Estamos un tanto presionados con disfrutar y ver lo bueno de todos los momentos que te brinda la vida. Pero si te apetece llorar, llora. Si te apetece estar sola, aléjate del resto del mundo. Si te apetece manta y sofá en vez de salir, quédate en casa. Y, lo sé, nadie quiere estar mal, pero no es algo que podamos decidir. A veces la vida duele. Porque sí. Y cómo jode. Tú, que tienes más de lo que podrías esperar. Con la cantidad de catástrofes que suceden en el mundo, con la cantidad de gente que tiene terribles problemas que tú, ¿cómo vas a sentirte desdichado? Pues porque tus problemas te duelen porque son tuyos. No hay otra forma.
-Compartiendo Macarrones-
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