viernes, 11 de agosto de 2017

Pequeños placeres

Desayunar en la calle. Un día de playa con el agua transparente. Pinta labios burdeos. Poner la música a todo volumen mientras conduces. Atracar la nevera cuando vuelves de fiesta. Aprobar un examen que llevabas fatal. Viajar sin complicaciones. Encontrar una buena peli en la tele un día de lluvia. Mirar el paisaje por la ventanilla de un avión. Que aparezca un billete en el bolsillo de la chaqueta que hace tiempo que no te pones. Que se te caiga el móvil al suelo y no tengas rota la pantalla. Un buen libro. Dormir más de nueve horas seguidas. Recibir una postal. Una visita sorpresa. Un beso inesperado. Dormir con edredón y sin despertador. Beber agua cuando tienes mucha sed. El olor cuando entras en una panadería. Las miradas que se mantienen. Una puesta de sol con un mojito en la mano. Los planes improvisados. El gazpacho en verano. Que suene en la radio la canción que te encantaba hace siete años. Una sonrisa amable de un desconocido. Que te dejen pasar en la cola del supermercado cuando sólo llevas una cosa. Coincidir con un amigo en la otra parte del mundo.
 
Esas cosas que nunca apreciamos y que siempre están ahí, son los pequeños placeres de la vida.

-Dime tú cómo lo ves-

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