A veces las cosas llegan sin esperarlas, y es que cuando te dispones a buscar la suerte, te das cuenta que estaba ahí, pero que tú no la veías. Y te das cuenta en ese momento en el que dejas de hacerlo, en el que te centras en vivir y dejarte llevar, en ponerle ganas a lo que te apasiona, y entonces llega y se topa contigo de frente. Así, sin más.
La suerte aparece cuando dejas de buscarla, cuando menos te lo esperas se dispone a ponerse delante de ti y a regalarte una sonrisa que dura todo el día. Y es que hay oportunidades que no se pueden dejar escapar, que aunque tengas miedo, hay que plantarle cara, llenarte de fuerza y dar todo lo que puedas. Porque la suerte en realidad aparece como forma de agradecimiento por todo lo que has hecho, todo lo que has dado y todo lo que te has esforzado.
Y es que la suerte no se busca,
de verdad,
la suerte se crea.
-Un rincón maravilloso-
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