Un cielo estrellado.
Un abrazo- refugio.
Ver una plantita naciendo del cemento.
Un desconocido ayudando a otro desconocido.
Escribir con un té en la mesita de al lado.
La bata de andar por casa.
El olor del pelo recién lavado.
Una pizza con mucho queso.
Una tarta de queso.
El queso.
Manicura perfecta.
Contemplar un paisaje.
El “fin” de una buena película.
Las flores.
Los niños.
Los ancianos.
Las buenas personas.
El sol en invierno.
La lluvia en verano.
Dormir.
Despertarse y que todo esté bien.
La ropa nueva.
Cocinar despacito.
Las canciones.
El ukelele.
Los fuegos artificiales.
El helado de vainilla.
Red Hot Chili Peppers.
Querer y que te quieran de vuelta.
Una voz amiga al otro lado del teléfono.
Las miradas cómplices.
Las mantitas de sofá.
El mar.
Los documentales de animales.
Leer y olvidarte de donde estás.
Arreglar el mundo con tu amiga.
El amor platónico.
El amor real.
La familia.
Reír hasta llorar.
El peluche de tu infancia.
Una copa de vino.
Las bravas.
Los vestidos largos que se inflan con la brisa.
Patinar.
Derretir chocolate.
Arreglar cosas.
Tachar tareas de la agenda.
Beber dos vasos de agua del tirón.
Jugar al Trivial y al Scrabbel.
El olor a suavizante en la ropa.
Estrenar cuadros nuevos.
Pintar las paredes.
Garabatear mientras hablas por teléfono.
Un masaje.
Quitarse el sujetador.
Una bufanda enorme.
Desayunar en la cama.
Bailar en el baño.
Darse un capricho.
La luna llena.
Friends.
Redecorar.
Mirar a los ojos.
Montarse en la noria.
Bucear.
Las vacaciones.
Atardeceres de primavera.
Comer palomitas.
Preparar una ensalada.
Planear.
Improvisar.
Todo lo anterior...
-Tejetintas-
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