domingo, 11 de marzo de 2018

Para qué sirve un abrazo

Un abrazo sirve para demostrar afecto, cariño, felicitación. Esto así, como teoría está muy bien. Sí, la prosa, la definición más exacta y ligera de la palabra en cuestión. Ok. Pero yo quiero más, a mi dame la versión más poética de las palabras, la más irracional y la más difícil de comprender. A mi háblame de sentimientos y emociones, de esos que se sienten cuando das o recibes uno de esos abrazos, esos que difícilmente se pueden explicar. Yo es que, verás, como te decía, prefiero la parte más visceral del asunto, no es broma, te lo prometo. Sé que es más peligroso entender la vida, y sus cosas, desde este punto de vista, pero, créeme, merece la pena. Yo, al menos, así lo siento. Así que, vamos, dime, cuéntame ¿para qué sirve un abrazo?
Porque yo siempre he sentido que un abrazo sirve para mostrar la tristeza de la partida y la alegría del regreso. Un abrazo sirve para que se pare el mundo durante unos instantes, o varios, como darle a la tecla de stand by a todo tu mundo y que no importe nada más. También sirve para mostrar el amor más puro y real que existe, el verdadero. Da igual que sea hacia tu pareja, hermanos, padres, amigos o conocidos. Un abrazo es sincero, al menos así lo entiendo.
Un abrazo sirve para decir te quiero, te extraño, me alegro, te cuido, te apoyo, te entiendo, te espero, te siento…Un abrazo es idioma universal.
Un abrazo sirve para darte cuenta de los grandísimos amigos que tienes. Un abrazo sirve para animarte en un momento malo y mostrar que todo puede, y debe, cambiar. Una abrazo sirve recolocar los miedos y calmar los nervios. Un abrazo sirve para acompañar a la felicidad más verdadera. Para tranquilizar. Para relajar. Para reiniciar. Un abrazo sirve para crear magia, además si se acompaña de las palabras adecuadas, ese sincero “te quiero mucho”, pasa a ser un momento eterno. Pruébenlo y me dicen. Funciona.
Un abrazo sirve para acompasar pensamientos. Para entrenarte y poder vencer todo lo malo, lo feo, lo regular de la vida. Un abrazo sirve para sentirse en casa y que todo lo demás quede en un segundo plano.
Un abrazo sirve para ser la protagonista de tu propio cuento de hadas. Para acercar posturas y alejar tensiones. Para disminuir el estrés después de un mal día. Para querer y quererte. Para empezar algo bonito y terminar algo caduco. Un abrazo sirve para perder las formas y encontrar los sentidos. Para olvidar las apariencias y desnudar el alma. Para entender un sentimiento difícilmente razonable. Para conectar contigo. Para protegernos. Para calmarte.
Un abrazo sirve para aliviar los momentos de soledad. Para conectar con la vida, contigo.
No quiero asustarte con mi particular visión de un abrazo, pero ya te decía que prefería la parte intensita de la historia. Que no me quedo con lo palpable, lo racional, lo lógico, lo físico…prefiero pasar esa barrera y adentrarme en el mundo de los sentimientos, de las preguntas sin respuesta, de las emociones que no se cuentan, de las miradas que no se miden y, claro está, de los abrazos que no se explican.
Por eso si tienes algo que rebatirme, no lo hagas, no ahora por favor, mejor abrázame y no me digas nada, sólo abrázame…

-La chica del quinto-

No hay comentarios:

Publicar un comentario