Y volver a pedir mimos y un “ven, quédate conmigo que no quiero dormir sola hoy también". Y volver a decir lo que echamos de menos cuando todo parece estar de más. Y volver a declararnos en ruinas, porque solo así se coge el valor para reconstruir. Y sentir que aunque pasen mil vidas, seguiremos manteniendo las mismas costumbres para salvarnos a nosotros mismos. Aunque nadie lo entienda. Aunque nadie se sepa la canción.
Y es que en esta vida de cara al público, creo que deberíamos mostrar menos la cara y más el corazón.
-La chica de los jueves-
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