Existe un modo de vida en el que nunca te ocurrirá nada malo. En el que, hagas lo que hagas, siempre estarás a salvo.
En él, tus sueños nunca se verán cuestionados, no verás lo equivocado que estás y, por supuesto, nadie te partirá el corazón.
Y tal vez pienses que un sitio así debe ser el paraíso, que es justo lo que ahora necesitas y que, de existir, mejor saber cuanto antes su dirección. Pero no es así.
Por cada centímetro que le recortas a la posibilidad de sufrir, hay otro que le recortas a la posibilidad de VIVIR. Buena forma de evitar heridas, sí, pero también de perderse los momentos y aventuras más extraordinarios de la vida.
Siempre lo pensé. Vale más acercarse a los extremos del amor, la felicidad o la pasión que permanecer aletargado en la zona media de la vida: aquella en la que por no caer a lo más bajo, tampoco aspiramos a lo más alto.
Amor-Riesgo-Valentía. Tres palabras que, por más que lo intentemos, jamás se podrán separar.
-El universo de lo sencillo-
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