viernes, 6 de octubre de 2017

Tan nosotras

Hoy ha sido el día en el que me he dado cuenta que ha cambiado todo. 
Antes compartíamos taxi para volver de nuestras noches legendarias de Beefeater seven up, y ahora llego a casa sola con el vacío de ti. 
Nos pasábamos una hora en el portal, sentadas en ese banco que llevaba nuestro nombre, contándonos nuestros pensamientos que eran semejantes. Nos despedíamos cada una desde nuestro ascensor con un "hasta mañana" que en menos de 10 horas correspondía con una llamada de teléfono fijo. 
Fuimos tan nosotras. Fuimos tan iguales y tan distintas a la vez.
Echo tanto de menos esos momentos, que me parece mentira que no me llame mi padre desde la otra punta de casa pronunciando tu nombre y entregándome el teléfono.
Y aún me siguen doliendo los kilómetros que nos separan, porque la vida se me hace más difícil sin tus tonterías a destiempo y sin tus broncas al compás de mis cagadas continuas.
Sin haberme dado cuenta, te has convertido en esa mitad que me complementa. Es cierto que te necesito, porque desde hace mucho tiempo me he acostumbrado a vivir con una compañera de risas y de más risas.
Y, sólo te puedo decir que aunque pasen los años y conozca a mil personas diferentes, que las he conocido, lo que viví contigo, jamás con nadie.

-I-

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