jueves, 31 de agosto de 2017

Cáete, en picado y cuesta abajo

Cáete, en serio, no pasa nada, la vida sigue.
Tropieza, las veces que quieras, las que necesites, aprende a base de golpes, porque es la única manera que tendrás de sentirte vivo.
Cáete, no tengas miedo, porque al final sólo importa todas las veces que luchaste por aquello en lo que creías, en lo que querías.
Cáete, estréllate y cágala hasta el fondo, no te quedes con el nudo en la garganta, con la pena atravesada, con las ganas en las entrañas y viendo la vida a través del cristal por miedo a cortarte.
Cáete, coge cariño a la piedra y abrázala tan fuerte como quieras, date de bruces contra la pared, no dejes de luchar aunque sea con los pies en el barro, no puedes hacerte una idea de lo jodidamente preciosas que te quedan las cicatrices.
Cáete joder, cáete, con todas sus letras y su significado, no dejes de poner el corazón en cada paso, aunque te partan mil veces, aunque sientas que el mundo es una puta bomba de relojería, aunque ya no puedas más.

Cáete,
cáete,
cáete,
así,
en picado,
en serio,
no pasa nada,
la vida sigue.

-Izarbe Mato-

miércoles, 30 de agosto de 2017

Tiempo para todo

Al fin y al cabo, la vida se trata más de querer que de poder.
Existen tropecientas mil excusas en el mundo para no quedar con alguien, para no llamarle un día cualquiera, para no estar ahí en el momento exacto. Y no se dan cuenta que quien quiere, puede. Que quien le pone ganas, saca tiempo hasta de debajo de las piedras. Todos tenemos el mismo tiempo, las mismas horas al día y la agenda apretada, pero la cuestión siempre está en las prioridades. Depende de nosotros en qué lo gastamos.
Y es que hay tiempo para todo cuando se tiene interés, ganas e ilusión.

-Un rincón maravilloso-

lunes, 28 de agosto de 2017

Hay amistades...

Hay amistades hechas de risas o dolores compartidos; otras de horas de escuela; otras de juegos de juventud, salidas, cines, o diversiones; otras de un momento clave vivido en coincidencia..., y luego están aquellas que nacen sin saber por qué... incluso de silencios compartidos, o de simpatía mútua sin explicación.

-El Principito-

domingo, 27 de agosto de 2017

No es complicado

Qué bonito es que la vida te sorprenda con cada vuelta. Entender que no somos de nadie pero sí que le debemos un poquito a aquellos que cada día apuestan por nosotros. Que arriesgarse puede ser una locura, pero no tomar riesgos implica tener una vida aburrida. Que aprovechar cada momento como si fuera el último debería ser obligatorio. Que al final no era tan complicado eso de ser feliz.

-Inma García-

sábado, 26 de agosto de 2017

Aprender a ser amigo

Los amigos no son ni muchos ni pocos, sino los suficientes.
No hay amigos verdaderos o falsos, hay personas que saben lo que significa el término "amistad" y personas que creen saberlo, personas que la usan sólo por pura comodidad y personas que te lo demuestran, incluso estando en silencio...


No se nace amigo, se aprende a serlo.

-El lector olvidado-

jueves, 24 de agosto de 2017

Vuelos

Confía en tus posibilidades y en las oportunidades que te brinden... Tu capacidad y las circunstancias pueden hacer el mejor de los equipos.

-Te lo dije cantando- 

No dejes de volar sis
El cielo es muy grande. 
¡Buen vuelo! 

