Sentir que das los pasos en la dirección correcta o que, aunque un día te desviaste, conseguiste recuperar el rumbo; sentir que nunca es tarde para hacer las cosas bien o que rectificar es una segunda oportunidad que sólo te puedes conceder tú mismo; sentir que las cuentas acaban saliendo cuando te empeñas en seguir sumando y no tanto en restar o dividir…
-Te lo dije cantando-
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