En mi incesante lectura de blogs e historias me he encontrado hoy con la palabra "ritualers" y me ha parecido muy apropiada para comenzar este mes de febrero.
Un "ritualer" es aquella persona que disfruta de la autenticidad de los pequeños momentos del día a día. Momentos tan sencillos como la luz de la mañana entrando por la ventana mientras hierve a fuego lento la cafetera italiana de toda la vida. Momentos como cuando se vuelve a escuchar el sonido rasgado de un vinilo en una tarde de lluvia invernal.
Un ritualer prefiere sentir el tacto de la hoja de un libro antes que leer ante la fría pantalla de un iBook. También prefieren cocinar tranquilamente con ingredientes naturales antes que descongelar cualquier producto del supermercado. Adora reciclar muebles, cultivar huertos urbanos o crear su propia ropa. Todo con el objetivo de reencontrarse con las sensaciones más auténticas.
Resumiendo, un ritualer es un amante de lo auténtico, de aquello único y original.
Enero era el mes de las buenas intenciones, de los propósitos, y éste que empezamos hoy supone darse de bruces con la realidad y la vuelta a la más absoluta monotonía.
Una cosa es el planteamiento que hacemos de nuestra vida, y otra es cómo las circunstancias y la providencia nos lo pueden llegar a trastocar. Los cambios de planes pueden desestabilizar, pero es probable que nos dejen en un lugar mucho mejor que el que nos imaginamos…
Por eso te propongo que te conviertas en un ritualer. Tal vez no sea necesario que te conviertas de la noche a la mañana en "jardinero" o "diseñador", pero tal vez aprovechar esos momentos únicos, originales, auténticos, sea una manera de atacar este mes que nos regala incluso un día más.
Porque febrero es así, se acaba en un abrir y cerrar de ojos, pero sus veintiocho días (más uno) encierran tanta magia como seas capaz de imaginar y vivir…Y si no es así, y si febrero no cumple las altas expectativas… ¿Qué más da?
¡¡Siempre nos quedará marzo!!
-DetallesConectados-
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