-DetallesConectados-

miércoles, 23 de agosto de 2017

ELLAS, mis magas

Me preguntó una de ellas, antes del reencuentro, que por qué las cuidaba tanto y volvió a incidir en ello tras estos días de vacaciones juntas. Mi respuesta fue [y es] simple. Porque sí, porque se hacen querer y yo, lo digo con letras grandes: ¡OS QUIERO!
Puede ser una locura decirlo así, con tan poco tiempo de relación, con las escasas horas que a veces compartimos, pero en estas cosas siempre me he dejado llevar por el que bombea, por el que me mantiene viva. 
Y es que cuando se quiere, se cuida. Y cuido porque me sale, porque me importan, porque sé que lo valoran y cualquier cosa por y para ELLAS, vale la pena.
Me encanta verlas disfrutar, ver esas sonrisas (y risas) de felicidad y esos ojos brillantes llenos de avidez, como aquel niño cada vez que descubre algo nuevo. 
Personas con ese espíritu, con ese deseo de querer vivir y disfrutar de cada momento de la vida son escasas y desde el primer minuto me sentí identificada con ELLAS. Porque ELLAS saben bien cómo hacerlo, cómo exprimir cada segundo y convertirlo en un segundo irrepetible. 
Han sido un par de semanas para guardar en la retina, en ese disco duro de la cabeza pero teniendo a mano cada una de las imágenes grabadas. 
Se ha pasado volando, como siempre, porque el tiempo con ELLAS es así: intenso, muy vivido, queriendo agarrar cada instante y al mismo tiempo, fugaz. Siempre falta más, queremos más. Cuando estamos en ese casi "día a día", nos toca despedirnos de nuevo. Se nos hace, al fin y al cabo, corto. 
Sigo buscando las palabras para construir una sencilla frase que exprese, de alguna manera, todos los sentimientos que me han hecho vivir, palpar, estos días, en especial, en mi día [prolongado]. 
No necesitaba nada, y lo digo de corazón. Sólo el estar juntas ya era [y es] EL regalo. Lo ha sido desde el primer día y durante casi un año y medio repleto de pequeños momentos, muchos de ellos ya transformados incluso en tradiciones. 
Les ha bastado apenas ese tiempo, y a intervalos, para conocer(me), para interesarse por "eso" que importa, "eso" que muy pocos conocen pero que muchos dicen conocer, lo que me apasiona, lo que me toca la fibra, "eso" que hace que sea yo. Se han preocupado y cada día que pasa lo demuestran con creces, porque escuchan, porque leen entre líneas, porque van más allá de la superficie.
Y es que ELLAS también cuidan. Están ahí, en lo bueno y en lo malo. ¡Y no sólo eso! Son capaces de sorprenderte, de dejarte sin capacidad de reacción, de dejarte sin aliento. 
ELLAS tienen un don. El don de transformar detalles en magia y estos días no han sido menos. De principio a fin un continuo maremágnum de pequeñas cosas que han hecho que sean ya inolvidables. 
ELLAS son así. 
Pequeñas grandes magas. 
Mis magas. 
Mis amiguis. 
No sé si las encontraré pero seguiré buscando las palabras ya que un simple GRACIAS para tanta magia se queda excesivamente corto. 

A veces me pregunto cómo sería si estuviese más cerca, si pudiésemos hacer esas pequeñas locuras (y no sólo) que hacemos, más a menudo... y muero de ganas porque se haga realidad. 

"Les conoces desde hace días, semanas, meses, años… No importa desde cuándo, el caso es que hace un tiempo decidiste que formarías parte de sus historias y que esas personas ocuparían un sitio en la tuya, y eso os acaba transformando aunque sea de forma casi imperceptible. Y es bonito, porque nadie pretende que se produzcan, simplemente esos cambios surgen y te acercan a lo que te gustaría ser, en la mejor compañía.

-DetallesConectados-

martes, 22 de agosto de 2017

Los que te cuidan

Era sólo para mandarte un beso.
¿Qué tal el día?
¡Cuídate!
Avisa cuando llegues a casa.
Espero que estés mejor.
Te echo de menos.
Me haces falta.
¿Quieres hablar?
Nunca dudes de ti.
Todo va a salir bien.
Te lo mereces.
¡Tú puedes con eso y más!
Estoy aquí para lo que necesites.
¿Necesitas algo?
En 10 mins estoy ahí.
Sólo quería escuchar tu voz.
Gracias por estar ahí.
Mira, ¡tenemos que ir!
Perdona.
Ha sido escuchar la canción y acordarme de ti.
Te quiero.

Mantén cerca a esos que te cuidan el corazón.

