Y es que no nos damos cuenta que las excusas también caducan y que, tarde o temprano, acaban volviéndose insignificantes de tanto usarlas. Porque cuando alguien le pone ganas o el mínimo interés a algo, saca tiempo hasta de debajo de las piedras. Y eso es así. Está comprobado.
Es en el momento en el que empieza a poner excusas sin sentido cuando te das cuenta de la importancia que tiene para esa persona. Por eso, no te molestes, deja de pensar para nada, olvídate de planear la mejor excusa.
Porque cuando alguien realmente quiere algo, lo hace. Sin importar lo demás.
-Un rincón maravilloso-
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