jueves, 23 de noviembre de 2017

Que todo fluya y que nada influya

¡Vivan las risas, las conversaciones sin sentido y las tonterías sin venir a cuento!
Me encanta la gente que hace reír y reconozco que soy bastante payasa, me encanta hacer tonterías para ver cómo la gente suelta una carcajada. Reír alarga la vida, previene infartos y rejuvenece la piel entre otros beneficios, así que nadie puede decir que no hacemos ejercicio.
Por eso, me rodeo de gente que ame la vida, que le saque el lado bueno y cómico a los problemas, pero siempre dando relevancia a los problemas de verdad. Porque la vida ya es complicada para que sucumbamos a los problemas, porque las preocupaciones son menos difíciles si los afrontas con una actitud positiva.
Si tienes un mal día, convéncete de que estás bien, porque al final te lo creerás y lo verás todo de otra manera. Con energía positiva se abren muchas puertas, en serio, aunque este a veces te falle, si el universo te ha sacudido es para que despiertes.
No pienses tanto, deja que la vida te sorprenda.
Mantén la espalda recta con los hombros hacia atrás y sacando pecho para desprender esa autoestima y seguridad que seguro que tienes y te caracterizaba. Hazlo y verás como todo lo bueno viene hacia ti. La energía que traes al mundo es tu impacto más relevante. Y no te preocupes por todo lo que se fue y da las gracias por esa liberación, con el tiempo lo entenderás.
No fuerces las cosas, lo que ha de fluir que fluya, lo que tiene que chocar que choque y ten solo espacio y energía para lo que es para ti. Nuestra reacción a cada situación, tiene el poder de cambiar la misma.
Y recuerda, lo que es para ti, siempre te sacará lo mejor, así es cómo lo reconocerás cuando venga.
Como leí un día “que todo fluya y que nada influya.”

-Srta. Maravilla, Lo que me encantaría decirte-

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