-DetallesConectados-

lunes, 21 de agosto de 2017

Lo vale todo

Pero si hay algo que de verdad valga, que lo valga todo, es una cosa en concreto. Para mí, tras el tiempo vivido (que no es mucho), lo más importante ya no son las moñeces temporales, las chorradas materiales o estar más o menos guapa. Todo variará, todo se moverá de sitio, todo te hará crecer. Pero nunca olvidarás aquellas personas que lo dieron todo por hacerte sonreír. Que te hagan reír, escúchame: lo vale todo.

Nunca dejes escapar a quien sueñe cada día de su vida con despertar en ti una carcajada de las grandes.

Nunca.

-La chica de los jueves-

domingo, 20 de agosto de 2017

Colores

Pienso que cualquier persona que se tome el tiempo de pintarte colores en un día gris, vale totalmente la pena.

-Nicaury Lajara-

sábado, 19 de agosto de 2017

La historia de mi vida

Acabar de juerga ese día que sólo ibas a cenar es lo que hace que la vida merezca la pena. Porque son los momentos inesperados los que realmente marcan la diferencia, esos en los que no se planea ni un solo detalle, que te hacen disfrutar al máximo sin darte cuenta y perder la noción del tiempo. Y al final, acabas sintiéndote más vivo que nunca.
Te entran ganas de volver a salir a cenar.
Y es que “la última y nos vamos” siempre ha traído muchas cosas buenas. Porque detrás de eso no sólo hay otra copa, sino más risas, momentos y una larga historia que contar al día siguiente. Y puede que también le siga una buena resaca. Pero eso no es ná en comparación con todo lo demás.

Y ahora, ¿qué tal si nos vamos a cenar?

-Un rincón maravilloso-

viernes, 18 de agosto de 2017

Lugares

Dicen que uno siempre vuelve a los lugares donde amó la vida. A donde fuimos felices. Y yo amé la vida cuando estuve contigo.

-Bejamin Griss-

jueves, 17 de agosto de 2017

Da gusto

Da gusto cuando la conversación fluye, cuando las palabras salen solas y también cuando sobran, da gusto cuando la persona que tienes enfrente atiende y entiende cada cosa que dices. Da gusto cuando encuentras respuestas en buena compañía, cuando surgen nuevas dudas que te recuerdan que la verdad absoluta no existe y que tu opinión cuenta como la del resto, ni más, ni menos. Da gusto cuando sientes que has cambiado el curso de la historia de alguien, recuerdas así el inmenso poder que tienen tus ideas, tus pensamientos y tu capacidad para expresarlos.
Da gusto cuando tienes la sensación de que estás en el momento y en el lugar adecuado sin habértelo propuesto, da gusto que la providencia haga de las suyas y te sitúe justo en el sitio en el que te debías estar. Da gusto ver cómo algunos procesos van llegando a su fin y otros no han hecho más que empezar, da gusto aprender por el camino y ser consciente de que cada persona que se nos acerca a lo largo del camino tiene algo que aportarnos, por poco que sea el tiempo que ha permanecido a nuestro lado.
Da gusto ver triunfar a los que queremos, en cualquier ámbito de la vida, lo importante es que su sonrisa se nos siga contagiando y seamos capaces de encontrar un hueco para celebrar todo lo bueno que les suceda. Da gusto saber que confían en nosotros también cuando las cosas salen mal, porque tenemos la capacidad de consolar y de animar en la misma proporción, da gusto sentirnos útiles hasta el punto de ser capaces de mejorar un estado de ánimo, casi nada.
Da gusto saber que no tienes cubierto el cupo de sorpresas, que los “cuando menos te lo esperas” suceden, que los nuevos trabajos se encuentran y nuevas personas llegan a tu vida, que visitarás nuevas ciudades sin planearlo demasiado y que tendrás nuevas ideas para alimentar esos proyectos que a veces quedan atascados por falta de imaginación, de tiempo o de ganas.
Da gusto saber que, pase lo que pase, el mundo sigue girando contigo dentro y que las oportunidades surgen a fuerza de intentarlo, de apostar por uno mismo, de buscar y encontrar, de equivocarse y rectificar, de elegir, de tomar partido, de abandonar una opción y apostarlo todo por otra… Da gusto, en definitiva, vivir.

