Bajo ninguna circunstancia. Bajo ningún tipo de escapatoria. Bajo ninguna promesa de arreglarlo en un futuro. Recuerda que hay cosas que no se cumplen. No te pierdas ni en los días más grises ni en las crisis más profundas. Ni cuando creas que te falta tiempo o cuando empieces a dudar. De lo que sea. Cuando sea. Y acompáñate. Y cree en ti. Y no dejes de creer.
No te olvides de resetear. De parar cuando lo consideres. De tomar oxígeno, aire y felicidad. De volver. De ir. De saltar y ponerte a prueba. De perdonarte cuando no puedas llegar. Que a veces no se llega en el primer sprint ni en primer lugar. Que lo suyo es llegar cuando se pueda. Cuando se esté preparado. Que cada uno marca sus tiempos, sus horarios, sus límites. Y que cada uno, a su ritmo, lo puede mejorar.
No te olvides de ser tu amigo. El mejor. Tu compañero. En las buenas, las mejores y las no tanto. Aprende a ser tu cómplice incondicional. El que sabe, el que espera, el que siempre contesta. Y no se cansa de ello. No te olvides de quererte y cuidarte. De exigirte de acuerdo a tus posibilidades. De saber ajustar tus expectativas-. De ser realista. De no perder de vista tu horizonte, de adornarlo a tu gusto.
Que se no se olvide que cada persona es única y tú no eres una excepción. Que el valor se marca desde dentro.

Que se no se olvide que vales todo eso y mucho más.

-Entre suspiros y un café-

miércoles, 4 de octubre de 2017

Las gafas

¿Te ha pasado alguna vez que estás buscando las gafas de sol pero no las encuentras porque las tienes puestas?
Pues algo así pasa con la felicidad‬.

-Anónimo-

martes, 3 de octubre de 2017

The path

You know, some famous guy once said: "To Travel is better than to arrive." And I was like, "What?" Because I used to think that there was only one path to take to where you want to be in life. But, if you choose that one path, it doesn't mean you have to abandon all the other ones.
I realize it actually what happens along the way that counts; the stumbles, the falls, and the friendships. It's the journey and not the destination. You just gotta, I guess, trust that the future is gonna work itself out like it's supposed to.

-Moose-

lunes, 2 de octubre de 2017

¡Hazlo!

Si te da miedo, ¡hazlo con miedo!.
Si lo haces, conocerás la sensación de orgullo por haberte atrevido, por haber conseguido vencer un miedo más y saber que puedes. Con todo. Conocerás ese subidón de adrenalina al saber que has sido capaz de hacerlo. 
Si no lo haces, te arrepentirás siempre de no haberlo intentado. Y te quedarás con esa curiosidad de lo que podría haber pasado, de lo que podrías haber sentido y de a dónde podrías haber llegado. 
Así que, por favor, hazlo.

Lo único que necesita la receta del éxito, son muchos huevos. 

-Un rincón maravilloso-

domingo, 1 de octubre de 2017

Ella...

Ella siempre ha sido de zapato y tacón, porque hay chicas de zapatos y chicas de zapato y tacón, de tacón con vértigo, de tacón de altura como ella, ella siempre fue más de vestido que de pantalón, de pintarse de rojo los labios y de usar rímel para las pestañas... ella era de esas que entre café y café pensaba que pese a lo malo siempre la quedarían sus dos retoños, y una sonrisa guardada en su bolso de Bimba y Lola... ella tenía personalidad que no es lo mismo que carácter, el carácter lo puede tener cualquiera, la personalidad surge de la experiencia de los años.
Había visto pasar los días grises y otros de lluvia pero con el tiempo y paciencia había sabido ver el arco íris y esperar a que escampara, porque si algo sabía es que el tiempo pone a cada rey en su trono a cada payaso en su Circo y a cada puta en su esquina... y entre tanto ella solo miraba al futuro con ilusión esperanza y sus labios pintados de rojo.

-Ciudadano 114-