miércoles, 2 de marzo de 2016

Personas frías

El ser humano está diseñado para sobrevivir, y cuando nos hacen daño, inmediatamente recurrimos a mecanismos de defensa para evitar el sufrimiento. Colocamos barreras
emocionales cuya única finalidad es la de no sentirnos vulnerables, hasta el punto, de que algunas personas nos convertimos en personas frías.
Todos tenemos historias, y las que acompañan a las personas frías, la mayoría de las veces, son historias de dolor y de decepción. No es que las personas frías no tengamos sentimientos, es sólo una coraza de hierro impenetrable que usamos porque tenemos miedo de demostrar nuevamente nuestro cariño y nuestra confianza a personas equivocadas. Tenemos un profundo miedo a la desilusión, al ridículo de mostrar nuestros sentimientos y a ser rechazados o heridos de nuevo.
Esa protección no la construimos por voluntad propia. Puede ser tan sólo el resultado de pedazos de experiencias y decepciones que las personas que nos rodean nos fueron cosiendo lentamente sin que nos diésemos cuenta y, al final, acabamos presos dentro de aquella coraza. Hubo un tiempo
en el que lo dimos todo: amor, tiempo, ternura, caricias y palabras. Dimos lo mejor de nosotros y alguien no supo valorar nuestros sentimientos, o incluso peor, jugó con ellos. Imaginen el dolor que nos causó sentirnos usados, rechazados y olvidados. Porque, créanme, hay personas que hieren, y algunos lo hacen por pura diversión. Apuntan donde más duele: la autoestima y la confianza, dejándonos profundas heridas.
Es por eso que ahora escondemos nuestras emociones hasta el punto de parecer que abdicamos de ellas. Nos aislamos, pasamos tiempo solos, no porque seamos introvertidos necesariamente, sino por la simple razón de que queremos evitar algunas cosas que nos rodean.
Creedme, no es fácil vivir en una tensión constante como es la frialdad. Todo el mundo tiene cualidades y defectos. Intentad darnos cariño y tratadnos con bondad y algo de humor. ¿Quién se puede resistir a eso? Intentad abordarnos, pero sin entrar en nuestro juego, puede que consigan abrir las puertas que permanecieron cerradas durante mucho tiempo. Es difícil y exige trabajo, pero no hay mejor recompensa que aquella cuando finalmente quedamos completamente desarmados y comienzan a recibir el calor que guardamos durante tanto tiempo en nuestro interior.
Suelen decir que las personas frías son las que tienen los sentimientos más reales y verdaderos y que cuando te dicen que te quieren, es porque realmente lo sienten. Es bonito descubrir el misterio que nos rodea, ver cómo nos vamos abriendo y acabamos siendo de las mejores personas que conocieron.
Vale la pena invertir algún tiempo en nosotros y descubrir que nos derretimos cuando estamos en las manos adecuadas.

-DetallesConectados-

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