Pasan los días, las semanas, los meses y nos plantamos en junio. Con un termómetro que juega al despiste, las ganas de playa intactas y proyectos que tendrán que esperar al inicio de curso para ser retomados, llegamos al sexto mes del año. Me gusta junio y todo lo que traerá consigo, nada como esperar algo con ilusión para hablar de buenos comienzos.
Junio se empeña en devolvernos a la realidad, cuando más despistados estamos y las hojas del calendario se nos escapan -literalmente-, nos recuerda que el tiempo vuela, que en nosotros está saber aprovecharlo para poder hablar de buenos recuerdos dentro de un tiempo. Me gusta junio, porque me trae a la memoria esas vacaciones interminables que nos concedían cuando éramos pequeños y poníamos rumbo a nuestro particular paraíso.
Esos años fueron dejando paso a otros en los que las obligaciones iban haciéndose un hueco importante en nuestras vidas, con las que entendimos el valor de ciertas decisiones y la importancia de saber renunciar a determinadas cosas. Comprendimos que se aprende día a día, en los lugares más insospechados, de las personas que menos esperábamos.
Aborrecimos la rutina que ahora también ocupaba nuestros días de verano. Dejamos de construir castillos en la arena, para hacerlos en el aire,comprobando que en ambos casos se derribaban con la misma facilidad. Atrás quedaron las largas sobremesas, para hacer la digestión frente a un ordenador; cambiamos los trajes de baño por modelos de ciudad; las gafas de bucear se quedaron en el cajón y empezamos a utilizar las de ver; un chapuzón en el mar paraba el tiempo, ese que nos faltaba de lunes a viernes para estar con los nuestros, haciendo lo de siempre.
Y hoy, que creo que puedo empezar a pensar en días de verano, que escucho junio y me emociono al imaginar que juntaré más de dos semanas de merecidas vacaciones, siento cierta nostalgia por aquellos días que me han permitido llegar hasta aquí.
Es entonces cuando entiendo que cada día tiene un sentido, aunque muchas veces no seamos capaces de entenderlo mientras lo estamos viviendo.
Por eso, llega junio y espero ansiosa la llegada de más días de estos, en los que te acuestas con la lección aprendida.
-Telodijecantando-
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