No te rindas.
En serio, estás a un paso, o a dos, de conseguir eso que quieres. No te pares, no mires atrás. Continúa.
Eres capaz de TODO. En mayúsculas.
Último esfuerzo, último tirón. Me importa un bledo las ojeras que tengas, los cafés que te hayas tomado y cuántas horas de sueño tengas acumuladas. Puedes con todo, sí tú. Y vas a ir a dar lo mejor de ti, vas a plantarle cara y vas a lograrlo, ¿te enteras? ¡Vas a lograrlo!
Así que olvídate de los “No puedo”, “Me rindo”, “Es imposible”, porque no, sé que es lo que se suele decir, pero sí, todo esfuerzo tiene su recompensa. La suerte no se busca, ni se tiene, la suerte se crea con trabajo, ganas y mucho esfuerzo.
Me da igual lo que digas, que me da igual he dicho, no me importan las excusas. Cállate y sigue.
Te lo vuelvo a repetir: puedes con todo.
No te rindas.
-Un rincón maravilloso-
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