Dicen que a final de año hay que buscar razones para celebrar. Y buscado razones, encontré motivos.
Por todos los que confiaron en ti, por los que estuvieron contigo y también por los que te decepcionaron, porque esos te hicieron más fuerte.
Por todas las veces que priorizaste a la persona equivocada, porque ellos te enseñaron a cambiar las prioridades.
Por todas las veces que seguiste sin fuerzas, sin saber dónde ibas y sin ganas, porque cada una de esas veces demostraste la pasta de la que te hicieron.
Por todas las veces que alguien te dijo “no lo conseguirás” y tu dijiste “no, ni ná”.
Por todas las risas, los momentos y las oportunidades. Por los sueños gigantes, los viajes, lo que disfrutaste y lo que te queda por disfrutar.
Por todas las veces que pensaste en los demás y sobre todo por todas las veces que no te olvidaste de pensar en ti.
Por no conformarte con menos de lo que mereces, por no dejar que nadie te ponga tus límites.
Por aprender a decir NO, cuando quieres decir NO.
Por decir lo que quieres, sin miedo al que dirán. Por aprender que las opiniones son solo eso, opiniones.
Por saber que la vida se cuenta en momentos. Por buscar cada momento, y cuando no existen, crearlos.
Por todos los sueños que conseguiste, los que casi, casi, tocaste con los dedos, y los que te quedan por conseguir. Porque los vas a conseguir.
Por ti, porque este año eres un poquito más valiente, un poquito más tú.
-Caracoles Caraduras-
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