Cuesta cerrar algunas puertas. Cuesta acabar capítulos. Cuesta decir adiós a algunas personas. Cuesta escogernos a nosotros mismos antes que a los demás.
Cuesta hacer elecciones, tomar decisiones que duelen (a nosotros y a los otros). Cuesta cambiar de camino, el de todos los días, por lo desconocido, lo incierto, el “no sé si saldrá bien”. Cuesta llenar las manos de ilusión y confiar en los "volver a empezar".
Pero cuesta más dar EL paso que sabemos que es apropiado (para nosotros) cuando el mundo es cabezota, cuando cree que sabe mejor que nosotros lo que sentimos, se pone de pie y habla de nuestra vida, nos señala con el dedo sin ponerse en nuestro lugar y grita, que eso de escoger, es desistir.
Pero no... Escoger ser [más] feliz nunca será desistir. Escoger ser [más] feliz será siempre, tan sólo, escoger ser más feliz…
-DetallesConectados-
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