Y es que de vez en cuando me fijo y pienso en cosas que no suelo hacer a menudo.
Me fijo en la tranquilidad que da sentarte simplemente en el banco de un parque y pararte a observar.
A ver la felicidad de los niños que juegan mientras sus madres les llaman para darle la merienda.
Esa abuela que pasea con su marido de la mano y que aún mantienen miradas complices.
Esos jóvenes tirados en el césped dándose el lote.
Esas amigas que salen a patinar o ese chico que corre para desconectar del mundo.
Esos que aprovechan para leer un buen libro o echarse una siesta.
La vida pasa lento en los parques. Pasa feliz. Pasa tranquila.
Encuéntrate en un parque.
-Dime tú como lo ves-
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