viernes, 24 de marzo de 2017

A pesar de todo

¡Ya lo sabía! Incluso estaba tardando demasiado: "hace un montón que no escribes un DC propio". ¡Qué verdad amiga!
No están siendo días semanas fáciles, aunque lo venía anunciando a bombo y platillo, y me ha faltado la destreza habitual para escribir. 
Hay quien tenga la cuesta de enero... Yo tengo la cuesta de febrero/marzo. Son dos meses que me resultan difíciles de encarar. Son meses que están en el medio de todo y de nada. 
Lejos quedaron la resaca de las navidades, los días de estar con los tuyos… continúan siendo días largos, lluviosos algunos (por no decir que muchos), por regla general con pocos planes, fruto del derroche de las semanas anteriores… 
Mis días se han presentado bastante solitarios, con muchas horas caseras, impropias de mí, y si a eso añadimos los momentos en los que la tristeza me ha embargado, tenemos una mezcla de sensaciones y sentimientos a flor de piel dignos de una película dramática. 
No busco una disculpa barata pero con este maremágnum rondando a mi alrededor he procurado arañar tiempo para mí, para alejarme y pensar, para poner en orden la cabeza. En este periodo que os he abandonado, me he dejado envolver por letras (que no las mías), sonidos e imágenes, buscando que de alguna manera me devolviesen a la senda del camino. Y aun así no ha sido suficiente para evadirme y recuperar ese aliento que necesito. Me falta tiempo.
Pero si algo he aprendido con los años es que las prisas no son buenas. Y hay fases en la vida en que lo mejor que puedes hacer es tener paciencia y no querer que todo se solucione con un simple chasquido de dedos. 
Me repito a mí misma que todo saldrá bien, a pesar del cansancio, de los nudos en el estómago (y en la cabeza), de las miradas de soslayo, de los juicios de los demás, de los pequeños problemas que se acaban juntando y convirtiéndose en un gran problema. A pesar de las decepciones, de tragar lo que no necesito, de aguantar lo que no me aporta… A pesar de los “os echo de menos”, a pesar de las inseguridades y de las respuestas que no llegan, a pesar de no estar donde más quería, a pesar del caos en el que mi mundo se convierte muchas veces. 
A pesar de esto… ¡todo saldrá bien! 
Aquello que me ha ido construyendo, aquello que me ha ido convirtiendo poco a poco en alguien mejor, es saber que los momentos malos pasan, es creer que después de un invierno lleno de dudas, de incertidumbre, de días oscuros, llega siempre una primavera llena de esperanza y claridad. 
¡Y sé que este mal momento también pasará! 
Aunque estas líneas estén tildadas tal vez de una melancolía mayor de lo normal, no puedo ni quiero acabarlas así. 
¿Os digo una cosa? A pesar de todo, ¡tengo suerte! Por muchas cosas, pero en estos momentos porque tengo amigos tan cerca que me dan un toque de atención y me dicen: "Eh, ¡que echo de menos tus palabras!"… y que al final, es lo mismo que te digan: te echo de menos a ti. 

-DetallesConectados-

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