-Te lo dije cantando-

miércoles, 16 de agosto de 2017

Sueña alto

Cuando perseguir un sueño se convierte en una realidad, se necesita seguir a pesar de las circunstancias, de los fracasos y de los que dirán. Se necesita coraje y un poquito de locura. Porque esos locos son los únicos capaces de llegar tan lejos que pueden tocarlos. Que pueden conseguirlos. Y que los consiguen. Son esos que no permitieron que nadie les convenciera de abandonar. Y llegaron.

Sueña alto y a por tus sueños. 

-Caracoles Caraduras-

martes, 15 de agosto de 2017

Tú mismo

Las personas con las que eres tú mismo. Con quienes ríes muy fuerte, lloras y cantas a todo volumen. Esas personas, por favor, siempre.

-El alma en los labios-

lunes, 14 de agosto de 2017

Qué bonita la vida

Qué bonita la vida, cuando te dejas sorprender.

Cuando cierras los ojos y te concentras en ese preciso momento. No por miedo. Ni para protegerte. Ni para evitar ver lo que se avecina. Ni para huir de ti mismo. Los cierras. Y dejas todo lo demás fuera, bien lejos, a una distancia prudente. Para dejarte llevar. Para permitirte sentir hasta en la última célula de tu piel. Para exprimir cada segundo. Para que no haya nada que te robe ese instante. Para no perderte ningún detalle. 

Qué bonita la vida, cuando te dejas querer.
 

Con todos tus pros, contras y peros que valgan. Con todos tus días, tanto los buenos como los no tan buenos. De principio a fin. Hasta en los momentos en que no te soportas ni a ti mismo. Hasta cuando tu ilusión se esfuma y te quieres perder con ella. Y, sin embargo, te dejas querer. Sin poner resistencias. Sin exigir nada a cambio. Sin imponer ni pedir. Siendo tú. No fingiendo ser ninguna otra persona. 

Qué bonita la vida, cuando quieres con todo tu ser. 

Cuando quieres, con todas las letras. Con todos los puntos y sus respectivas pausas. Con cada mayúscula y todos los signos de exclamación, sin excepciones. Cuando, simplemente, quieres. Sin darle importancia a lo que otros piensen, o digan, o pretendan hacer. Sin darle importancia a lo material. Cuando das lo mejor de ti, siempre, ante cualquiera. Ante todos. 

Qué bonita la vida, cuando dejas que las cosas pasen. 

Cuando sueltas amarras. Cuando dejas de preocuparte. Cuando pasas a la acción o dejas de poner barreras. Cuando disfrutas de lo fácil, lo sencillo, las pequeñas cosas. Cuando aceptas lo que viene y no esperas otra cosa. Cuando sabes apreciar todo lo que tienes, todo lo que eres. Y los aprecias de veras. Y te deleitas con ello. Y contigo.
 
Qué bonita la vida, cuando abres los brazos. 

A todo lo que llega. A todo lo que parece que va a llegar. Llegue o no finalmente. A todo el que quiera estar. A tu lado. Contigo. De tu mano. O mirándote avanzar. A los que te regalan su cariño infinito, o hasta dónde saben dar. A los que te enseñan, sea o no la lección más dura de tu vida. A los que te hacen reír. Y hasta a los que te hacen llorar. Porque todos, de alguna manera, te aportan valor. 

Qué bonita la vida, cuando eres feliz. 

Y no hace falta que presumas de ello. Porque se te nota. Porque tu mirada, tu cuerpo, cada gesto, lo que dices y lo que no… Te delatan. Lo transmites. Lo contagias. Cuando lo eres de verdad, y no sólo pretendes serlo. O aparentarlo. Cuando tienes un “algo”, que cualquiera quiere para sí. Cuando sabes el por qué de tu felicidad,… y cuando no. 

Qué bonita la vida, cuando estás en paz.

