lunes, 27 de febrero de 2017

Brindo

Brindo por la amistad. Por esas que se fueron y por las que vendrán. Por las que ahora tenemos y por las que se quedarán para siempre.
Brindo por los que están ahí en las buenas pero, sobre todo, en las malas. Por luchar por cada batalla y por celebrar, en condiciones, las victorias. 
Brindo por los que siempre vuelven, aunque se hayan ido. Por los que siguen ahí a pesar de los tropecientos kilómetros que los separan. Y por los que siguen siendo los mismos aun con los años de por medio. 
Brindo por las tapas que acaban en la mejor noche de tu vida. Por las copitas de más, las risas interminables y los churros con chocolate.
Brindo por las buenas cañas que quitan cualquier pena. Sea donde sea. Y por esos cafés que arreglan el mundo en un momento. 
Brindo por la que te aguanta el bolso, el abrigo y la puerta mientras que haces pis. Y además, te pasa el clinex. 
Brindo por los paseos de los amigos en manada en busca de noséquéquéséyo.
Brindo por los grandes reencuentros, por las quedadas en cualquier lugar que se hacen inolvidables. 
Brindo por los viajes, por las fotos y vídeos que quedarán escondidos en el baúl de los recuerdos.
Brindo por los cotilleos, las críticas con cariño y por los secretos que se guardan de por vida. 
Brindo por la paciencia interminable.
Brindo por los piques, por las peleas tontas y por ese orgullo para ver quién tarda más en escribir. Y por esa sonrisilla cuando nos damos cuenta que no podemos vivir el uno sin el otro. 
Brindo por los chupitos que quitan cualquier pena.
Brindo por los abrazos cuando se necesitan y cuando no. Por esa mano que te levanta del suelo o te impide que caigas. Y por esa regañeta cuando no le has hecho ni puñetero caso.
Brindo por las lágrimas que hay que aguantar aun cuando lo advertiste. Y por las notas de voz que duran más de un minuto. Por escuchar y aconsejar. A cualquier hora, en cualquier lugar. Siempre.
Brindo por los planes inesperados, por el “te recojo y vemos donde vamos”. 
Brindo por los “ya no bebo más”. Y por las carcajadas que le siguen. Por las resacas que se superan mejor en compañía. Y por la recopilación de capítulos de la noche anterior.
Brindo por los ratos de skype y las llamadas. Por los cumpleaños que se celebran a lo grande. Bueno, las celebraciones en general.
Brindo por esa mirada de tu amigo que lo dice todo, sin decir nada. Por las palabras/iconos/gestos claves.
Brindo por el apoyo incondicional.

Brindo hoy, mañana y pasado. Con lo que queráis.
Por la familia que se elige, por los de siempre.
Porque la amistad, siempre, todo lo-cura.

-Un rincón maravilloso-

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