Llega un momento en la vida, a base de decepciones, en el que dejas de perder el tiempo con todo aquello que no te saca una sonrisa; que no luchas contra el desencanto, ni la desilusión, simplemente lo aceptas y dejas que pase; que has conseguido que el rencor no tenga cabida en ti.
Llega un momento en la vida, a base de despedidas, en el que descubres que los que se han marchado de tu lado, los que han huido sin decir adiós, no sólo te han hecho un favor, sino, posiblemente, el mayor de los regalos: estar en paz.
Llega un momento en la vida, a base de hostias, en el que te das cuenta que a ciertas personas hay que darles el valor, la importancia, y los dolores de cabeza que demuestran que merecen. Ni más ni menos. No es ser egoísta, es aprender a quererse. Y quererse bien.
-Ali Cia-
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