Cuando estás justo donde quieres estar. Ni más lejos ni más cerca. Cuando no deseas estar en ningún otro lugar. O queriendo estarlo, sabes que lo estarás. Cuando no deseas ninguna otra cosa, ninguna otra compañía, ninguna otra promesa. Cuando pisas el camino que soñabas. Y no quieres que se acabe. 

Qué bonita la vida. 

Cuando es tuya. 

-Entre suspiros y un café- 

Gracias

domingo, 13 de agosto de 2017

De esas...

De esas que te cantan ¡feliz cumpleaños! a las 00:00 exactas. Y si no tienen tarta, le colocan una vela a un muffin, para que nunca te quedes sin soplar las velas. De esas que se acuerdan de ti no solo para lo bueno sino también para lo malo. De esas, son mis amigas.

-Hoy quizá sí / Un rincón maravilloso-

sábado, 12 de agosto de 2017

Momentos de una vida


Nicole: ¿Sabes cuando la gente dice eso de “aprovecha el momento”? No sé, me inclino a pensar que es al revés. ¿Sabes? Como que es el momento el que nos atrapa a nosotros.
Mason: Sí, sí… Lo sé. Es constante. El momento es solo… Es como si siempre fuera “ahora mismo”, ¿sabes?.
Nicole: Sí.

-Boyhood, Momentos de una vida-

viernes, 11 de agosto de 2017

Pequeños placeres

Desayunar en la calle. Un día de playa con el agua transparente. Pinta labios burdeos. Poner la música a todo volumen mientras conduces. Atracar la nevera cuando vuelves de fiesta. Aprobar un examen que llevabas fatal. Viajar sin complicaciones. Encontrar una buena peli en la tele un día de lluvia. Mirar el paisaje por la ventanilla de un avión. Que aparezca un billete en el bolsillo de la chaqueta que hace tiempo que no te pones. Que se te caiga el móvil al suelo y no tengas rota la pantalla. Un buen libro. Dormir más de nueve horas seguidas. Recibir una postal. Una visita sorpresa. Un beso inesperado. Dormir con edredón y sin despertador. Beber agua cuando tienes mucha sed. El olor cuando entras en una panadería. Las miradas que se mantienen. Una puesta de sol con un mojito en la mano. Los planes improvisados. El gazpacho en verano. Que suene en la radio la canción que te encantaba hace siete años. Una sonrisa amable de un desconocido. Que te dejen pasar en la cola del supermercado cuando sólo llevas una cosa. Coincidir con un amigo en la otra parte del mundo.
 
Esas cosas que nunca apreciamos y que siempre están ahí, son los pequeños placeres de la vida.

-Dime tú cómo lo ves-

miércoles, 9 de agosto de 2017

Intenso

Me gusta ser observadora y quedarme con detalles, imágenes, conversaciones, palabras... pormenores, que para otras personas, a lo mejor, pasarían desapercibidos.
Aunque si lo piensas fríamente, en realidad, todos somos un poco así. Vemos, vivimos y compartimos instantes que se nos quedan grabados en la memoria y que volvemos a revivir o recordar en algún momento porque son minutos que nos han dejado huella. 
Cuántas veces un lugar lo has asociado con alguna persona; cuántas veces una comida o una bebida te recuerda a un instante compartido; cuántas veces has relacionado una canción con tu grupo de amigos; cuántas veces una palabra o una frase te traslada hasta la imagen de alguien conocido...
"Intenso" es esa palabra que se ha convertido para mí en algo más que habitual dentro de mi vocabulario casi diario. Se ha convertido en una palabra que asocio con ellas porque realmente no hay mejor forma de explicar o definir todo lo que rodea al tiempo que pasamos juntas. 
Días que sabes cómo empiezan pero no lo que te pueden deparar. Días planeados y días de improvisaciones. Días de tradiciones y otros de sorpresas. Días en que los detalles nos inundan a cada paso que damos... Y es que se avecinan, como no podía ser de otra manera, unos días muy intensos.

Me vais a permitir que os abandone durante un par de semanas, que tenga un descanso y desconexión que vengo anhelando desde hace tiempo... aunque ya sabéis que nunca lo es totalmente.

