viernes, 13 de octubre de 2017

Lealtad

La lealtad, ese término, esa palabra, que se sabe todo el mundo, que todo el mundo cree tener y que en realidad no es así. Todos creemos tenerla, hasta que llega ese momento en el que un comentario que se le escapa a alguien, un desliz emocional o sentimental, hace que te traicionen, sea de mala fe o de buena fe, pero que te traicione.
Por suerte, yo puedo decir contigo que no es así, que a veces la lealtad es bruta, tosca, que parece que no tiene delicadeza alguna, pero ante todo es sincera, es sincera porque es espontánea en momentos claves, pero continua en la línea cronológica del tiempo. 
Sé que parece contradictorio, pero también es difícil de explicar para aquellos que la tenemos, pero cuando la tenemos no queremos perderla, no queremos soltarla porque es 24 horas aunque el otro no se dé cuenta de sus actos, porque también es desinteresada. 
Hoy en día, en los tiempos que corren, podemos comprar todo lo que se quiera o desee, incluso en ocasiones se puede enmascarar el amor con ello, pero lo que nunca se podrá comprar es la lealtad, y te digo que me da igual donde estar contigo, o mar o montaña. 

-J. R. Dylan-

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