Siempre habrá gente buena que llame a tu puerta. Aunque no te conozcan de nada. Pero si pueden ayudar ahí están. Y te alegran el momento que atraviesas, el día y la vida.
Y es de ese tipo de gente de las que te tienes que rodear. Esas que a lo mejor no tienen mucho, pero que dan todo lo que en su mano está.
-Los lunares de mi piel-
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