Cuando no sepas qué hacer, simplemente improvisa.
Cuando no sepas si merecerá la pena, atrévete.
Cuando no sepas si podrás, inténtalo.
Cuando no sepas si debes seguir, recuerda por qué empezaste.
Cuando no quieras, simplemente di NO.
Cuando no puedas detener las olas, recuerda que lo que sí puedes, es aprender a surfear.
Cuando no te guste el qué, cámbialo todo por un bonito cómo.
Cuando te canses de tanto pensar, empieza a sentir.
Ahí está el truco. En pensar menos y sentir más. En atreverse, en arriesgar, en intentar, en improvisar y en decidirte a vivir con toda la intensidad que puedas.
-Caracoles Caraduras-
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