La felicidad es una canción, una película, un libro; una buena conversación, un cruce de miradas, una caricia, un brindis compartido. Es todo aquello que consiga emocionarnos y erizarnos el alma y la piel. La felicidad es viajar, es moverse, es ver, descubrir, comprender, conocer y reconocer. La felicidad es reírse hasta que nos duela la tripa. Es ese abrazo que nos hace sentir como en casa; es besar hasta desgastarnos los labios. La felicidad es dejar que el amor nos (des)haga. La felicidad es tener el coraje de seguir ilusionándonos, de seguir sonriendo. Es disfrutar de lo sencillo, de lo cotidiano, y hacerlo extraordinario. Es levantarse cada mañana y saber que tenemos el mundo a nuestros pies. La felicidad es el camino que recorremos y todos y cada uno de los pasos que damos. Es hacer las paces con el pasado. Es aprender a querer(se) y a perdonar(se). Es que cada día nos importe menos lo que piensen los demás, porque la felicidad es saber que los que están en nuestra vida, a estas alturas, son los que nos quieren de verdad, del derecho y del revés, con todo y a pesar de todo: nuestra familia, la que tenemos el orgullo y la suerte de poder escoger, independientemente de los lazos de sangre o la ausencia de ellos. La felicidad es ser fan de uno mismo. Es comprender y aceptar que estamos de paso, y que esperar a ser felices mañana es esperar demasiado… porque, sencillamente, la felicidad es hoy. La felicidad es este momento.
@lalenguamuylarga
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