Te escribo estas palabras porque en este mismo instante me pregunto cómo serás, dónde y con quién acabarás. En el presente espero tantas cosas de ti, que no sé si las habrás cumplido ya o igual las tienes todavía pendientes.
Lo que quería, bueno queríamos decirte con esta carta es que no cambies, que lo único distinto que haya en ti sean las marcas que el tiempo va dejando en tu cuerpo. Aquellas arrugas en los ojos por todo lo que te has reído, y esa raíz de canas que solucionará una buena peluquería.
Espero que tu alma siga siendo inquieta, siempre inventando y organizando esos planes improvisados que tanto nos gustan.
Por favor, no dejes nunca de soñar, porque ambas sabemos que tarde o temprano los sueños se cumplen, recuerda: "lo imposible sólo tarda un poco más".
Para entonces espero que la persona que esté a tu lado te haga lo feliz que te mereces ser. Y, si por el contrario nunca la encontraste, espero que hayas buscado esa felicidad en otras cosas.
Bueno, y qué decir tiene que espero que sigas viendo a nuestros amigos, que tengas tiempo para llamarles de vez en cuando y que las cenas de reunión sean el ritual de cada fin de semana.
Pero lo que sí espero de ti, querida yo del futuro, es que aproveches el tiempo, que se nos va. Que no se te escape. Que te vuelvas inmortal en el recuerdo de los que mejor saben quererte y que no decepciones a nadie. Pero sobre todo, no me decepciones a mí.
Dime tú cómo lo ves.
-Maldita Memoria-
No hay comentarios:
Publicar un comentario