martes, 1 de mayo de 2018

Querida yo del futuro:

Qué miedo me da imaginarme lo que andarás haciendo dentro de 20 años. A saber la de estupideces que habrás cometido. A saber las cagadas que habrás soltado por ese piquito de oro que tienes, y a saber los pasos hacia atrás que habrás dado por miedo.
Ojalá no cambies. Ojalá siempre seas igual de feliz que lo somos ahora. Ojalá no se te olvide ese sentimiento que te mueve y te hace sentirte viva. 
Ojalá que lo único que haya cambiado entre tu y tus amigas hayan sido las canas y las patas de gallo que os hayan salido.
Ojalá sigas cantando en la ducha y oliendo los libros recién comprados.
Ojalá sigas teniendo compasión por aquellos que lo pasan mal, y ojalá tus principios nunca cambien.
Hagas lo que hagas, estés dónde estés y con quien estés, disfrútalo.
Que las dos sabemos que podemos perder de todo menos el tiempo. 
Ojalá nunca pierdas las ganas de vivir, pase lo que pase. Ojalá te levantes la mayoría de las mañanas con la energía mañanera que tenemos sin café.
Ojalá sigas queriéndote. Porque si algo he aprendido en este tiempo es que no hay cosa peor que no quererse a uno mismo, porque así jamás querrás con todo el corazón a los demás.
Sigue valorándote. Sigue creciendo en todo lo que hagas. 
Si cumples tus metas, invéntate otras nuevas.

Pero sobre todo, espero que no te hayas alejado de esas personas que provocan la felicidad en ti.

-Dime tú cómo lo ves-

No hay comentarios:

Publicar un comentario