Y llegó...
Mi cabeza ya lo sabía... Y el otro, el que aprieta... Ese todavía no es consciente aunque empieza a sentirlo. Lo ha ido sintiendo a lo largo de toda la temporada.
Me he ido despidiendo en silencio de momentos, de sensaciones, de experiencias, de recuerdos, incluso de personas, amigas y rivales... Sin que se notase. Sólo yo y algún que otro privilegiado que ya tenía conocimiento y lo ha compartido conmigo.
Tan emocionante fue el primer día, como lo será el último. Aunque sea un amistoso.
Difícil será olvidar todos los momentos pasados, los buenos y los malos.
Difícil será dejar atrás tantas sensaciones provocadas por el simple hecho de vestir la camiseta y defender los colores del club; por cada ritual antes de un entrenamiento o de un partido; por los nervios antes de entrar en el campo; por la adrenalina al marcar una canasta, dar una asistencia, coger un rebote o recuperar un balón y salir en contraataque; por los días de grandes victorias y los de duras derrotas; por no continuar a formar parte de algo tan grande que me ha hecho crecer a lo largo de todo este tiempo...
Este deporte me ha dado mucho más de lo que yo le he podido retribuir a lo largo de 25 años dentro del campo.
Pero hay que saber cuándo llega el momento de parar.
Gracias. Gracias a todos los que me habéis acompañado en todos estos años, en España y en Portugal: entrenadores, compañeras, amigos, mamá... y tú, el incondicional de siempre, aunque ya no estés conmigo.
Ahora toca pasar página, mirar hacia adelante y comenzar un nuevo capítulo.
-DetallesConectados-
No hay comentarios:
Publicar un comentario