miércoles, 14 de noviembre de 2018

Al fin aprendí a dejar ir. Ahora te toca a ti.

Muchas veces es difícil aceptar cuando algo se termina, cuando algo llega a su punto final. Pero también hay que ser honestos con nosotros mismos, nada es para siempre. Puede ser más doloroso a la larga el aferrarte a algo que muy en el fondo sabes que no funcionara, pues luchas y luchas y sientes que no avanzas, que estás estancada en la misma situación, te frustras, lloras, te culpas… y caes.
Llega un punto en que entras en depresión, te culpas de todo, sientes que nada de lo que haces está bien, que no luchas lo suficiente o que no pones las ganas suficientes, pero NO, estás equivocado(a). Ya luchaste, ya pusiste tu esfuerzo, caíste, lloraste, te desgastaste y si no funcionó todo ese esfuerzo es porque simplemente esa lucha no era para ti. Es algo que por más que tu luches no pasara, porque no está escrito en tu vida, porque no está destinado para ti, porque cuando algo es para ti, solito llega cuando menos lo esperes.
Cuando luchas por un amor no te puedo decir que es malo, ¿por qué? Porque es amor, una persona por amor puede hacer mil locuras, pero también hay que entender que llegará un punto en que tienes que darte cuenta que estás luchando por un amor que te está consumiendo lentamente. Por más que sientas que ames a esa persona, por más que sientas que no volverás a sentir lo mismo con nadie más, ese amor con la misma intensidad, tienes que aprender a soltarlo, pues te estás matando, la vida es tan corta y tan hermosa que estás gastando tu tiempo sufriendo por algo que no está en tus manos poder cambiarlo, es simplemente algo del destino, algo que ya llegó a su punto final.
Tienes que aprender a pasar página y empezar a escribir una nueva, con nuevos guiones, nuevos personajes, pero con mejor contenido.
He decidido dejarlo ir y perdonarme, por las veces que me falle, por las veces que me enojaba sin razón.
Lo único que me queda decir de este aprendizaje es que no quiero volver a sentir que no soy lo suficiente, que estoy loca, sentir que soy la que da más y recibe menos, a sentir ese hueco en mi pecho y estómago de que algo está mal y no saber cómo arreglarlo, de que para que las cosas estén bien tener que callar lo que me molesta, no quiero volver a perderme. Quiero ser la chica de siempre, la niña risueña, cariñosa, bailadora y cantadora, la que confía.Todo eso volverá a ser porque hoy lo dejé ir, ¡TODO!
Tenía miedo de enterarme de que él encontrara a alguien más, pero hoy ya no, porque es lo que por ley de la vida sucederá y yo sé con certeza que volveré a amar, me volveré a enamorar y espero que a él le pase lo mismo, hoy le deseo lo mejor, y le agradezco por los aprendizajes que me dejó, las experiencias vividas y los buenos momentos.Es momentos de dar vuelta a la hoja y yo ya la he dado.

¿Y tú?

-El alma en los labios-

No hay comentarios:

Publicar un comentario