¿Te acuerdas de mí? Hace muchos años que te dejé de escribir. Desde que supe que no depende de cómo me comporte los 12 meses del año el que traigas lo que pido. Desde que me dí cuenta que no era justo que yo tuviera y esos niños no. Que algo no cuadraba. Desde que me percaté que pedir la paz en el mundo, que el hambre se acabara, una vacuna para el cáncer y que nunca pasara nada a esos que me rodeaban... era todo utópico, algo que no me traerías... Que no estaba en tus manos.
Perdóname, nunca debí dejar de escribirte... Y es que a mis treinta y tantos me doy cuenta que lo importante es la magia que envuelve esto... que ser ingenuo no es sinónimo de ser inocente, pese a lo que diga el diccionario, y que utópico sí que es sinónimo de maravilloso...
Entonces, si me perdonas, déjame seguir con mi carta de deseos. Esta vez no encontrarás el CD de música que tanto quería. Este año quiero uno vacío, en el que pueda grabar canciones con la música de lo que vaya a suceder los siguientes doce meses... porque será música, a un volumen altísimo, de esa que se escucha y que se siente. Porque la música es el sonido de los sentimientos. Porque entre líneas, es lo que te pido, sentir...
Esta vez no habrá ningún libro de aventuras como todos esos años. Por favor, déjame debajo del árbol un libro en blanco, déjame escribir a mí mis miedos, no me los impongas, déjame escribir mis aventuras, mis desilusiones, mis desafíos y mis logros. Porque sé que habrá de todo eso en los próximos doce meses, y he aprendido que no depende de ti, ni de mí, el querer escribir de colores cuando los dos sabemos que habrá páginas en blanco y negro, el querer escribir sonrisas y corazones, cuando los dos sabemos que habrá páginas borrosas por las lágrimas que se derramen. Entonces, entonces te pido que me des la fuerza para escribirlas también, que me des la ilusión para saber que un nuevo capítulo espera... Y así pasaremos las páginas... Y los meses...
Y si no es mucho pedir, ya que me he puesto... Déjame pedirte sonrisas, momentos, besos en la frente, abrazos con sabores, pequeñas sorpresas y grandes alegrías, instantes, nuevos encuentros y reencuentros con aquellos que hace tiempo que dijimos de este año no pasa sin que nos veamos, y pasa, vaya si pasa, no sólo ese año sino otros muchos más... y es que creo que en definitiva te pido tiempo para que haya espacio para todas esas cosas...
Este año, después de tantos sin saber de mí, déjame pedirte tiempo, páginas en blanco y música por grabar... Que yo me encargo del resto...
-Anmalu-
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