Sí, soy de la generación de las mujeres decididas. La generación de las mujeres que tenemos claro qué queremos en nuestra vida y qué no. De las que por más golpes que nos den seguimos adelante y nada nos tumba. Porque estamos más guapas cuando somos fuertes. Y ¿por qué no? De las que hacemos lo que nos da la gana y con quien nos da la gana. Porque no queremos complicaciones ni las buscamos.
Soy de las que prefieren estar sola que estar con cualquiera. De las que no prometen porque no quiero ser esperada.
Soy de las que se ríen como si fuera una foca luchando por respirar, a pulmón abierto y dando golpes (la finura no es mi punto fuerte). No doy las cosas por hecho. Soy de las que responden un “ya veremos” para hacerme la interesante pero me apunto hasta para atracar un banco.
Soy de las que hacen el payaso sin importarme una mierda lo que piensen, pero a la vez puedo mostrarte mi lado más seductor en plena faena.
Soy de la generación “tía-tío”, sí, de las que no se acuestan con cualquiera pero cuando lo hacen deja claro que es un polvo y no va a ir a más. Evito cualquier situación romántica porque, después de todo, no creo en las relaciones, creo en el compañero de vida.
Por eso, si te vas a adentrar en la aventura de conquistarme, ponte las zapatillas y corre. Corre porque de momento no me voy a parar por nadie. Porque no queremos que nadie nos dome, sino que corran tan salvajemente como nosotras.
Bendita será la persona que aguante mi carácter y mi forma de ser. Difícil lo veo. Una mujer segura es la mayor inseguridad de un hombre.
Así que, alzo mi caña, y como una vez leí en un bar: “el amor puede esperar pero la cerveza no que se calienta”; y brindo por las que están como quieren, con quién quieren y viven como quieren.
-Srta. Maravilla-
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