Hay personas que te gustan por sus valores, otras porque son inteligentes, otras porque son hermosas. Hay de quienes aprecias la ironía, la espontaneidad, el coraje.
Esas que te sorprenden con un gesto, esas con la que puedes contar siempre, esas que te enseñan algo. Hay personas que te gustan por cómo se mueven, por el tono de la voz, porque saben contar las cosas. Hay quienes te conquistan con la determinación, con la bondad, con el talento. Hay seres humanos que te hacen llorar, que te iluminan, que tienen tu misma sangre. Están los amigos que elijas, los que te fallan y perdonas, aquellos con los que cambias, aquellos para los que no cambias nunca. Hay personas que te convencen, que te sorprenden, que te fascinan.
Y luego están las personas que te llegan dentro. Y no necesariamente por todas estas cosas, tal vez poseen algunas, a veces ninguna.
Tal vez no son perfectas, no son infalibles y se equivocan en todo. Y sin embargo son las personas que sientes.
Esas que parece que alguien ha sintonizado con la misma frecuencia de radio en un tiempo en que la radio aún no existía.
-La chica de ayer-
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