martes, 24 de mayo de 2016

Sala de espera

Y no me arrepiento de haber perdido el tren, porque a fin de cuentas, no era el mío. Me quedé sentada en ese banco, viéndolo pasar, con cara de boba, sabiendo que no tenía asiento reservado, sabiendo que me caería una buena multa si me colaba. Sabiendo que en tu ventanilla no había más sitio que para tu maleta. Y lo entendí, al final. Gracias a esperar al momento indicado. Gracias a que le cambié la pila al reloj.
Y no me arrepiento.
Pero no te esperaría de nuevo.

-'Salas de espera', La chica del Jueves

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