Que me cuenten que no has dejado de intentarlo, que has peleado por lo que creías que te tocaba recibir. Que me digan que lo has conseguido, que llegaste a la cima a la que soñabas hace un tiempo y que no has dejado a nadie por el camino, que echaste una mano cuando la necesitaron y también recibiste ayuda, recuerda que no somos infalibles. Que llegue a mis oídos que eres digno de estar donde estás...
Ten presente que no sólo los méritos laborales te hacen ser quien eres, por eso espero que los personales no quepan en la carta de recomendación. Esa, sin duda, será tu mayor recompensa.
-Te lo dije cantando-
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