Lisboa, una ciudad que en los últimos tiempos siempre intenta estar a la última: la música, el diseño, la moda, el arte y el último furor como en otros países: el running.
Sólo son necesarios 10 minutos en un parque para contar unas decenas de runners, y mirándoles, no se puede evitar pensar que no son muy distintos de cualquier emigrante, huyendo, sin mirar atrás, y dejando tal vez demasiadas cosas a sus espaldas.
Dicen que corriendo uno sólo compite contra sí mismo. Eres tú quien decide parar o continuar pese al trabajo y el esfuerzo y es entonces cuando uno decide no rendirse, cuando de verdad se empieza a disfrutar del trayecto.
Cuando eres inmigrante, como en toda carrera, lo importante es conocer a tus rivales, nunca darte por vencido y tener el valor de levantarte cuando caes o en su defecto que alguien te tienda la mano para ayudarte.
-Parafraseando Buscando el Norte-
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