¡Nos vemos a la vuelta!

-DetallesConectados-

martes, 8 de agosto de 2017

Respuestas

Las mejores respuestas que he escuchado me las ha dado el tiempo. Inclemente. Despiadado. Definitivamente sincero…

-Olga María Saín-

lunes, 7 de agosto de 2017

Debilidad

Me encantan esos abrazos que me estremecen, que logran parar el tiempo y detener mi respiración. Me encantan porque me recomponen y hacen que mis penas y mis miedos vuelen muy lejos.
Me gustan los abrazos que, aunque no resuelven nada, me ayudan a decirle a las adversidades que no van a poder conmigo, que no van a derrumbar mis muros ni a destrozar mis cosechas.
Así que sí, lo confieso, esos abrazos son mi debilidad. Me derriten con solo pensarlo. Me abrigan, me arropan y me hacen sentir que la vida no es ni injusta ni mala, y que no hay mejor manera de sentir que a través de la piel.

-Raquel Aldana-

domingo, 6 de agosto de 2017

Salir a observar la vida

Me gusta vivir en un pueblo viejo, de calles estrechas, de casas de toda la vida, de señoras que barren las aceras, de señores que se sientan al fresco en las tardes de verano.
Me gusta salir a callejear por los rincones que aún son ajenos a mis sentidos despiertos y mirar la vida y escuchar la vida y sentir el aire y dar los buenos días a las abuelas y los abuelos que no conozco pero siempre me devuelven una sonrisa o, con suerte, alguna breve historia. 
Me gusta la vida de pueblo que nadie sospechaba que me podía gustar. 

-El futuro nunca existió-

jueves, 3 de agosto de 2017

miércoles, 2 de agosto de 2017

Es algo más

Cuando te das cuenta que un café es más que un café dependiendo de cómo lo vivas, que el perderse puede significar descubrir lugares nuevos, que no haber decidido aun dónde irte de viaje puede ser irte a cualquier lugar y de cualquier manera, que simplemente hay que aprender a darle la vuelta a la tortilla, a convertir la vida en la mayor de las aventuras, a hacer que cada pequeña cosa cuente, a ver el vaso medio lleno y, ¿por qué no?, a llenarlo un poco más si hace falta.

-Caracoles Caraduras-

martes, 1 de agosto de 2017

Agosto

Agosto, ¡qué ganas te tenía! ¡No lo sabes bien!
Llevo esperándote semanas. No veía el momento de cambiar la página del calendario de mi habitación, de ver esa foto todos los días al levantarme y atisbar el final de la cuenta atrás. 
Te estabas haciendo desear pero yo sé que es por una buena razón. No vas a defraudar y lo que viene después de ti, tu compañero septiembre, ¡mucho menos!
Qué ganas de reencuentro(s) con las que están llegando y con los de siempre, de abrazos guardados durante todo este tiempo y de los "te he echado de menos" que se dicen solos, con la mirada. 
Qué ganas de desconexión total, de olvidarme del reloj, del móvil y del trabajo, y sentirme sin prisas, pero, a la vez, también de días intensos, de exprimir cada minuto y dejarme agarrar por el momento. 
Qué ganas de playa y de Castilla, de sol, de olor a crema, de bocatas y fruta, de siestas debajo de la sombrilla (si dejan), de rutas inesperadas, de viajes, de paseos por la arena y por mis calles, las que me vieron crecer y las que me acompañaron después. 
Qué ganas de puestas de sol (en plural), de cocktails y vinos, de terraceo, de cenas especiales y salidas locas sin hora de regreso a casa. 
Qué ganas de risas, de esas que te hacen incluso llorar, de conversaciones serias y momentos de silencio, de contarnos eso que no hemos podido contarnos en los últimos meses. 
Qué ganas de turistear, de enseñar nuevos rincones y paisajes desconocidos, y repetir otros porque ya forman parte de una tradición. 
Qué ganas de disfrutar de estos días y de hacerlo a vuestro lado, porque sin vuestra presencia no sería lo mismo. 

Qué ganas de veros... y de ver esas sonrisas otra vez.

-DetallesConectados-